Esposa de Alquiler

CAPÍTULO 13: EL JUEGO

CAPÍTULO 13: EL JUEGO

La mano me quiere temblar un poco cuando detallo a mi padre. Sé de primera mano que él es muy buen negociante, así que ni Charlie ni yo lo tendremos fácil. Además, comienzo a pensar en el hecho de que ¿Si esta compra no se da lo del matrimonio no se dará? ¿Mi prometido se echaría para atrás?

—Ningún viaje es en vano si no hay acuerdo cerrado Morgan —responde Charlie con desdén.

—Pues este acuerdo ya está cerrado. ¿Verdad que sí Nora?

La mujer se gira hacia él y sonríe con cordialidad.

—Realmente no hay acuerdo cerrado Morgan. Mi familia no está desesperada por vender la cadena y somos conscientes de nuestro valor. Solo estamos a la espera de quién de ustedes estará consciente primero de ello.

—Nosotros —digo con toda la seguridad que puedo.

—Tú a callar pequeñaja que esta conversación es de adultos —resopla mi padre.

—Un poco de respeto para mi futura esposa —Salta Charlie y esto ya comienza a parecer un circo. Hay dimes y diretes por doquier. La situación me parece absurda. Quizá toda mi vida ha sido absurda y ahora es que comienzo a darme cuenta.

—Será mejor que nos vayamos y hablemos con usted cuando no tenga visita —digo mirando a Nora —dada la situación creo que podrá tener una idea de la persona que se podría encontrar con el control de su empresa si toma una mala decisión.

—Claro, porque una mujer que traiciona a su familia sería una excelente decisión —replica mi padre y yo solo quiero mandarlo a joderse, pero me contengo. «Respira, respira».

—¿Podemos hablar en privado padre?

—¿Ahora sí soy tu padre?

—Aquí no Megan —me susurra Charlie tomándome del brazo —No caigas en sus provocaciones.

—¿Qué tanto le murmuras a mi hija pedazo de títere? —exclama Morgan.

—Creo que será mejor que se vayan todos —concluye Nora sobándose la sien —me están dando jaqueca.

—Yo no me iré a ninguna parte —exclama mi padre.

—Vámonos Megan —me dice Charlie y tras tomarme de la mano lo sigo. Nos despedimos de Nora mientras mi padre refunfuña. Él mismo está cavando su propia tumba al perder los estribos. Como ya he dicho antes, Morgan no está acostumbrado a que lo contradigan, en su cabeza todo lo que él diga debe ser ley.

Cuando nos subimos al auto Charlie pone las manos en puños y pasados unos pocos segundos habla:

 

—Organizaré una cena con Nora para esta noche. Mientras tanto nos hospedaremos en algún hotel y aprovecharemos de tomarnos fotos y todo ese asunto para parecer una pareja creíble. En cuanto a lo de tu padre, cualquier argumento que tengas que podamos usar en su contra será bien recibido.

—Tampoco le clavaré un puñal por la espalda a mi padre Charlie.

—¿Entonces quieres que nos quite este negocio? ¿Estás de su lado?

—No estoy del lado de nadie. Solo… No lo sé, todo esto se está tornando insoportable.

—Si este negocio no se da Megan perderé una gran cantidad de dinero.

—Tú organiza esa cena con Nora, esta adquisición se dará sí o sí.

«O perderé mi utilidad para ti», pienso.

 

Llegamos a un hotel cinco estrellas que tiene un circuito de spa magnifico y se podría decir que pasamos una tarde agradable. La asistente de Charlie nos toma fotos mientras comemos, tras un breve reposo vamos al área de la sauna y allí nos dejamos ver con algunas muestras de cariño para la cámara. Se nos da bien aparentar ser una pareja feliz.

—¿Estás más relajada ahora? —me pregunta en medio de un baño de espuma. Y claro que estoy más relajada, sin embargo, me siento tensa por su cercanía.

—Lo estoy.

Charlie se coloca a mi espalda y deposita sus manos tersas encima de mis hombros. Masajea sin previo aviso apretando zonas tensas en las que siento dolor. Justo cerca de mi cuello. Ahogo un quejido y él continúa moviendo sus dedos de forma experta y ágil.

—Tu cuerpo dice lo contrario —murmura.

Trago saliva.

—El día de hoy ha sido duro.

—Todavía nos queda día Megan, así que te necesito activa.

Me giro hacia él rompiendo el contacto.

—¿Has pensado en lo difícil que es para mí hacer esto? —mis ojos se humedecen —Por Dios, sé que… Puedo ser lo que quieras, pero nunca había pensado en tener que ir contra mi propio padre.

—Morgan no ha tenido reparos en ir contra ti.

—Sí, pero, eso no quiere decir que yo sea igual que él.

Charlie vuelve a depositar sus manos en mis hombros, pero esta vez desciende por mis brazos masajeando.

—Si pretendes ganarle tienes que ser igual o peor —sisea con su mirada oscura absorbiendo todo a su paso.  

Yo siento que el bañador me quema, el agua se siente más caliente y parece que el oxígeno desaparece de mis pulmones. No sé porqué mi cabeza me lleva a imaginar algo sexual, y no sé qué pretende este hombre al tocarme de esa forma. ¿Será un juego para él? ¿Le parecerá divertido ver mis reacciones?  

«Para que sea un juego tienen que jugar dos», me digo y llevo mis manos a su cuello.

—Creo que sé cómo puedo ser peor que él.

Masajeo del mismo modo que él hace y subo hasta sus orejas las cuales están rojas. Me acerco sin timidez alguna y entrelazo mis piernas a su cuerpo. Charlie lleva sus manos hasta mis caderas y cierra los ojos abriendo ligeramente la boca.

Reparto besos por su cara, mi corazón late deprisa y asumo que el de él también. Nuestras narices se tocan y Charlie se mueve contra mí logrando que se me escape un gemido. Me estoy mareando por el placer. Sin embargo, cuando estamos a punto de besarnos él se aparta.

—Creo que con esto tenemos para suficientes fotos —dice saliendo del agua. —Es mejor que nos preparemos ya para lo que se viene. ¿No lo crees Megan?

—Yo me quedaré un rato más aquí —respondo sin atreverme a mirarlo y sin entender su puto juego. ¿Realmente no le gusto nada a Charlie Wilson?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.