Nos comprometemos con las armas
porque es peligroso confiar en el prójimo.
Hagamos que sientan miedo
para que no rompan nuestros códigos.
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Lo bueno de casarte con la vida es que en cualquier momento te puedes divorciar.
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Los políticos necesitan nuestra ignorancia para poder conservar su puesto.
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Destruyéte a ti mismo,
pero hazlo lentamente.
Ni siquiera eres digno
de tener una muerte decente.
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Si Dios no te quiere,
¿para qué vas a rezar?
En el cielo no existe nadie
que te pueda escuchar.