—Nueva misión—
—¡Vamos muchachos solo serán unas semanas! —Exclamó un hombre con voz gruesa, éste estaba sentado detrás de un escritorio.
—Me niego a volver al manicomio —Replicó Josh, un chico rubio y muy alto. De unos 24 años, pero aún parecía adolescente.
—Si mi hermano no va, yo tampoco —Añadió Lucas, el hermano gemelo de Josh con los brazos cruzados. Ambos eran exactamente idénticos, aunque siempre vestían diferente para poderlos identificar.
—Tienen 24 horas para pensarlo —dijo el hombre con seriedad.
—Gracias por la "charla" Smithers —Dijo Josh con su voz sarcástica y se levantó para salir de la habitación.
Al salir del lugar se encontraban en un bar muy elegante, que sólo era frecuentado por personas como ellos, agentes de una división británica del gobierno, la cual era prácticamente desconocida para la mayoría de personas. El bar era tan solo una tapadera para ocultar su lugar de encuentros.
Recientemente les habían notificado su siguiente misión a los gemelos Stone. Ellos eran los mejores en su área, ya que fueron entrenados desde muy jóvenes para ser armas vivientes. Su madre los abandonó de bebés afuera de ése mismo bar. Smithers al salir los encontró y llevó al orfanato, ya que no podía criarlos él solo. Cuando los gemelos cumplieron 12, Smithers los visitó en el mismo orfanato donde los había dejado a cuidado de unas monjas amigas suyas. Ahí fue cuando su entrenamiento comenzó.
Al salir del bar ambos caminaron por las calles de Londres, en dirección a su departamento que tenían juntos, ambos eran unos solteros codiciados por las chicas, pero tenían prohibido relacionarse con otras personas, de cualquier tipo, incluso sexualmente. Josh era el único que obedecía todas las órdenes, por otro lado Lucas se escapaba de vez en cuando con alguna chica, incluso cuando estaba de misión en otros países.
—¿Porqué no quieres aceptar la misión? —preguntó Lucas mirando a su hermano confundido. —Será divertido fingir ser un estudiante.
—No quiero volver a la escuela —Respondió Josh cabizbajo.
—Pero si será pan comido —Añadió el mayor con una sonrisa. Lucas siempre replicaba que él era el mayor por unos segundos, aunque ninguno lo sabía realmente, no había registro de ellos en ningún hospital. Pero Josh no le importaba y lo dejaba creer que él era el mayor. —Imagina todas las chicas que habrá.
—Si sabes que la mayoría serán menores de edad ¿verdad? —se burló el rubio menor.
—¡Mierda si es cierto! —Exclamó Lucas decepcionado.
—Además, no es mi estilo de misión hacerme pasar por un maldito adolescente. —Replicó Josh furioso. —Preferiría volver a Arabia.
—¡Vamos no me hagas ésto! —El mayor miró a su hermano directamente a los ojos. Siempre trabajaban en equipo, nunca hacían ninguna misión por separado. —Sabes que me encanta ir a América. Vamos y te dejo elegir la siguiente misión.
Josh no pudo resistir las súplicas de su hermano y aceptó. El mayor comenzó a reír como idiota, siempre hacia eso cuando viajaban a América, uno de sus lugares favoritos. Enseguida le notificaron a Smithers que aceptaban la misión.
Al llegar a su departamento decidieron revisar los detalles. Tenían unas pantallas pequeñas que parecían Tabletas, donde les enviaban toda la información. El objetivo era Atrapar a Adrian Garcia. Un narcotraficante buscado en varios países, pero siempre se salía con la suya y lograba escapar de la ley. Recientemente se asentó en Long Beach California, donde su hijo asistía a la escuela.
—¿Que opinas? —Preguntó Josh mostrándole a su hermano la información. —¿Aún crees que es pan comido?
—Pues claro —Respondió Lucas entre risas. —Solo hay que acercarse a él. —Éste apuntó a la imagen de un chico moreno, el cual era el hijo de Santos.
—Miguel Garcia... —Leyó el hermano menor, mientras veía la imagen detenidamente. —Pero hay un problema...
—¿Cuál? —Preguntó Lucas preocupado, éste ya se encontraba empacando ropa.
—Aquí dice que solo hay cupo para uno en la escuela —Añadió Josh sorprendido.
—¿y? —el rubio mayor le restó importancia y siguió empacando. —Tu dijiste que no quieres volver a la escuela.
—No pienso quedarme atrás, mientras tu te diviertes. —Replicó molesto. —si vamos a hacer ésto... Tiene que ser juntos.
—¿Entonces? —Insistió Lucas intrigado. —¿cuál es el plan?
—Hablemos de eso al llegar —dijo Josh cortante, mientras buscaba algo debajo del cajón de ropa interior.
Debajo había un teclado con varios números, éste ingresó un código y el closet se abrió de par en par dejando ver todo tipo de armas. Ambos hermanos empacaron todo lo necesario para la misión, intercomunicadores, armas, etc.