Espíritu Animal

VI. Danza Aleteo

La navidad ya había llegado a la ciudad, los adornos recorrían las calles y había un gran pino en el centro. La ciudad estaba helada, pero eso no detenía a los ciudadanos a festejar el desfile navideño de cada año. Así que muchas escuelas ya estaban reunidas en las principales calles de la ciudad, donde daría comienzo el desfile. Dos chicos caminaban despreocupados entre toda la gente; era Marco y su mejor amigo, Tadeo. Marco llevaba una bolsa de frituras en la mano.
— Escuché que iban a dar puntos a los alumnos que entraran al desfile…— Dijo Tadeo.
— Si, algo así escuché, mi amiga Génesis entró.
— ¿Y tú no necesitas puntos extras?
— Si, pero odio los desfiles ¿Y tú?
— No necesito los puntos.
— Confesó Tadeo. — ¿Entonces porque estamos aquí? — Preguntó desconcertado.
— Porque Génesis dijo que si no veníamos nos mataría, bueno, a Kevin y a mí, claro.
— ¿Ella es tu novia?

— ¿Génesis? No, gracias al cielo no.
— Sabes que es incómodo estar con tus amigos.
— Vamos, esfuérzate un poco, solo seremos Kevin, tu y yo. Génesis desfilará y no hablaremos, solo veremos el desfile.
— Muy bien.
Los chicos siguieron su camino adentrándose hacia donde estaban todos. Génesis se encontraba hablando con Kevin mientras ella se preparaba para el desfile.
— ¿No ha llegado Marco?
—Nop, dijo que estaría aquí…

— Si no llega, lo mato; le pedí que entrara al desfile conmigo porque él también necesitaba los puntos y aun así se negó.
— Ya conoces a Marco, será una suerte si llega a la universidad.
De pronto su conversación fue interrumpida por Sabrina, la chica que había mantenido algunas conversaciones con ellos.
— Hola, ¿Marco no participará?
— Yo estoy muy bien, gracias.
— Dijo Kevin con sarcasmo. — Y no, Marco no participará, solo vendrá a ver a Génesis.
— ¿Es tu novio?
— ¿Marco? No, gracias al cielo no, solo somos buenos amigos. Los tres.
— Así es.
— Dijo Kevin. — Bueno, iré a buscarlo. Suerte a ambas.
— Encuéntralo. —
Le amenazó Génesis.— ¿Tú necesitas puntos? — Le preguntó a Sabrina.
Pues no aún, pero, ¿Qué tal si saco un nueve y este punto me ayuda a llegar al diez?— Génesis sonrió.
— Vaya, debes ser igual de inteligente que Kevin, yo me esfuerzo por no bajar de ocho.
Bueno, mis padres son muy estrictos conmigo.
De pronto, una voz de hombre las interrumpió.
— ¿Dónde está el tarado de tu amigo? — Gritó Hilario.
— Pues estoy viendo a un tarado, pero no eres mi amigo.
— Sabes a quien me refiero.

— No desfilará.
— ¿Qué? Pero necesita puntos.
— Dijo Hilario.
— Pero prefiero tener mi dignidad. — Le dijo Marco, que recién había llegado.
— Maldito…— Gruñó mientras comenzaba a caminar hacia él.
— Adelante, golpéame. Pierde los puntos que ni siquiera has ganado.
— Bien, pero ya reiré cuando uno de los dos tenga seis y suba a siete.

Hilario le lanzo una mirada fulminante y se fue.
— ¿Sabes? Cada vez eres mejor para ponerlo en su lugar. — Le dijo Génesis
— Considerando que te pateó el trasero desde que entramos a la secundaria, es un gran avance. — Opinó Sabrina.
— Últimamente ella siempre entra en nuestras conversaciones. — Soltó Marco. Sabrina se sorprendió un poco.
— Hum… Lo siento…— Dijo mientras se alejaba.
— Bien hecho, Marco. — Le reprendió Génesis una vez que Sabrina estuvo alejada de ellos.
¿Qué dije? ¡Fue una broma!
Algunas personas no conocen tu sentido del humor tan pesado. — Le dijo Tadeo.
¡Vaya! ¡Que llorones son algunos!
Deberías ir a decirle que fue una broma. — Sugirió Kevin.
— El lunes en clase.
— Estamos de vacaciones hasta el próximo mes.

Bueno, el primer lunes de clase que tengamos.— Génesis suspiró.
— Olvídalo, el desfile ya va a comenzar. Vayan y ganen un lugar.
Suerte. — Dijeron Marco y Kevin mientras se alejaban aún discutiendo si Marco fue grosero o no.

En uno de los grandes edificios del centro, tres sombras observaban como preparaban el desfile. Eran Spark y sus aliados.
— ¿No podemos esperar a que termine el desfile? — Preguntó Leafdy — Siempre he querido ver uno.
— La vida del amo es más importante.
— Dijo Shark.
— Ya los hemos hecho fuertes, es tiempo de subir de nivel, ¿La traes? — Preguntó Spark.
— Por supuesto. — Dijo Leafdy mientras sacaba un frasco con una mariposa algo grande para las de su especie. Tenía unas grandes alas color verde limón con marcas negras en ella.
— ¿Una mariposa? — Preguntó Shark anonado.— ¿Subiremos el nivel con una mariposa?
— No es solo una mariposa, es “LA” mariposa. Esta es la especie más grande del mundo, es una “alas de pájaro reina”. —
Le dijo Spark.
— ¿Y? — Preguntó Shark sin poder creerlo.
— Ya verás mi acuático amigo, ya verás. Haré los honores.— Dijo Spark mientras sacaba una píldora negra y se la daba a la mariposa. Inmediatamente después la hacía volar.
Los tres la miraban volar, y segundos después la mariposa se transformó en una versión gigante de sí misma. Y era gigante de verdad, todo el centro de la ciudad quedo cubierto por su sombra, la gente comenzó a gritar de inmediato, y esta destruía algunos edificios altos con sus alas.
Shark sonreía asombrado.
— ¡Esto es increíble! — Gritó de emoción. — ¡Ahora si nos superamos!
No vuelvas a dudar de mí. — Le dijo Spark.
No lo hare, querido amigo.
La gente corría por todas partes mientras intentaba escapar, el pánico era tan grande que algunos empujaban a otros.
— ¿¡Qué diablos es eso!? — Gritó Marco asustado.
— No puede ser…— Murmuró Kevin.
— ¡Tenemos que salir de aquí, Marco! — Le dijo Tadeo
— ¡No, tengo que…!— Comenzó, pero se detuvo porque recordó que Tadeo no sabía nada. — Adelántate, iré a buscar a Génesis.
— Olvídalo, iré contigo.
No, no te arriesgues, tú mismo lo has dicho, son mis amigos.
— Pero tú eres mi mejor amigo, ¡Andando! — Dijo Tadeo mientras corría entre la gente. Marco y Kevin se miraron y corrieron detrás de él. Génesis se encontraba con Sabrina entre el pánico de la gente.
— Tenemos que irnos. — Le dijo Sabrina.
— No, tengo que encontrar a Marco y Kevin.
— Ellos estarán bien, no puedo decir lo mismo de nosotras si no nos movemos rápido.

De pronto Sabrina comenzó a tambalearse.
— ¡Sabrina! ¿¡Estas bien!?
— Si… solo… me siento un poco cansada…— Murmuró mientras caía al suelo; y no solo era ella, si no toda la gente en el centro.
— ¿Qué diablos pasó…?
Los chicos estaban tratando de encontrarla, pero de pronto, Tadeo también comenzó a tambalearse.
¡Hey! ¿¡Estas bien!?— Tadeo no dijo nada y cayó al suelo. — ¡Tadeo! — Gritó Marco desesperado. —¡Despierta!
— Tranquilo, Marco, solo está dormido…
— Dijo Kevin mientras tomaba su pulso. — Todos lo están. — Dijo mirando alrededor .
— Llevémoslo a un lugar seguro.— Dijo Marco mientras cargaba a Tadeo.
Mira. — Apuntó Kevin hacia un Hilario desmayado.
Marco suspiró — Tómalo, llevémoslos a ambos a un lugar seguro.
Los chicos los dejaron lo más alejado posible de esa mariposa.
— ¿Crees que esa mariposa tenga que ver con que todo mundo se haya desmayado? — Preguntó Marco.
— Podría apostarlo. — Dijo Kevin.
— ¿Por qué a nosotros no nos afecta?
— Tal vez porque nuestro sistema ahora es diferente.
Génesis llegó corriendo hacia ellos con Sabrina en sus espaldas.
— ¡Maldición! Por fin los encuentro. — Les dijo ella — ¿Qué está pasando?
Preguntémosle a ella. — Señaló Marco a la mariposa.
— ¡Chicos! — Gritaron las maestras mientras llegaban hacia ellos.
¿Están bien?
Nosotros sí, pero, ¿Ellos? — Preguntó Marco.
La mariposa debe estar soltando alguna especie de somnífero mientras aletea, y a este paso dormirá a toda la ciudad.
¿Y cómo los despertamos? — Preguntó Kevin.
Supongo que el efecto pasará por sí solo, pero mientras esa cosa siga aleteando, el somnífero no saldrá del aire.
Bien, acabémosla. — Dijo Marco
Chicos…— Dijo Loyda. — Esto está fuera de su liga.
No lo sabremos si no lo intentamos. — Dijo Marco.
Vayan. — Dijo Rosy. — Nosotras nos encargaremos de sacar a la gente de las calles.
Los chicos asintieron y se dispusieron a ir contra la mariposa.
Una cosa más. — Dijo Martha — No crean que el somnífero no los afectará, si lo hará, pero tardará más, así que dense prisa.
— Muy bien. ¡Vamos! — Gritó Marco mientras el espíritu de sus animales los rodeaba y se transformaban.
Los chicos saltaron, dejando a las maestras en el suelo. Rosy estiró su mano y salieron varias raíces, como las de Leafdy, con las cuales tomó a la gente y la alejo de las calles. Loyda cerró los ojos y levanto las manos, levantando a la gente con una especie de telequinesis. Martha soltó una especie de burbuja de la palma de su mano, que atrapo a la gente y comenzaron a flotar.
— ¿Alguna idea de cómo parar esta cosa? — Preguntó Marco.— Cualquier sugerencia es buena.
— Yo tengo una idea, pero no sé si funcione. — Confesó Kevin.
— Eso es mejor que nada.
Kevin se acercó a la orilla del techo y lanzó su expansión de agua sobre la mariposa, pero esta ni se inmuto. — No funcionó. Mi turno. — Dijo Génesis mientras volaba hacia la mariposa. Génesis lanzó sus ráfagas de viento, pero la mariposa solo lanzó una especie de rayo de sus antenas, que logró derribar a Génesis.
— Mi turno. — Dijo Marco mientras saltaba a su espalda; usó sus garras de fuego y logró molestar a la mariposa.
Esta se ladeó un poco para deshacerse de él, pero antes de caer encajó sus garras en un ala.
— No me derribarás tan fácil.
De pronto los ojos de Marco comenzaron a sentirse pesados y su mano soltó el ala, causando que cayera hacia el suelo y se estrellara. — Maldición…— Gruñó mientras sus ojos intentaban cerrarse. — No ahora… aún no… ¡Aún no! — Gritó mientras encajaba sus garras en su hombro izquierdo y sus ojos se abrían de golpe. — ¡Funcionó!
Kevin comenzaba a sentir el cansancio y comenzó a hincarse.
— ¡Kevin, rápido! ¿En qué parte del cuerpo causa menos daño una herida?
— Bueno… eso depende de muchos factores, entre ellos…

Marco puso los ojos en blanco y encajó sus garras en la cola de Kevin.
— ¿¡Porque hiciste eso!? — Gritó mientras se levantaba furioso.
— Bueno, tu cola solo aparece cuando te transformas y no creo que la uses mucho, además, el sueño desapareció, ¿no?
Tienes razón, funcionó. Vaya, bien pensado Marco.
Dejemos lo halagos para después; ¿Cómo derrotamos esa cosa?
Bueno… el sueño es causado por sus aleteos, así que, ¿Qué tal si primero nos concentramos en bajarla al suelo y después en derrotarla?
— Me parece bien, vayamos por Génesis.
— No hace falta. —
Dijo ella mientras aparecía tras ellos.
¿Por qué no estás dormida? — Preguntó Marco.
No lo sé, quiero creer que es porque somos de la misma especie.
Tiene sentido. — Dijo Kevin.
¿Alguna idea? — Gruñó Marco.
Los tres se miraron sin saber qué hacer.
— Bueno…— Murmuró Kevin.— Tengo otra idea, pero no sé si funcione…
— Cualquier idea es buena en este momento…
— Bien, acérquense.
— Dijo Kevin mientras veían como la mariposa seguía avanzando a un paso lento.




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