Capítulo#4

–Ya hemos llegado – nos informa mi padre
Habíamos llegado a la casa de mi abuela, ahonque bueno, esto de casa no tiene mucho, era más bien como un pequeño rancho. Solo había estado aquí un par de veces cuando era niña, por lo que no recuerdo mucho de este lugar, solo algunas cosas y la razón era que mi abuela y yo no éramos muy cercanas, ella decía no estar de acuerdo con la forma en que mis padres me estaban criando y después de la muerte de mi hermano, ella se distancio de nosotros, él era su favorito, el niño lindo de sus ojos, no pudo soportarlo y se vino a refugiar a este lugar.

Nos bajamos del auto y junto a la puerta de la casa está ella de pie, con su espalda recta, vestido elegante y bien planchado, un fino peinado con hebras blancas que destacan en su negro cabello, resaltando así su avanzada edad. Todo en ella refleja "autoridad", una mujer de carácter fuerte y decidida, que no teme ante nada y nadie en la vida, y la verdad no me equivoba, mi abuela era todo lo que su apariencia reflejaba y más 

– Bienvenidos – dice saludando a mis padre, para después girarse a mí y mirarme con suma seriedad

– Aitana, tus padres me han informado de la situación, estoy al tanto de todo, a si que, está demás decirte que debes comportarte ¿Cierto?

– Si señora – se gira para mirar a mis padres 

– Vayamos a desayunar

Dos horas después ....

–Aitana ven, quiero hablar contigo

Me acerco hasta donde está y me siento a su lado

– De qué quiere hablar señora – ella no responde pero me mira fijamente

– ¿Sabes? No deberías hablarme así, soy tu abuela, merezco repeto – no digo nada y suspiro, estaba algo tensa 

– Lo siento, es que creí que tú también ....

– ¿Qué? ¿Te regañaría, te castigaría, te juzgaría ? Aitana, ya no eres una niña, eres una jovencita y ya es hora de que te hagas responsable de tus propios errores – de todas las personas que me rodean, nunca pensé que sería el la que me dijera eso, me había sorprendido realmente

– Y ahonque te sorprenda – continuo diciendo – cuando tus padres me contaron lo que estaba pasado, yo fui la que les pidió que te enviaran, yo quiero ayudarte Aitana, pero eso solo lo puedo hacer si me dejas

No lo creo, ella quiere ayudarme – ¿En serio? ¿Porqué lo harías? Nunca te intereso nada de lo que pudiese pasarme, en tu pequeño mundo sólo existía mi hermano Adel, y la verdad nunca me importó pero aún así eras mi abuela y de alguna forma queria tu atención, pero al parecer eso nunca fue posible, así que no lo entiendo ¿Qué cambió?

– Cambiaron muchas cosas Aitana, es verdad que yo siempre estuve más pegada a tu hermano, porque él fue mi primer nieto y el mayor, pero eso no quiere decir que nunca te quise, de hecho eras tú la que me rechazabas. Tus padres te tenían tan consentida que tú siempre te has creído el ombligo del mundo y no valorabas nada de lo que te dábamos.

– Si ese es el criterio que tienes de mí, porqué me quieres ayudar

– Porque a pesar de todo eres mi nieta y pude ver que tu amor por Abel era sincero, que en verdad lo querias y que Emily solo quiere lastimarte, ella siempre ha estado enamorada de Abel, solo que ustedes nunca se dieron cuenta, por eso es que ha reaccionado de esta forma

"Puede que tenga razón" Pienso, sé que Emily nunca había sido santo de su devoción, pero estoy de acuerdo con que, en estos últimos días ya no es la misma, algo ha cambiado

– Solo quiero que sepas que a pesar de que todos te hayan dado la espalda, yo estoy aquí para ti, para ayudarte y apoyarte, eres lo único que me queda, y no pienso volver a alejarme de tu lado, quiero enseñarte todo lo que sé de la vida, eres muy joven todavía y tienes mucho que aprender

– Espero no decepcionar a la única persona que me ha brindado su apoyo– me ha dejado sin palabras, realmente la última persona que pensé que me ayudaría sería mi abuela, pero como siempre, nada es lo que parece

.....

La brisa corre y se siente el leve frío del cambio de estación, estábamos entrando en invierno, mi época favorita del año. Mis padres y yo siempre hacíamos un viaje familiar, nos gustaba ver cómo celebraban navidad en distintas partes del mundo, era una de las pocas veces que teníamos tiempo para compartir juntos, pero no sería así en esta ocasión. Estaba en casa de mi abuela, no con ellos y ahonque me duela no tener su apoyo en estos momentos, aún así los extraño mucho y quisiera que estuviesen conmigo, pero sé que está ves no será.

Había decidido dar un paseo y ver los alrededores, todo estaba tal y como lo recuerdo, nada había cambiado. Al comienzo de la entrada al rancho se apreciaba un gran muro de piedra junto a una reja negra, adornada de unos faroles dorados, un camino empedrado hasta la entrada de la casa y un hermoso jardín delantero con enormes pinos que seguían el recorrido y grandes arbustos de rosas, las blancas son mis favoritas. La casa la conforman, una planta baja con el recibidor y grandes ventanas de cristales, un baño para invitados junto a una cocina. Mientras que en la planta alta se hallaban los cuartos de la casa. En el patio trasero exciste un segundo jardín, parecido al de la entrada, un pequeño ranchón para actividades con familiares y amigos y una hermosa piscina. Mi abuela también se dedica a la cría de ganado y carreras de caballos, era realmente emocionante cuando veníamos a verla participar, al parecer fue de ella de quién heredé la pasión por las carreras:

"Y mira hasta donde te llevó" – me recordó mi conciencia

Al parecer, todos de alguna forma tenían razón, era culpable de cierta forma, no del crimen pero si por mí inmadurez, tendría que haberlo pensado mejor antes de haber insistido en ir cuando Alexander nos invitó, pero de nada vale lamentarme por el resto de la vida, tenía un futuro por delante y un hijo que criar, un ser que dependía de mi y que siempre estaría para él hasta el día de mi muerte, no le iba a fallar, a él no, eso nunca me lo perdonaría.