Esperaré Para Amarte

Capítulo 43 - Gael

𝑵𝒐 𝒔𝒐𝒃𝒓𝒆𝒗𝒊𝒗𝒊𝒎𝒐𝒔 𝒂𝒍 𝒗𝒆𝒓𝒂𝒏𝒐
𝒚𝒂 𝒏𝒐 𝒉𝒂𝒚 𝒗𝒐𝒄𝒆𝒔
𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆𝒅𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒆 𝒗𝒂𝒄í𝒐
𝒚 𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆 𝒏𝒐𝒔 𝒆𝒔𝒄𝒂𝒑ó 𝒅𝒆 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒎𝒂𝒏𝒐𝒔
𝒕𝒂𝒏𝒕𝒐 𝒂𝒎𝒐𝒓, 𝒕𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔 𝒈𝒂𝒏𝒂𝒔
𝒚 𝒂𝒍 𝒇𝒊𝒏𝒂𝒍 𝒍𝒐𝒔 𝒅𝒐𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒊𝒎𝒐𝒔.
𝑵𝒐 𝒔é 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒇𝒖𝒊𝒎𝒐𝒔
𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒆í𝒂 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒗𝒆𝒛
𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒄𝒖𝒄𝒉𝒂𝒃𝒂 𝒕𝒖 𝒗𝒐𝒛.
𝑵𝒐𝒔 𝒅𝒖𝒓ó 𝒖𝒏 𝒔𝒖𝒔𝒑𝒊𝒓𝒐
𝒋𝒐𝒅𝒆𝒓, 𝒄ó𝒎𝒐 𝒕𝒆 𝒆𝒄𝒉𝒐 𝒅𝒆 𝒎𝒆𝒏𝒐𝒔.
𝑽𝒐𝒍𝒗𝒆𝒓í𝒂 𝒂 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓𝒍𝒐 𝒐𝒕𝒓𝒂 𝒗𝒆𝒛
𝒂𝒖𝒏𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆𝒑𝒂 𝒄𝒖á𝒏𝒕𝒐 𝒅𝒖𝒆𝒍𝒆 𝒂𝒍 𝒇𝒊𝒏𝒂𝒍
𝒗𝒐𝒍𝒗𝒆𝒓í𝒂 𝒂 𝒂𝒕𝒓𝒂𝒗𝒆𝒔𝒂𝒓𝒎𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒕𝒖 𝒑𝒊𝒆𝒍
𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒔𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒊𝒆𝒓𝒕𝒐
𝒕𝒆 𝒃𝒖𝒔𝒄𝒐 𝒚 𝒚𝒂 𝒏𝒐 𝒆𝒔𝒕á𝒔.
𝑺𝒊 𝒗𝒖𝒆𝒍𝒗𝒆𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝑴𝒂𝒅𝒓𝒊𝒅
𝒂𝒄𝒖é𝒓𝒅𝒂𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒎í.

𝑫𝒊𝒆𝒈𝒐 𝑪𝒂𝒓𝒕ó𝒏 & 𝑪𝒆𝒑𝒆𝒅𝒂.

 


¿En qué momento me había convertido en la persona que era hoy? Cualquier tío de mi edad con el corazón roto de seguro se estaría hundiendo en el alcohol o en los brazos de otra mujer que tapara las heridas o al menos las camuflase. Pero por el contrario, a diferencia del Gael de un año atrás, aquí estaba, completamente perdido por haber dejado a Lina. Lo repetía en mi cabeza y me parecía inverosímil.

Tantas veces me repetí una y mil veces no lastimarla, tantas veces había prometido cuidarla y respetarla, y aquel domingo había estado a punto de lastimarla de la peor manera, inmerso en un egoísmo puro por saciar mis deseos por ella. Esos deseos que llevaba conteniendo durante tanto tiempo por amor y ese día donde solo había pretendido sorprenderla por llegar antes de lo esperado,  se terminó convirtiendo en el peor.

Quería correr hasta ella para abrazarla y no dejarla más. Quería volver a besar sus labios tiernos. Quería volver a sentir sus manos acariciar mi nuca.  Quería tantas cosas… Pero bastaba con ponerme a pensar con claridad para echar atrás esos impulsos.

Por primera vez en toda nuestra relación me vi incapaz de esperar: el cuerpo, el alma y cada partícula de mi ser me pedía a gritos sentirla de todas y cada una de las maneras posibles. La amaba como un puto loco y no podía soportar más contener tanto deseo. Así que antes de fallarle más, antes de romperla por mis propios impulsos, entendí que lo mejor que podía hacer por ella era dar un paso al costado. Lina me amaba de una manera tan bonita y sana que no quería corromper su naturaleza, porque sabía, sabía que no habría una próxima vez donde ella me frenara, y yo…yo no iba a poder hacerlo más.

Los días siguieron eternos y vacíos. Iván me había dado lugar en su casa una vez más y le agradecí. Le agradecí porque no había otro sitio donde pudiera ir sin que se me cuestionara.

Me senté en el borde de la cama sintiéndome ahogado al volver a recordar todo lo vivido unos días atrás. Tomé aire bruscamente y dejé caer la cabeza entre mis hombros buscando tranquilizar la ansiedad que me invadió de repente. Mi torso desnudo se erizó a causa del repentino escalofrío que abrazó mi cuerpo. Estaba jodido. Realmente jodido y no veía salida temprana a todo lo que estaba sintiendo.

Levanté la mirada y el reflejo del sol sobre el ventanal de la habitación donde llevaba encerrado hacía casi una semana, me nubló la vista. 
Los días grises ayudan a que uno se sienta peor cuando lo está. Pero a diferencia del resto, darme cuenta del día hermoso que hacía me hundía aún más en la tristeza. El mundo seguía girando, el sol continuaba brillando y la gente no dejaba de sonreír a pesar de que yo estaba roto por dentro, completamente roto.

Suspiré sin dejar de mirar al exterior en el mismo momento en que la puerta de la habitación se abría. Giré la cabeza para ver de quién se trataba y la figura de mi amigo caminando hasta dónde estaba se presentó ante mis ojos. Vestía traje y camisa por lo que intuí que iba pronto para el trabajo.

-    ¿Qué hay, amigo? ¿Vas de oficina un sábado? – Pregunté  con la voz ronca intentando sonar casual y así no darle pie a iniciar una conversación para la que no estaba preparado.

-    Anoche te esperamos para cenar y no bajaste...de nuevo no bajaste y sabes que a base de agua y donuts no vivirás mucho más, ¿verdad? – Empezó diciendo sin dar atención a ninguna de mis preguntas anteriores.- Al menos no con ese cuerpo escultural que llevas y ni que hablar de lo tapada que tendrás las arterias por toda la mierda echada estos días.

-    Las juntas con Lucía no te están haciendo bien. – Intenté bromear sobre aquello para quitarle hierro al asunto.

-    No intentes disuadirme con otros temas. Iré al grano porque tengo una reunión importante en la oficina . Pero te diré tres cosas que parece que necesitas oír.

-    Y aquí vamos… - murmuré a sabiendas de que finalmente había llegado el día de recibir el sermón.

-    ¿Aquí vamos, qué? – El tono de voz de Iván había cambiado y de pronto le sentí molesto.

-    Vamos, hermano, tranquilo. Todo esto no es necesario. – Pasé mi mano por la nuca incómodo. Intenté ponerme de pie para salir de allí pero entonces Iván me detuvo sujetándome por el antebrazo.

-    No irás a ningún lado, Gael. Es que de verdad no entiendo, no te entiendo, hermano. ¿Qué coño pasa contigo? – Mi amigo se había sentado al llegar a mi lado y ahora tenía los antebrazos descansando sobre sus rodillas con la mirada fija en mi.

-    No sé qué quieres que diga. – Mis respuestas seguían siendo escuetas.

-    Quiero que seas feliz, Gael. Llevas días aquí encerrado, casi sin alimentarte y con una tristeza que jamás había visto en ti. Estás apagado, hombre y tú eres la persona más alegre y vivaz que conozco. Tienes a la mujer de tu vida hecha un trapo de piso como tú, innecesariamente. Pueden ser felices juntos y cortar con tanto rollo.

-    Ojalá fuese tan sencillo como suena de tu boca.

-    Lo es, eres tú quien lo complica. ¿Qué te impide ir por ella? ¿Qué? – Por su tono de voz supe que estaba esperando respuesta para sus preguntas.

-    No lo sé…yo… Supongo que no poder amarla como merece. – Respondí mirándole a los ojos por primera vez desde que habíamos comenzado la conversación.

-    Joder tío, si te vieras. Estás hecho un asco. Ya date una ducha, ponte ropa limpia y ve a buscarla. Luchen juntos y si tanto drama es el sexo, pues cásate con ella.



#631 en Novela romántica
#243 en Chick lit

En el texto hay: distancia, amor, amistad

Editado: 27.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.