"𝒀 𝒍𝒆𝒏𝒕𝒐
𝑪𝒐𝒏𝒕𝒊𝒈𝒐 𝒆𝒍 𝒕𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 𝒑𝒂𝒔𝒂 𝒍𝒆𝒏𝒕𝒐
𝑪𝒐𝒏𝒕𝒊𝒈𝒐 𝒔𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆 𝒆𝒔 𝒆𝒍 𝒎𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐
𝑫𝒆 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓 𝒄𝒐𝒍𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒍𝒂𝒔 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒅𝒂𝒔."
𝑳𝒖𝒊𝒔 𝑪𝒆𝒑𝒆𝒅𝒂.
Cuando reaccioné luego de ver cómo se bebía aquel shot de vodka imité su gesto tomando el mío. Nunca me había enamorado, no sabía de hecho qué se sentía el estarlo; o cómo uno se da cuenta de que lo está. No sabía si era tan mágico como escuchaba, ni si era posible llegar a tener esas sensaciones y sentimientos por alguien más. Lo único que sabía, es que por algún motivo, saber que Lina tampoco se había enamorado jamás, me gustaba.
Los que sí no bebieron enseguida fue la parejita que teníamos enfrente, pero luego de unos cuantos segundos, Julia se puso de pie, bebió su shot y se metió dentro del apartamento con la excusa de ir al baño. La sonrisa de Mateo demostraba lo bien que le había sentado ver aquel titubeo en su chica, pero por alguna razón la siguió, sin decir nada fue tras de ella. Si es que los dos estaban hasta las manijas, no entendía eso de negarlo.
-¿Me explicas la razón de decir algo sabiendo que te haría beber si no te gusta? - Le pregunté girando mi cuerpo en el asiento para quedar más cerca de ella.
-Simplemente quise darle un empujón a ese par que se las da de superados y no son capaces de admitir cuánto se quieren y necesitan.
Su respuesta me resultó linda, no sabía si era así, o solo fue la excusa más creíble que encontró para esconder sus verdaderos motivos. Por el momento me quedaría con la duda, por el momento.
-Por lo visto algo generó... - comenté señalado el interior del apartamento con la cabeza.- ¿Qué hay de ti? ¿Cómo es posible que en 22 años nadie haya logrado enamorarte? Apuesto que algún corazón si has de haber roto...
-No he dado mucho pie a que suceda. Prácticamente me recluté en estudios, amigas, pasarlo bien pero dentro de los parámetros que me hacen bien. No lo sé...-se encogió de hombros y me miró.- ¿Qué hay de ti?
Estiré las piernas recostándome un poco sobre el banco, dejando la cabeza hacia atrás mientras pensaba en mi respuesta.
-No me considero un hombre hecho para las relaciones. Lo mío siempre fue más bien, mmm...¿cómo decirlo?
-Líos de una noche. -Dijo tajante y no con un tono de pregunta. Más bien como si ella misma lo afirmara.
-Bueno...no todo era por una noche. Con algunas chicas me he visto en varias oportunidades, pero siempre manteniendo como regla que no pretendieran más de mí. Soy claro desde un principio, tampoco es que sea del tipo "follo y me voy", algún plan que otro he hecho, pero sin ataduras. Cada cual luego sigue en lo suyo.- respondí seguro.
-Entiendo...pues yo pienso muy distinto a ti. El día que conozca a la persona correcta será para formar algo a muy largo plazo, claro que uno propone y Dios dispone, no significa que sea el hombre de mi vida. Pero en principio sí será esa mi intención.
Me quedé en silencio y no dije nada por un rato, su respuesta me había trastocado un poco. Me había imaginado a Lina formando parte de mi vida, no como compañera de casa únicamente, no de esa forma tan sana únicamente. Había reconocido ya que no sentía que fuera igual la necesidad con ella a como otras mujeres lo hacían, era algo más. Pero aún no estaba seguro hasta qué punto alcanzaba ese algo más.
Fue ella esta vez la que cortó el silencio, algo incómodo siendo honesto. Pero lo hizo de una forma tan natural y de ella, que todo lo incómodo de antes quedó atrás. Se puso a cantar. La miré al escucharla y no pude evitar sonreír.
-Ay por favor, Gael, no me mires así…¿nunca escuchas una canción que te gusta tanto que no puedes no cantarla? - se había puesto de pie y tomado el mando del reproductor como micrófono.
-Pues...no, pero tú sigue. Por mi ni te inmutes. -contesté sonriendo como tonto al verla.
No sólo la miraba, la escuchaba y disfrutaba, también presté atención a la letra de esa canción, me había dado cuenta que siempre transmitían algo para ella cuando de música se trataba y elegía qué escuchar.
Movía su cuerpo al ritmo de la canción, casi como el día anterior que la había visto en su habitación, la diferencia era que esta vez el show me lo estaba dedicando a mí, giraba, reía, me señalaba y no pude evitar sentirme un puto tío con suerte.
" Yo puedo sentirme un gigante
Protagonista de este cuento
Rey de este reino salvaje
Haces de un verso mi universo
Y lento
Contigo el tiempo pasa lento
Contigo siempre es el momento
De hacer colores las miradas
Y tú que sabes donde naufragué
Que me salvaste sin timón
Y nos miramos a la cara
Y quiero despertarme como ayer
Quemando cada curva de tu piel
Y terminar ilesos
Riéndonos a besos
Y quiero recordarte como ayer
Desnuda entre mi ropa del revés
Que me has quemado el reino
Que tú eres mi universo."
Aplaudí eufórico y exagerado poniéndome de pie también cuando terminó la canción, ella hizo reverencias cual estrella de rock y una vez dejó el mando sobre la mesa volvió a servir nuestros vasos. Observé lo que hacía y entonces acercó el mío ofreciéndomelo.
-Brindemos por el hoy, por las casualidades. - sugirió y entonces nuestros vasos chocaron, el líquido de ambos se desparramó un poco y Lina se rió a carcajadas antes de por fin dejar correr el vodka.
- Y creo que ya estás achispada, ese acaba de ser el último trago para ti, señorita.
-Nada de esso... - las eses se le extendieron de más y supe que ya era tarde. Estábamos en problemas.
-Lina... - fui a hablar pero me cortó, se había acercado a mí, tomado mis manos y llevado estas alrededor de su cintura.
Pasé saliva algo incómodo, no por ella, no por sentirla. Si no porque no quería aprovecharme de la situación.
-Joder contigo Gael, no habrá boda, es solo un baile, andaaaa... - sentirla así me daba gracia, estaba borracha pero hermosa.