La primavera comenzaba a llegar en la ciudad. El sol lo cubría todo, era un día perfecto a simple vista. Los chicos se encontraban en su aula tomando clase. Después de la salida en san Valentín, el grupo
de Hilario ya no los había molestado tanto. Es decir, estaban furiosos con ellos, pero era como si hubieran ganado algo de respeto.
— Muy bien. — Dijo la maestra Rosy. — Tienen media hora para responder el examen, recuerden que después de esta semana nos iremos a descansar una semana por las vacaciones de primavera. Así que este examen evaluara su cuarto parcial.
— Genial…— Dijo Marco mientras negaba con la cabeza. El tiempo pasaba y todos contestaban su examen, algunos más rápido que otros, hasta que el tiempo acabó y tuvieron que entregar sus exámenes.
— Muy bien, chicos, los veo el viernes y les entrego los resultados antes de que se vayan de vacaciones. — Dijo mientras se levantaba de su asiento y todos salían del salón. Solo quedo el grupo de Marco, la maestra Rosy, y la recién agregada Sabrina. — Chicos, me enteré de que esta noche jugarán el primer partido de la temporada. — Les dijo la maestra.
— Así es. — Sonrieron ambos.
— ¿Estará ahí, maestra? — Preguntó Marco antes de que la maestra abandonara el aula.
— Por supuesto, no me perdería su partido. De hecho, Loyda y Martha también irán.
— Que bien, las esperamos esta noche. — Dijo Kevin. La maestra sonrió y abandonó el aula.
— Tienen una buena relación de amistad con las maestras. — Notó Sabrina.
— Solo con ellas tres. — Aclaró Génesis.
— Si… Esmeralda me odia. — Dijo Marco.
— Bueno, en su defensa, la dejaste hablando sola delante de todos.
— Se lo merece. — Dijo mientras los cuatro abandonaban el salón. Las clases pasaron rápido después de eso, y los chicos salieron directo a sus casas a alistarse para el partido de esa noche.
En un almacén alejado, el grupo de Spark planeaba algo.
— ¿Estas segura que es esta noche? — Preguntó Shark.
— Que sí. — Gruñó Leafdy. — Me infiltré bien y logré ver algunos folletos y anuncios, es esta noche. — Bien, entonces esta noche será. — Dijo Spark.
Marco estaba en su hogar, en su cuarto, acomodando todo lo que necesitaba en su mochila, su abuela lo miraba desde la puerta.
— ¿Qué pasa? — Le sonrió Marco cálidamente en cuanto la notó.
— Solo estaba viéndote. Suena loco, pero pareciera como si este año hubieras crecido mucho, y ahora estas en el equipo de futbol.
— Si, yo también lo siento.
— ¿Realmente jugar futbol es lo que quieres? — Le preguntó su abuela.
— Pues… solo es un pasatiempo.
— Bien, me alegro que sea eso y que lo hagas porque te gusta, no porque sientas que debes darle gusto a alguien. Te veré esta noche en tu partido, suerte. — Dijo mientras le daba un beso en la frente. Marco sonrió y siguió guardando sus cosas. Marco salió de su habitación y se dirigió corriendo a la escuela, al llegar ahí ya estaban Kevin, Hilario y David.
— Llegas tarde. — Dijo Hilario.
— Claro que no, faltan tres horas para que empiece el partido, no sé porque nos citan tan temprano. — Gruñó Marco.
—Escuchen.— Dijo David. — Tenemos a Johnny en la portería, Marco e Hilario, ustedes serán delanteros en este partido. Kevin y yo nos quedaremos en medio junto a otro, y pondremos a los demás en la defensa. Con la velocidad de ambos podremos lograrlo. ¿Pueden hacerlo?
Marco e Hilario se miraron.
Era imposible que trabajaran en equipo. El tiempo pasó rápido y la gente comenzó a llegar, al igual que el equipo rival. La noche cayó en la ciudad, pero el calor permanecía, después de todo, la primavera ya había llegado.
— Génesis ya está aquí. — Dijo Kevin apuntando a las bancas. — Y vino con Sabrina.
Las chicas saludaron desde las gradas.
— ¿Tu familia vendrá a verte? — Preguntó Marco.
— Si, ya están aquí también. — Le indicó donde estaban sentados. — ¿Y la tuya?
— No se lo perderían. — Dijo Marco mientras veía a su abuela, su padre y hermanos sentados en las primeras filas.
— ¡Muy bien! — Gritó el entrenador llamando la atención de todos. — ¿Ya están listos para demostrar quién manda en el campo? ¡Estos bastardos no pueden ganarnos el partido, ¿Entendieron?! ¡si pierden, yo los reprobaré todo lo que queda del año!
— Vaya forma de motivar. — Dijo Marco.
— No va a reprobarnos, ¿Cierto? — Sonrió Kevin.
— Puedes apostarlo. — Dijo el entrenador apuntándole.
— ¿Apostar qué? — Se preguntó Kevin nervioso, Marco solo negó con la cabeza.
Minutos después los jugadores comenzaron a entrar al campo, excepto Hilario, que detuvo unos segundos a algunos jugadores.
— Escuchen… solo pásenme la pelota a mí, ¿Entendido?
— Pero David dijo que Maldonado era bueno, y nosotros también lo hemos visto.
— El mismo dijo que tuvo suerte, y yo lo conozco desde que teníamos cinco, es un perdedor, pásenme la pelota a mí.
Los chicos dudaron unos segundos, pero luego asintieron. El árbitro sonó su silbato en señal de que debían entrar al campo. Cada equipo se posicionó en su lugar e Hilario fue puesto en medio del campo con un jugador contrario.
— ¿Águila o sello? — Preguntó el árbitro.
— Águila. — Dijo Hilario. El árbitro lanzó la moneda e Hilario ganó, sonó el silbato y el juego comenzó. Hilario no dio ningún pase, solo comenzó a correr hacia la portería del equipo rival. Eso no sorprendió a Marco, era de esperarse. Hilario avanzó varios metros, pero le quitaron el balón y regresaron hacia el otro lado del campo. Marco se dio prisa y corrió directo hacia el chico que traía el balón. Intentó dar un pase a su compañero, al menos ellos si trabajaban en equipo, pero Marco lo interceptó antes de que llegara. Tomó el balón y comenzó a correr, con el equipo contrario detrás de él. Sería fácil llegar hasta la portería, pero debía hacer creerá la gente que solo era suerte, así que decidió pasar el balón a un lateral. El chico perdió el balón al instante y Marco se arrepintió de inmediato de haberlo pasado. Era notorio que estos chicos eran mejores que ellos. Kevin recupero el balón y lo lanzó hacia Marco, este se preparó para recibirlo, pero Hilario lo interceptó. Comenzó a correr, ignorando a Marco y se dirigió hacia la portería. Tiró y anotó un gol. El público local se emocionó, mientras el de visita enloqueció.
— Tenemos que tener cuidado con esos tres, los demás parecen no saber jugar. — Dijo un miembro del equipo contrario. Hubo un saque desde la portería y comenzaron a correr de nuevo tras la pelota. David interceptó a los jugadores y recuperó el balón, corrió alrededor del campo y cuando se vio presionado, pasó el balón hacia Hilario. Hilario corrió de nuevo hacia la portería, pero perdió el balón antes de llegar. Marco lo recuperó y corrió sin mirar atrás, decidido a anotar un gol. Y lo logró. El público se levantó de nuevo, excepto los amigos de Hilario. La familia de Marco, junto a sus amigas, aplaudió. El cielo, que estaba despejado, comenzó a llenarse de grandes nubes .
— Que extraño… se ve como si fuera a llover. — Dijo Génesis mirando al cielo. El partido continuó, y por más que el equipo contrario lo intentaba, no podían pasar de Marco e Hilario, y si lo lograban, Kevin y David los regresaban. El otro equipo era bueno, pero ni siquiera así podían anotar un gol. Del cielo comenzó a caer lluvia, al principio fue leve, pero después era una gran lluvia. Los jugadores se detuvieron por un segundo. — ¿Crees que detengan el partido? — Preguntó Kevin.
— No lo creo, vamos ganando, el entrenador no lo detendría por nada del mundo.
Pero pronto Marco se comería sus palabras, pues un relámpago se estrelló a mitad del campo y cuando el humo se dispersó, aparecieron Spark, Shark y Leafdy.
La multitud comenzó a correr desesperada, los jugadores de ambos equipos abandonaron el campo, excepto Marco, Kevin e Hilario.
— ¡Fenómenos! — Les gritó Hilario. Spark volteó hacia él. — Les recomiendo salir de aquí antes de que el chico león y sus amigos lleguen y acaben con ustedes. — Dijo confiado.
— Tal vez deberíamos salir de aquí…— Dijo Marco algo preocupado.
— ¿No lo sabes? — Murmuró Spark. — Ellos ya están aquí.
— ¿Ah? Pues mejor aún, deberían irse lo más rápido posible.
— ¿Tú crees que esos niños podrían derrotarnos? ¿No viste lo que pasó la última vez? ¿Cómo no fueron capaces de salvar a esa familia de morir incendiados? — Spark notó como Marco comenzó a cerrar el puño y su quijada comenzaba a temblar.
— Hilario, deberíamos irnos…— Dijo Kevin, pues había notado lo mismo que Spark.
— ¡Váyanse ustedes! Sé que son unos cobardes, pero yo sé que los Dobutsuonis vendrán a ayudarme…
— Si no mueves tu trasero de aquí apuesto que no…— Susurró Kevin.
— ¡Marco!—Marco escuchó a su familia gritando, y había olvidado por un momento que habían estado ahí. Marco decidió dejar atrás a Kevin e Hilario y correr.
— Cobarde…— Dijo Spark.— Entonces supongo que puedo atacarlos y los Dobutsuonis vendrán a defenderlos, ¿no?
— ¡Así es! — Exclamó Hilario. La familia de Marco estaba desesperado buscándolo, o al menos su padre y su hermano. De pronto, el chico león, como lo había denominado la sociedad, apareció frente a ellos. Su hermano se espantó, pero su padre ni se inmutó.
— ¡Deben salir rápidamente de aquí! — Les advirtió.
— No puedo irme, ¡Estoy buscando a mi hijo!
— ¿Es un chico de cabello negro, chaparro, que usaba el número 18 en la camiseta?
— S…Si — Balbuceó su padre.
— Se fue hace unos minutos, lo vi correr fuera del campo.
— Que extraño… ni siquiera lo vi.
— Si, tal vez puedan alcanzarlo. Váyanse de aquí, es peligroso.
El padre de Marco hizo caso y se fue con su hijo. Marco volvió su atención hacia Hilario y Kevin, que estaban a punto de ser atacados por Spark. Una ráfaga de viento separó al grupo de Spark. Al parecer, Génesis había llegado. Marco apareció detrás de ellos y lanzó sus garras de fuego.
— Por fin aparecen. — Exclamó Spark.
— Aún falta uno…— Dijo Shark sonriendo hacia Kevin e Hilario. Kevin sintió la indirecta, y estando Hilario ahí, era peligroso.
— ¡Váyanse de aquí antes de que salgan lastimados! — Les gritó Marco.
— ¡Bien! — Le gritó Hilario obedeciendo. — ¡Párteles la cara!
Marco lo ignoró, solo se preguntaba qué diría Hilario si se enteraran que su héroe y Marco eran la misma persona. Kevin e Hilario corrieron fuera del campo y de pronto se encontraron con Sabrina. Todos se asustaron.
— ¿Qué haces aquí? — Le preguntó Kevin.
— Estaba buscando a Génesis…— Explicó. — La perdí de vista…
— ¿Segura que no salió? — Preguntó Kevin aprovechando la situación.
— Sí, estoy segura…
— Muy bien. Váyanse — Les dijo a ambos. — Iré a buscar a Génesis.
— Pero es peligroso...
— Tranquila, estaré bien, vayan.
Hilario dudó por un segundo, lo cual se le hizo extraño a Kevin.
— Estaré bien. Además, si Sabrina necesita que alguien la proteja, le iras mejor tu que yo. — Mintió Kevin. Ambos corrieron fuera del estadio.
Una vez estuvieron lejos, y Kevin se aseguró que nadie lo veía, el espíritu de su animal lo rodeó y se transformó. Kevin entró al campo y ahora eran tres contra tres.
— Por fin están completos. — Dijo Spark.
— ¿Qué están haciendo aquí? — Les gritó Marco.
— Venimos por ustedes. — Contestó Spark. El campo solo era alumbrado por la iluminación del estadio. Era noche y la lluvia era muy fuerte. No había absolutamente nadie, solo ellos seis y sabían que esta pelea iba en serio, y era diferente a la batalla de aquella noche. Ellos sabían que no pelearían contra una sola bestia en equipo, y los otros sabían que estos chicos se habían hecho más fuertes desde aquella noche. Ninguno hacia ningún movimiento, solo se miraban entre sí. Un relámpago cayó en medio de ambos equipos y automáticamente corrieron el uno contra el otro. Ya cada quien sabía quién era su rival.
Shark trató de darle un cabezazo a Kevin, pero este puso sus aletas para detener el golpe. Dio una pequeña vuelta y lo golpeó con la cola.
Leafdy trató de atrapar a Génesis, quien no podía volar a causa de la lluvia; solo le dio tiempo de saltar hacia un lado, pero Leafdy se acercaba con fuerza hacia ella. Trató de detenerla con sus ráfagas de viento, pero no fue suficiente, pues Leafdy la golpeó con las ramas de sus brazos y la lanzó por el campo. Marco lanzó un puñetazo con su brazo derecho, mientras Spark lanzaba un puñetazo con su brazo izquierdo. Ambos atraparon el golpe con su otro brazo, quedándose inmóviles en medio del campo.
— ¿Crees que esta vez serán capaces de vencernos? — Le preguntó Spark.
— Tenemos que hacerlo. No sabemos cuál es su plan o que es lo que quieren, pero ustedes saben mucho de nosotros, no podemos seguir arriesgándonos.
— Que lastima, porque nosotros venimos dispuestos a llevarlos con nosotros.
Spark dio un salto sobre Marco y sin soltarlo, lo lanzó al suelo, trató de darle un puñetazo, pero Marco lo atrapó con sus pies y lo lanzó hacia la portería. Leafdy estaba golpeando a Génesis con sus ramas, era como si estuviera dándole latigazos y ella no podía hacer mucho.
— ¡Maldita sea! — Gritó frustrada. — Esta maldita lluvia no me deja defenderme…— Dijo mientras se levantaba del suelo y en un ataque de furia corría hacia Leafdy, rasguñándole el rostro con desesperación. Kevin estaba dando puñetazos a Shark, quien lograba defenderse de cada golpe. Logró pasar un golpe entre sus brazos y lo dañó con su filosa aleta, cortándole un poco el pecho.
— Maldito mocoso…
Shark se volvió líquido y su cuerpo se perdió en el campo mojado.
— Podría estar en cualquier parte…— Susurró Kevin. De pronto un golpe le llegó por la espalda, volteó de inmediato a defenderse, pero el golpe le llegó por otro lado. En unos segundos, Kevin estaba siendo golpeado por todas partes.Leafdy por su parte logró atrapar a Génesis con sus lianas y la estrelló contra el suelo.
— Piensa de nuevo…— Dijo Spark mientras se levantaba y caminaba hacia Marco, tomándolo del rostro y soltando una descarga eléctrica directamente en su cuerpo.— ¿Realmente crees que podrán vencernos?
Marco volteó hacia sus amigos; y por un lado vio a Génesis siendo azotada por Leafdy, y por otro estaba Kevin siendo golpeado por la lluvia.
Era claro que ellos tenían más experiencia, y por un momento se preguntó si lograrían salir vivos de ahí…
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Editado: 27.04.2021