Esperando por ti

Capítulo 5

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2 de octubre de 2098

Habían pasado varios meses, vivir con Lukyan había sido muy interesante él era muy caballeroso y preparaba deliciosa comida. Mi vida dio varios giros en especial con el tema de mi seguridad, no solo tenía a alguien que siempre estaba vigilándome, sino que yo misma tuve que empezar a hacer diferentes actividades para fortalecerme. Estos meses que estuve con Lukyan fueron especiales, ambos conectamos y él siempre tenía alguna actividad para que hiciéramos juntos como cenas, caminatas y paseos por la manada la cual ya sabía que yo era su futura Luna, eso me ponía de cierta manera un poco nerviosa.

Las responsabilidades todavía no habían empezado a llegar tan de golpe como pensé que sería, solo son pequeñas actividades que tengo organizando, planeando y supervisando pequeños proyectos, individualmente y junto a Lukyan, el cual siempre estaba allí para enseñarme cosas nuevas en torno al trabajo.

Hoy me había levantado a las 6:30 de la mañana debido a que se me asignó una rutina de ejercicio para ir fortaleciéndome, se basaba principalmente en resistencia y fuerza que según Lukyan era lo principal, luego pasaríamos a las otras etapas del entrenamiento.

Hacer ejercicio es difícil al principio.

Bajé las escaleras y fui trotando a la cocina necesitaba desayunar y Lukyan cocinaba casi siempre las comidas, muy pocas veces veía a la cocinera. Según Lukyan quería que pasáramos esos momentos juntos y a él le encanta cocinar para mí.

—Ya preparé tu desayuno—él estaba de espalda cocinando algo en la sartén—, está en la isla— había señalado un tazón con yogurt con frutas y algunos cereales—, necesitas algo liviano y nutritivo luego desayuna algo más cuando termines tu entrenamiento.

Después de terminar de preparar su desayuno que era un poco más cargado que el mío se sentó en frente de mi en la mesa del comedor

Después de terminar de preparar su desayuno que era un poco más cargado que el mío se sentó en frente de mi en la mesa del comedor. Siempre desayunábamos juntos.

—Tuve una conversación con Yakov pronto podrás pasar a la etapa dos del entrenamiento—sonrió de forma orgullosa—, estoy impresionado por todo lo que has evolucionado.

—Es un buen profesor—tomé un bocado de mi desayuno, delicioso como siempre—, no hacen falta halagos para esta exquisitez —sus ojos hicieron contacto con los míos por unos segundos, siempre tenia mis halagos hacia su comida.

—Tus halagos son mis preferidos no me prives de ellos—su voz por un momento se volvió un poco seductora y sus ojos brevemente se volvieron dorados.

Unos minutos después fui hacia la cocina para lavar mi plato como siempre Lukyan estaba detrás de mí—¿ya terminaste? —señalé a su plato—, cuando me fui de la mesa estaba lleno—¿Cómo comió tan rápido?

—Comí rápido—murmuró de forma despreocupada.

—Como digas—puse mi mano en su pecho, él ronroneo —, cocinaré el almuerzo ya que tienes trabajo toda la mañana y aprovecharé para hacer una comida que incorpore algunas verduras del huerto—la propuesta de Lukyan sobre construir un huerto, ya que me gustaba la jardinería fue muy sorprendente y lindo de su parte.

—Me encanta tu comida—respondió. Agarró mi mano que estaba en su pecho y le dio un rápido beso.

—Estoy orgullosa de que hiciéramos un pequeño huerto cerrado en la parte abandonada del jardín trasero.

—Debes estar muy agradecida de que dedicara tiempo para que te ayudara en la reconstrucción, soy un hombre ocupado mi tiempo vale oro.

Estaba agradecida cuando se sacó la camisa y puede ver esos abdominales. Él siempre tenia momento seductores y ese había sido uno de ellos.

—¿Ady? —Lukyan pronunció—, ¿estás bien?

—Si solo pensaba en el entrenamiento, hoy Yakov quiere que practique con armas.

El soltó una risita—. Por favor dile que esté atento si practicas con el arco y flechas.

Rodé los ojos porque no dejaba que olvidara ese incidente con la flecha.

—Recuerdo cuando el Alfa de Alemania accidentalmente derramó café en la entrada de nuestra casa.

—No era mi problema que la flecha se dirigiera a su vaso que contenía café.

—Sus caras fueron lo mejor—volvió a reír, pero esta vez más fuerte—, luego estuviste todo el tiempo cerca de él pidiendo disculpa—gruño con lo último que dijo, sus ojos se volvieron dorados por un segundo.

—¿Qué sucede cuando tus ojos se vuelven dorados? —pregunté curiosa.

—Sucede poco, pero básicamente es cuando yo y Lev estamos en sintonía.

—Entiendo, preguntaba porque también sucedió cuando le llevé café al Alfa.




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