Esposa de un vampiro (eduv)

Capítulo 2 Una noche desafortunada

En el pasado, una noche en la penumbra del bosque y con la luna a punto de verse roja. Louise, una niña de diez años de edad caminaba decidida a encontrar su casa de campo, debido a que se había perdido por un descuido de sus padres. A pesar de tener miedo, ella caminaba con un rostro firme, repitiendo de que no tenía miedo estar sola. Pero, qué tan desafortunada estaba destinada a ser esa noche, que una mala pisada jugó en contra de ella y cayó a un profundo abismo. Este accidente causó una grave lesión en todo su cuerpo, que estaba condenada a morir esa noche.

Pero en ese momento, un ser de ojos rojos y con una espada clavada en el corazón, también se encontraba muy cerca de Louise. Él sintió una peculiar y especial aroma de aquella niña, que a duras penas y arrastrándose se acercó a ella.

—¿Q-quién eres?
No... quiero...morir...
A...yú...da...me-–estiró con debilidad su frágil brazo derecho, al darse cuenta que no estaba sola.

—Sangre, dame tu sangre.
Si tú me salvas, yo te salvaré. Tu sangre es especial, puedo percibirlo.

—Toma...lo.
Sólo salva...me.
Me rehúso a mo...rir.

—Te daré algo más, que sólo la oportunidad de desafiar a la muerte.

Tocando su frágil cuello, incrustó sus filudos colmillos. En ese momento, el cuerpo de Louise brillaba intensamente, la única manera de salvarla era transfiriéndole su poder. A cambió, ella a través de su sangre curó las graves heridas del vampiro y deshizo la espada incrustada en él al tocarlo y sacarlo de su pecho, desapareciendo este en el acto. Pero a la vez, un pacto de sangre se hacía, el cual era difícil deshacer.

No sólo tomó su sangre, sino que a través de ello, la tomó como su esposa, al hacer aparecer en su dedo anular su sello, el cual después fue ocultado por él. Todo ello anunciaba el nacimiento de una nueva pareja.

La noche sangrienta, debido a la luna roja, calmó. Y los dos, después de desafiar la muerte. Se encontraban parados en el pastizal.

—A través de esas luces, volverás a casa. Por ahora te dejaré ir.– señaló el extenso camino el cual se iluminaba.

—¿Porqué desaparecerás?
Salvaste mi vida.

—Volveré por tí, sólo espérame.
Mi esposa.–Se agachó ante ella, la cual sin comprender mucho la situación, tan sólo sonrió brevemente.

—Te esperaré.–volteó para regresar, pero volvió a mirarlo-Tu nombre, dime tu nombre.- preguntó curiosa.

—Steven. Ese es mi nombre.– sonrió, mostrando una cálida sonrisa antes que desapareciera de su vista.—Cuando nos volvamos a ver, tu forma de ver el mundo cambiará.

Y luego de aquello, la vida de Louise fue afortunada cierto tiempo. Pero todo cambiaría ahora.

(***)

—Si bien ahora recuerdo lo que pasó aquella vez, ¡¿me comprometiste sin mi consentimiento?!–Louise había amarrado al vampiro con una soga, haciéndole confesar todo.

—Tú me diste permiso...–volteó silbando.

—¡Pedías sangre! ¡No matrimonio! Era tan sólo una niña. No me importa que seas un vampiro y que me llames tú esposa. Te llevaré a la policía.

—¡No de nuevo!– negó con la cabeza—Ahora si no estoy a tu lado, muchos seres como esos demonios tratarán de tomar tú poder, el cual originalmente es mío. Ahora que nos hemos encontrado, tú esencia a despertado. Sólo mira a tu alrededor, vez a esos pequeños seres también, ¿no es así?

—¿Por ello me besaste?–miró muy enojada con un zapato en la mano derecha.

—Si te beso, parte de mi poder vuelve a mi por un momento. Claro que sí tomo tu sangre, sería otra historia.–miró sonrojado a su cuello.

—¡Eres un pervertido!

—¡Pero te di la oportunidad de vivir!–la miró con más seriedad—Ambos estamos vivos por nuestro lazo. Te di mi poder para que vivieras, tu fuerza es gracias a mi poder. Si estoy a tu lado, podré protegerte. 
Como tú esposo.
Estoy tomando mi responsabilidad.

—Si alguien se atreve hacerme daño. Lo aplastaré.–apretó su puño, asustando un poco al vampiro cuando la miró.—Pero no puedo negar que estoy viva gracias a ti.
Gracias por ello.-–agradeció sinceramente.

—Ya que llegamos a un acuerdo, ¿puedes soltarme?- sonrió tímidamente.

—No.

—¡No trates así a tu esposo!- la miró con ojos llorosos.

—¡No soy tu esposa!

Luego de unas horas, los dos se pusieron de acuerdo.

—Por ello te digo, no solo tú corres peligro, sino también con quienes estás relacionada. Mi poder y tú sangre son especiales. Ya que ahora ha despertado, muchos tratarán de tomarlo.– dijo por fin siendo desatado.

—Entiendo, si es por las personas que quiero. Estaré dispuesta a protegerlos.

—Por ello, sólo yo sé utilizar mi propio poder. Yo era muy fuerte antes.

—¿Entonces, porqué estabas herido esa vez?– lo miró sin creerle.

—Alguien me traicionó–un rostro sombrío apareció en Steven—Pero, sé que podré confiar en tí, esposa–volvió a sonreír.

—Ya te dije que no me llames así– golpeó su frente con su dedo— Dime, Louise.

—Entonces Louise, no dudes llamarme por mi nombre si necesitas ayuda. Apareceré inmediatamente.– mencionó sobando su frente.

—Entonces trataré de no llamarte.

—Eso fue cruel...–dijo sintiéndose ignorado, para luego caminar hacia la ventana—Hasta luego Louise– se despidió saltando a la ventana, el cual resbaló y cayó al primer piso. Parándose de inmediato para disimular.

-—¿Enserio, necesitaré de tu ayuda?–miró sin esperanza, donde había caído Steven.

(***)

Al día siguiente, la vida de Louise daría un giro completo. De lo que no estuvo consciente durante muchos años. Su sexto sentido despertó. Como también la presencia de muchos seres extraños que comenzaron andar alrededor de ella, Louise sólo los escuchaba.

—Humana, tu olor es bueno. Déjame estar a tu lado.

—Oye humana, no deberías juntarte con ellos. Sobre todo con estos demonios.




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