Espíritu Animal

XI.- Somos un equipo.

Era una noche fría en la ciudad. La lluvia caía fuertemente y los truenos se escuchaban por todas partes. La gente se encontraba refugiada de lo que parecía ser una tormenta eléctrica. Las tres maestras que enseñaban a los chicos estaban fuera del campo de futbol, deseando ayudar, pero sin poder hacerlo.
— Los van a matar…— Dijo Rosy con preocupación en su voz.
— No podemos intervenir, con el nivel de energía que tenemos ahora seremos más un estorbo. Ya pasaron siete meses desde que los chicos obtuvieron sus poderes, tienen que ser más fuertes al día de hoy, solo nos queda confiar en ellos.
Y se quedaron ahí, bajo la lluvia, observando la batalla entre ambos grupos.

Un rayo lanzó a Marco a través del campo, el golpe era demasiado fuerte, y el clima no ayudaba para nada.
Kevin se encontraba en el suelo, al igual que Génesis, el equipo de Spark se juntó.
— Todos estos meses estuvimos creando bestias para que lucharan contra ellas y ganaran experiencia, y aun así los hemos vencido con facilidad, supongo que poder y experiencia son cosas muy diferentes. — Les dijo Spark observándolos con superioridad.
— ¿Y para que querrías darnos experiencia…?— Preguntó Marco aún aturdido por el golpe del rayo.
— Verás… Hemos estado cazando Dobutsuonis por un tiempo. Últimamente no hemos encontrado, así que supusimos que, o acabamos con ellos, o simplemente se hicieron mejor escondiéndose. Pero cuando supimos de ustedes, decidimos ir a matarlos y llevar sus espíritus con nuestro amo, pero nos dimos cuenta que ustedes eran muy débiles, y entonces se me ocurrió algo. No necesitaba buscar más espíritus, bastaba con hacer los suyas más fuertes y con los tres podríamos devolver al amo a toda su gloria.
— ¿Su amo…?
— Preguntó Kevin.
Un Dobutsuoni muy fuerte que fue acabado por los humanos hace mucho… y nosotros nos encargaremos de devolverle su poder para acabar con los humanos.
— Flareon…— Susurró Marco. El grupo de Spark se sorprendió.
— ¿¡Como saben el nombre del amo!? — Gritó Spark tomando a Marco del cuello.
— Lo he escuchado por ahí…
— ¡Imposible!, Ese nombre solo lo conocía el viejo grupo liderado por él, me equivoque con ustedes, un Dobutsuoni con experiencia debe estarlos entrenando. ¡Dime quien!— Gritó Spark mientras golpeaba a Marco con furia, lanzándolo unos cuantos metros por el campo. Marco se quedó sin aire y un poco de saliva y sangre salió de su boca.
— ¡Marco! — Gritaron ambos niños.
— ¡Dime quien los está entrenando! — Gritó Spark mientras tomaba a Marco de nuevo del cuello y sacaba un Sai, el arma que usaba para lastimar a los demás. Marco siguió sin contestar, Spark levantó su arma y se dispuso a encajarla en Marco.
De pronto Spark fue golpeado por la expansión de agua de Kevin, haciendo que soltara a Marco, dándoles algo de espacio.
— Gracias…— Susurró Marco. Spark se levantó del suelo.
— Los humanos lastimaron a Flareon y mataron a gente importante para mí, ¿Sabes lo que es perder a alguien a quien amas?
Marco guardó silencio unos segundos.
— Si, lo sé, pero te aseguro que los humanos no lastimaron a ese tipo.
— ¡No hables de lo que no sabes! — Gritó Spark mientras corría hacia Marco, pero este fue interceptado por un puñetazo del chico que le sacó el aire.
— ¡Pero no por perder a alguien a quien amo me volveré un maldito homicida! — Gritó mientras lanzaba a Spark hacia el otro lado del campo. — ¿Quieren ver que tan fuertes nos hemos vuelto? Pues adelante.
Los chicos miraron con determinación.
— Esto no es algo que ganaremos si cada quien va por su lado, debemos trabajar en equipo — Sugirió Génesis.
— Tengo una idea, creo que puedo superarme a mí mismo…— Dijo Kevin mientras ponía sus manos cerca de las alas de Génesis, haciendo que el agua que estaba en ellas fuera directo hacia sus manos.
— ¡Agítalas, rápido! ¡Antes de que se mojen de nuevo!— Génesis agitó sus alas y una gran ráfaga se impactó contra el equipo de Spark, inmovilizándolos.
— Malditos niños…— Gruñó Spark. Spark soltó una descarga de su cuerpo directo hacia ellos. Marco y Kevin se miraron, luego asintieron. Marco tomó a Génesis en brazos y saltaron de ahí, lejos de la descarga y lejos del campo.
— ¿Huyen? — Preguntó Shark.
— Que hagan lo que quieran, los atraparemos. — Dijo mientras los tres comenzaban a seguirlos.
— ¿¡Estamos huyendo!? — Gritó Génesis aún en brazos de Marco.
— No… pero tú lo dijiste, debemos trabajar en equipo y ser más inteligentes que ellos.
— Yo no dije eso último.
— Pero si debemos serlo. Los llevaremos a un lugar donde la lluvia no les de ventaja, así tu podrás pelear y Shark no podrá desaparecer.
— ¿Alguna idea?
— Preguntó Génesis.
— Sí, tengo una. — Contestó Marco. Los chicos siguieron saltando por la ciudad por algunos minutos y el grupo de Spark se acercaba cada vez más, hasta que llegaron a un estacionamiento subterráneo, donde entraron rápidamente. Spark y los suyos también entraron sin dudarlo, pero al estar ahí, no lograban ver a los chicos.
— ¿Así que esta es su jugada? ¿Esconderse, cobardes? — Dijo Spark mientras su eco resonaba por todo el lugar. — ¡Encuéntrenlos!
Empezaron a moverse rápidamente, pero de pronto un auto fue empujado por un gran viento hacia ellos, mas no fue un problema, ya que Leafdy lo atrapó entre sus raíces. Sin embargo, los chicos no estaban en el lugar donde estaba el auto, y rápidamente los proyectiles de agua de Kevin los golpearon por detrás a todos, — ¡Maldita sea…! — Volteó Spark furioso, pero tampoco había nada. — ¡Suficiente, estoy harto! — Exclamó mientras una descarga eléctrica recorría todo el lugar, destruyendo los autos y dejando sin luz al estacionamiento.
Hubo un silencio por unos segundos, hasta que el lugar fue alumbrado por las garras de fuego de Marco, lastimando particularmente a Leafdy.
— ¡Maldito mocoso…!
— ¿Estas bien? —
Le preguntó Shark.
— No… ese niño realmente me lastimó.
— Bien jugado, cobardes, manténganse escondidos, porque en cuanto los vea, les juro que voy a matarlos.
— Les amenazo Spark.— Shark, ataca por todos lados. Vamos, no te contengas.
Shark se quedó quieto sin hacer nada.
— ¿Acaso no escuchaste? — Preguntó Spark.
— No es eso… no puedo…
— ¿Qué?...
— Murmuró Spark, pero él tampoco lograba mover su cuerpo — ¿¡Qué diablos pasa!?
— Supongo que su amiga no es la única que puede usar esa especie de paralizador. — Dijo Génesis mientras ella y los chicos aparecían frente a ellos
Mírense, completamente inmóviles. — Se burló Marco.
— Voy a matarte, te lo juro. — Amenazó Spark.
— Tal vez, pero no hoy ¿Listos? — Preguntó Marco a ambos. Los chicos asintieron. Génesis lanzó sus ráfagas de viento, Kevin sus proyectiles de agua y Marco sus garras de fuego. Todos directo hacia ellos.
— Esto va a doler…— Susurró Shark. Los ataques impactaron de frente a los tres, dejándolos muy lastimados y paralizados.
— Esto no se va a quedar así…— Jadeó Spark.
— Pues cuando quieran pueden venir hacia nosotros, pero ya no somos los mismos debiluchos a los que se enfrentaron la primera vez. Cuando vengan de nuevo, será la definitiva. — Dijo Marco mientras los tres se alejaban del estacionamiento, pues escuchaban a la policía acercarse. — Tal vez quieran darse prisa, antes de que la policía llegue por ustedes.
Los chicos se fueron de ahí tan rápido como pudieron, dejando a la suerte al grupo de Spark. Pero esa noche había cambiado todo, lo sabían ellos y lo sabía Spark. Podían hacerse fuertes, y lo seguirían haciendo.




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