Esposa de Alquiler

CAPÍTULO 2: ELECCIONES IMPORTANTES

CAPÍTULO 2: ELECCIONES IMPORTANTES

Mi teléfono no para de sonar mientras que yo me encuentro echada en la cama mirando el techo. Ya destruí más de la mitad de adornos de mi vivienda, pero ahora estoy en la fase de crisis existencial. La Cadena de Hoteles Cinco Estrellas Grand Star forma parte de mi vida desde mi nacimiento. Es la base de la mayor fuente de ingresos de mi padre y tiene hoteles de diferentes marcas en más de 80 países.  

Desde pequeña quise ganar la aprobación de mi padre. Lo que inició como una necesidad infantil acabó convirtiéndose en el centro de mi vida. Ser el orgullo de Morgan era mi prioridad. Por eso me duele muchísimo lo acontecido. He trabajado codo a codo con mi padre, así que esperaba que ante su inminente retirada por cuestiones de la edad —tiene 71 años—, él me escogiese a mí. Aparentemente así iba a ser, pero ¿Qué lo hizo cambiar de opinión?

¿Se supone que ahora deberé estar por debajo de mi hermano? Michael es un drogadicto y vive de fiesta en fiesta. Tiene un interés insano por mantener noviazgos efímeros con supermodelos y ni siquiera ha trabajado tanto como yo en la compañía. Es volátil, impaciente y el ejemplo perfecto de un millonario capullo. Su ego es tan alto que tiende a creer que lo sabe todo y asume que está por encima de los demás.

De mi familia, compuesta solo por mi padre y por mi hermano, digamos que yo soy la más normal. Eso si omitimos mi necesidad constante de aprobación de ‘papi’ y que para los medios de comunicación soy una mujer con cuna de oro. Y sí, admito que he tenido oportunidades, pero me he esforzado muchísimo para ser digna de merecerlas. En otras palabras, para estar al nivel de mi misión.

Mi teléfono vuelve a sonar y harta de analizar mi situación, lo tomo para ver quién diantres me llama. Mi frente se arruga cuando veo el remitente, nada más y nada menos que Charlie Wilson, el archienemigo de mi padre. «¿Para qué me llama?».

—¿Sí? —espetó con voz neutra.

—Has contestado —comenta él con sorpresa —esperaba que estuvieses llorando ante el espejo.

—¿Tal cuál como lo haces tú por no poder absorber la empresa de mi padre?

— Al menos yo tengo una empresa propia —se defiende.

—Heredada de papi por supuesto —replico con intenciones de molestarlo.

Charlie es dueño de la cadena de cruceros más grande del continente y tiene una rivalidad insana con mi progenitor ya que desean adueñarse de la empresa del otro. Han tenido conversaciones para llegar a algún acuerdo, pero al final no llegan a nada. Ninguno de los dos ha querido dar su brazo a torcer y por desgracia yo he tenido que ser participe de esas reuniones. Se supone que tengo don de convencimiento, pero con Wilson de momento no funciona.

—Bueno, como bien mencionas al menos yo sí fui el hijo elegido.

—¿Para qué me llamas? Si quieres negociar ahora deberías llamar a mi hermano. Ya quedó claro que estás al tanto de que no soy la elegida.

—Pues, no lo sé. Pensé en ti y heme aquí.

—No soy dama de compañía —Suelto escueta. En los medios es bien sabido que Charlie es adicto a las prostitutas. Nadie sabe la razón de porqué un hombre atractivo y millonario prefiere pagar por escorts que mantener una relación normal.

—Podrías considerarlo ahora que tu padre te dejó fuera de la empresa.

—No me dejó fuera solo… —tomo aire —voy a colgar.

—Espera Megan, he estado pensando y creo que soy la solución ante tus problemas.

—No tengo ningún problema.

—¿Al menos dejarás que te cuente? Tengo una propuesta para ti que seguro te interesará. Cenemos juntos.

—No me interesa, pero gracias por llamar —y sin añadir nada más colgué.

¿Propuesta? ¿Del enemigo? ¡Ni hablar!

Busco una botella de vino y la descorcho para armarme de valentía. De seguro no me caerá bien con el estómago vacío, pero tomo un trago largo de todos modos. Marco el número de mi padre y este contesta al quinto timbrazo.

—¿Ya estás más calmada?

—¿Podemos hablar?

—Ahora estoy ocupado Meg, pero puedes pasar por la casa luego de la cena.

—Me parece injusta la decisión que has tomado —replico ignorando su comentario —bien sabes que estoy más preparada que mi hermano para el puesto de director.

—Eso lo sabes tú y lo sé yo hija, pero los inversionistas prefieren a un hombre Jones al frente y en ese caso tu hermano te gana la partida. Además, mantendrás tu puesto de trabajo.

—Los inversionistas aceptarán lo que tú les digas y lo sabes. Si les pides que se lancen de un puente de seguro lo harían.

—Megan, no pienso mantener esta conversación ahora, pero sí te diré una cosa. Mañana te necesito aquí, vendrá la prensa y tendrás que conceder una entrevista hablando de lo orgullosa que estás de tu hermano. Si no lo haces bien puedes irte despidiendo de tu lugar en la compañía.

Mi padre cuelga la llamada y yo me permanezco durante varios segundos sosteniendo el teléfono con una opresión en el pecho. ¿Solo soy un cargo decorativo para ellos? ¿Una entrevista hablando bien de mi hermano? ¿EN SERIO?

 

Accedo a tener la cena que mencionaste. Dime la hora y dónde.

¡Has tomado la elección correcta Megan! Te envío la dirección de mi piso en el centro de la ciudad. Contrataré a un chef italiano excelente para la ocasión. Nos vemos a las 20:30, no llegues tarde.

 

Ahí estaré.

 

No me complace reunirme con el enemigo de mi padre, pero tampoco me complace la idea de tener que regresar a la empresa y pretender que todo está bien. Si Morgan no valora mis destrezas quizá Charlie si lo hará, pero ¿Qué quiere Charlie? «Es muy raro todo esto, muy raro».




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