Espérame en la Luna

Espérame en la Luna

Alguna vez prometiste llevarme a la luna...

Nuevamente hay nieve en mi ropa. Sé que no te gusta que pase eso, pero no puedo evitar sentirme feliz al sentir el frío de diciembre. "La nieve siempre es un problema" ¿no? No tiene por qué serlo. La nieve me recuerda a ti, de hecho, todo lo hace.

Hoy pasé por ese restaurante en el centro, nunca comimos ahí, pero juramos hacerlo alguna vez. Entré por primera vez, todo parecía ser muy caro, pero tenían helado. Como si el frío no fuera suficiente ya.

¿Recuerdas mi gorro blanco? Nunca te conté mi razón para usarlo solo en invierno. Bueno, quitando la obviedad de ser un gorro, la nieve se ve menos en él. Pensé que te gustaría, por eso lo compré, aunque nunca le pusiste mucha atención.

Mi helado se derrite, es raro porque hace frío. ¿Cuánto tiempo llevo aquí sentada? No lo sé. Ni siquiera recuerdo por qué salí, en realidad.

Vi a unos niños jugando en el parque, uno de ellos se acercó y me preguntó donde compré el helado. Luego de decírselo, me percaté de lo poco abrigado que estaba. Probablemente no era de la ciudad. Le pregunté por sus padres y los señaló a la distancia. Estaban sentados en una banca, conversando y riendo. Solo pude soltar una pequeña sonrisa y me fui del lugar.

Anocheció y, viendo la luna, recordé aquella vez cuando conversamos en el tejado de tu casa. Mirábamos las estrellas, sostuviste mi mano, mi corazón latió muy fuerte por unos segundos y entonces comprendimos que nos amábamos.

Dijiste que no rompes ninguna promesa. Pienso constantemente en eso.

Las luces de la ciudad, adornada por la época, hicieron que recordara nuestra primera navidad con tu familia. Fue extraña, sentí que todos me observaban, pero tú me calmaste, siempre supiste hacerlo. Para la cena, me sentí aceptada por tus padres. Fueron buenos tiempos. Siempre te llevaste bien con mi familia, te aceptaron inmediatamente.

Esta navidad no veré a tu familia, ni tú a la mía. Intento no darle muchas vueltas al asunto, pero no puedo evitarlo.

¿Recuerdas nuestros viajes en bus? ¿También recuerdas aquel viaje en auto que duró todo el día? ¿Qué hay del campamento con nuestros amigos?

Vaya vida... Dijiste que te completaba y siempre fui tu soporte. Tú siempre me diste amor, nada más que eso. Una seguridad absoluta que sigo sintiendo hasta ahora.

Veo la luna y me doy cuenta que estás ahí, quizá siempre lo estuviste.

A veces le hablo cuando no tengo a nadie más. Me hace pensar en los buenos momentos, pero no puedo recordar ningún mal momento y eso solo lo hace más doloroso. ¿Cuántas veces he visto la luna? No puedo recordar la mayoría de estas, no sé cuantas veces vi la luna en un mal día, ni cuantas buenas noches estuvo conmigo. No tengo suficientes fotos de ella, tampoco tengo malos recuerdos. Solo sé que siempre ha estado ahí conmigo sin importar qué.

Quizá no rompiste tu promesa, solo te adelantaste, ojalá me hubiera dado cuenta de lo mucho que querías ir.

Aún no es momento para volver a estar juntos, tengo cosas pendientes que hacer, conflictos que resolver y recuerdos que proteger. Mientras ese momento llega... Espérame en la luna. Te amo.




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