Hermana, ya es mayo ¡Déjame salir a jugar! –para Louis el encierro había durado demasiado- necesito cruzar la calle y abrazar a Nicolás, ya la cuarentena ha sido demasiado cuarentosa.
Lo sé Louis, pero no es posible visitarlo por ahora –Susan dejó su tablet a un lado para poder contemplar a su hermanito de pie ante ella con los brazos en jarra- papá y mamá están trabajando y yo no puedo autorizarte a salir. Además sabes que Nicolás no está allí.
Si, eso me dijeron –el chico se sentó sobre la alfombra con la mejilla apoyada en su puño derecho, enfadado- papá dice que está muy enfermo y no es justo que no pueda verlo. Si él me viera se que tendría fuerzas para recuperarse.
Eso es muy posible –Susan se sentó junto a él- ustedes son muy unidos, sé que él sabe que tú estás pendiente y eso lo reconforta.
Pero ¡No es justo! –Louis estaba decidido a salirse con la suya, a sus diez años sabía que podía conseguir lo que quisiese- debe verme y yo quiero ir allá. Eres como una reina malvada manteniéndome aquí contra mi voluntad.
¡Vaya! Me has llamado muchas cosas pero ésta vez eres cruel –lo reprendió la chica- Nicolás tiene una enfermedad que es altamente contagiosa y justo ahora se encuentra luchando por sobrevivir para poder regresar a jugar contigo Louis y espero que cambies tu actitud o estarás castigado cuando eso pase.
¿De qué enfermedad hablas? –los ojos del chico se agrandaron- ¿es de la que todo el mundo habla? ¿Nicolás tiene Coronavirus? ¿Va a morir?
No necesariamente –Susan suspiró- esa enfermedad necesita tener un constante monitoreo Louis, por eso Nicolás está internado, su pecho necesita oxigeno porque sus bronquios no pueden trabajar bien. Pero él es tan fuerte como tú y estoy segura que lo superará.
¿Lo ves? –Louis estaba seguro de que esta vez si ganaría la discusión- los dos somos fuertes, vamos y yo no me contagiaré pero lo defenderé contra ese virus. Cuando jugamos yo lo salvo de muchos villanos porque soy valiente y fuerte.
Lo eres Louis –a Susan se le ocurrió una idea- cuando juegan ¿son superhéroes?
¡Si! Somos príncipes superhéroes que luchan contra las malvadas reinas –Louis se llenó de energía- además hay monstruos, hechizos, maldiciones y brujas.
Perfecto, tengo una idea Louis –Susan se acostó cuan larga era sobre la alfombra, en su laptop colocó la canción We Are Warriors de Avril Lavigne- ¿Te gusta esa canción? Ven acuéstate junto a mí y te llevaré con Nicolás.
¿De qué hablas? –Louis estaba verdaderamente confundido- ¿te acuestas para llevarme allá?
Vamos, solo recuéstate junto a mí –insistió su hermana- mi nombre será la princesa Susana Sanadora ¿Cuál es tu nombre de príncipe?
Soy el Príncipe Louis, el valiente –dijo el chico acostándose junto a ella-¿Vamos a jugar?
No exactamente, vamos a cerrar los ojos y nos dejaremos arrastrar por nuestra imaginación hasta el hospital.
¿Cómo vamos a hacer eso? –Louis no entendía muy bien- ¿nos montamos en el auto de papá?
No, solo déjate llevar conmigo y en el momento en que te sientas cómodo entras a la narración –Susan comenzó a respirar profundo- respira conmigo e imagina todo lo que digo.
Estamos en ésta misma habitación pero yo uso mi armadura blanca con una inyectadora enorme cruzada en mi espalda, tú tienes tu traje de guerrero, luces tu corona real y tienes una enorme espada de doble filo. En el jardín delantero está esperándonos mi dragona que se llama Flor pero es una experta guerrera.
¿Nos vamos a ir en Flor hasta el hospital? –quiso saber Louis interesado- ¡Quiero volar!
Claro que sí –le aseguró Susan- pero primero debes ir a la casa de Nicolás a buscar algo que se le quedó.
Salimos al jardín y acarició a mi dragona pero tu la regañas porque se ha estado comiendo todas las flores de mamá mientras nos espera.
Es cierto -dijo Louis riendo- por eso la llaman Flor porque adora comer flores.
Así es, ahora te ayudo a subirte a su silla y luego me subo yo, pero como tu has ido más a la casa de Nicolás, serás quien conduzca. Toma las riendas y lleva a Flor hasta allá.
¡Las sostengo! –Louis estaba emocionado- ¡wow! ¡Susan estoy volando! Y en una dragona.
Por supuesto que sí hermanito –contestó la chica- mira allá abajo ¡esa es la casa de Nicolás! ¿Qué es eso que está brillando en el jardín?
¡Es su corona! –Louis estaba emocionado- se le debe haber caído cuando lo llevaron al hospital.
Si, es posible o las reinas malvadas lo despojaron de ella para que fuera débil –Susan sintió la emoción de su hermano ante esas palabras- recógela y sigamos al hospital.
¡Vamos Flor! No hay tiempo que perder –gritó Louis- el Príncipe Nicolás, el Bondadoso nos necesita.
Hermana mira, allá abajo está el techo del hospital. Flor aterriza allí en la terraza sin que nadie te vea. Hay que correr Susan, cada minuto cuenta.
Así es, mira estamos bajando las escaleras de tres escalones en tres –Susan estaba emocionada- cuidado hay dos médicos conversando en el descanso.
Editado: 02.05.2020