Esperaré Para Amarte

Capítulo 6 - Gael

“𝒀 𝒉𝒐𝒚 𝒍𝒆 𝒑𝒊𝒅𝒐 𝒂 𝒕𝒖 á𝒏𝒈𝒆𝒍 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒈𝒖𝒂𝒓𝒅𝒂, 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒂𝒓𝒕𝒂 

𝑸𝒖𝒆 𝒎𝒆 𝒅𝒆 𝒗𝒂𝒍𝒐𝒓 𝒚 𝒂𝒓𝒓𝒐𝒋𝒐 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒃𝒂𝒕𝒂𝒍𝒍𝒂 𝒑𝒂' 𝒈𝒂𝒏𝒂𝒓𝒍𝒂 

𝒀 𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒚𝒐 𝒏𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒓 𝒑𝒐𝒓 𝒕𝒖 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒍𝒂𝒔 𝒎𝒐𝒅𝒂𝒔 

𝑵𝒐 𝒔𝒆 𝒂𝒔𝒖𝒔𝒕𝒆 𝒔𝒆ñ𝒐𝒓𝒊𝒕𝒂, 𝒏𝒂𝒅𝒊𝒆 𝒍𝒆 𝒉𝒂 𝒉𝒂𝒃𝒍𝒂𝒅𝒐 𝒅𝒆 𝒃𝒐𝒅𝒂.” 

𝑴𝒆𝒍𝒆𝒏𝒅𝒊.

 

Me miró sin parpadear, sus ojos reflejaban confusión y entonces maldije en silencio a Julia por no haberle hablado de mí, así como tampoco me había dicho a mí que viviríamos con una extranjera de mirada fulminante y una forma de hablar loca y entreverada. 

Minutos antes había sido yo el que se quedó confundido y sorprendido por su respuesta. Me había puesto los puntos sobre las íes. Y eso que ni siquiera intenté usar toda mi galantería. 

Por algún extraño motivo no estaba en mis planes usar los métodos de conquista de siempre, no con ella. Su transparencia me demostraba que no me equivocaba al decir que era diferente al resto de mujeres con las que me mezclaba. Lina me generaba un interés genuino por saber de ella, por conocer desde su sabor de helado favorito, hasta sus tocs, o esas manías que no le confiesas a nadie. Me provocaba sí, pero me provocaba curiosidad. Y yo, que no suelo ser demasiado curioso, de pronto esa inquietud no se me hizo muy cómoda, no cuando no dependía de mí saciarla. 

-No pretendía tocarte, niña. Viéndote así me da miedo que te rompas, o que me rompas. -Dije en un tono gracioso pero por la manera en que apretó los labios pude ver que no le había hecho demasiada gracia. 

-¿Me quieres decir cómo es que si eres primo de Julia y vas a vivir aquí se le olvidó mencionarme ese pequeño detalle? - Habló mientras recogía su larga melena en un rodete sin forma sobre su cabeza. De pronto todo movimiento en ella me hipnotizaba. 

Algo me decía que no terminaba por creerse la realidad. Cosa que me hizo gracia porque a pesar de verse como una niña ingenua, lejos estaba de serlo. O a lo mejor era demasiado desconfiada…no iba a tardar en averiguarlo. 

-Mira, propongo algo… 

Fue todo lo que alcancé a decir justo cuando de un segundo a otro todo quedó negro. Se había ido la luz de toda la habitación y podía deducir que no era algo particular de nuestro piso pues desde la ventana solo se podía ver el reflejo de la luna en los cristales. Toda la calle estaba igual.

Me concentré en Lina y buscando no incomodarla saqué mi móvil para poder alumbrarnos. 

-¿Lina, estás bien? -Silencio…no respondió, así que me acerqué más a ella logrando con eso que reaccione pero para alejarse asustada. 

-Oh por Dios, oh por Dios…si que eres un psicópata acosador y vas a secuestrarme, ¿verdad?. Dímelo, dímelo y…y estoy segura que te darán recompensa por mí. O… o al menos eso creo. Digo, mis padres me quieren. O eso pienso. Oh Dios, por favor apenas tengo 22 años, no me lastimes. 

La escuché atónito, su monólogo me había dejado de piedra. Joder, estaba como loca. No pude soportar más las ganas y solté una carcajada fuerte y sonora sintiendo como retumbaba por toda la habitación. 

- ¿Alguna vez te han dicho que estás un poquito loca? – Me acerqué a ella con cautela y la miré durante unos segundos en silencio. Sus ojos comenzaron a soltar todo el miedo anterior y pude ser testigo de cómo se llenaban de algo más. Un algo más que me provocó un cosquilleo en el vientre. 

Pasé saliva incómodo, humedecí mi labio inferior con un movimiento lento, buscando tiempo para atreverme a hacer lo que quería, sentirla. Tocarla por primera vez. 

Sin rodeos y con movimientos lentos cambié de mano mi móvil, dejándolo sobre la otra que sostenía el bastón pero sin dejar de alumbrarnos. Estiré la mano libre hasta el mechón rebelde que colgaba sobre un costado de su rostro, lo hice girar en mi dedo índice dándole la forma natural del pelo y luego lo llevé hasta detrás de su oreja, dando una última caricia por todo su largo con la intención de que no vuelva a soltarse. 

-¿Quién eres? -Habló de nuevo pero esta vez su voz se sintió insegura, suave y dudosa. Sonreí por eso y negué con mi cabeza al tiempo que tomaba aire para llenar mis pulmones que de pronto carecían del oxígeno suficiente que necesitaba en ese momento para respirar. 

-¿Tanto miedo te doy? -Volví a tomar el móvil con mi mano libre y desbloqueé la pantalla buscando rápidamente en la galería. Pasé un par de fotos y entonces encontré la que buscaba.- Aquí estamos, mi prima Julia y yo. Compruébalo tú misma y si no te alcanza tengo el mensaje donde me dice que estará trabajando. -Di un par de pasos hacia atrás dejando espacio entre nosotros y miré para la entrada de la habitación. 

-Antes que se fuera la luz te iba a proponer ir a la sala y cenar lo que compré de camino para aquí…supongo que tendrás hambre. -Comenté inseguro, ya que Lina seguía inmóvil en su posición. 

Me quedé mirándola en mi lugar y entonces se movió, rebuscando un poco a ciegas sobre su cama algo que no pude saber lo que era hasta que rompió un poco la distancia que había entre nosotros. 

-Si quieres buena música déjalo en mis manos.- Dijo con su móvil en la mano y entonces entendí que pretendía poner desde allí la música. Era rara definitivamente. – Ahora soy yo quien te propone algo… 

Asentí, invitándola a continuar con su idea. No quería decir algo que le hiciera cambiar de opinión. De nuevo estaba cerca y de pronto me encontré intentando adivinar a qué olía. No era fruta y tampoco era vainilla, pero no lograba descifrar qué. 

-Empecemos de cero, olvidemos el inconveniente de la maleta, olvidemos que te confundí con un psicópata. Vamos a vivir juntos y pretendo ser la mejor compañera que recuerdes por el resto de tu vida. – Estiró su mano izquierda, esperando por mí para dar cierre a esa tregua. 

Escucharla me daba ternura, desprendía esa energía diferente que desprenden las personas buenas. Esas que encuentras poco pero que sabes que no tienen maldad alguna en ninguno de sus actos. Así la veía a Lina. 

Sonreí, sonreí y seguí sonriendo pero no estiré mi mano. Al contrario de eso, negué despacio asegurándome de que pudiera verme bien, mis ojos se habían acostumbrado a la oscuridad logrando captar mejor lo que me rodeaba.



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En el texto hay: distancia, amor, amistad

Editado: 27.04.2024

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