Muchos días pasaron desde aquella noche. Juliette nunca más los volvió a molestar, por lo menos hasta ahora. Adel era el único que sabía en lo que estaba involucrada su hermana menor, aunque le costó aceptarlo por un momento. Poco a poco fue haciéndose la idea del fantasioso mundo en que él no era consciente y en la que su hermana, sí.
—¿Pesado? ¿Brillante?– Louise se levantó al notar los rayos del sol atravesarse en su ventana e iluminar en su rostro, debido a que la ventana está misteriosamente abierta, al voltear notó la presencia de alguien al costado suyo. Y no se equivocó al ver a Steven plácidamente dormido en su cama– T-tú.–balbuceó mirándolo fijamente.
Steven abrió los ojos para también levantarse, parpadeando por la luz y luego voltear hacía Louise sonriéndole, mostrándole una actitud de cercanía.
—¡Buenos días, espos- – no terminó de hablar ya que una patada de su "delicada" esposa, hizo que chocara contra su ventana, el cual él naturalmente cayó al primer piso.
Era casi una costumbre que aquello sucediera.
—Tú...¡¿Acaso quieres morir?! ¡¿Cómo siempre consigues entrar a mi cuarto?!– gritó agitada luego del inusual comienzo del día.
Louise había cerrado con llave su ventana, clavado poniendo maderas a toda la ventana e incluso, hasta agua bendita utilizó en todo su cuarto. Pero, aún así Steven lograba ingresar, la razón es todo un misterio.
—Cariño, ¿creo que algo cayó al jardín?–mencionó la madre de Louise a su esposo, viendo la ventana que mostraba su jardín.
—Debió ser alguna rama desgastada.
—Uno muy grande al parecer.– miró pensativa.—Oh, Louise ¿qué pasa con tu rostro?, parece que no has dormido nada.– dijo al ver a su hija bajar con un rostro terrible.
—Supongo, que se fue un poco de mi juventud.
—Más pareciera que has tenido una pesadilla, hermana.– mencionó Adel arreglando la cocina, debido a que la noche anterior Louise intentó freír un huevo, todo iba bien pero este se pegó a la sartén y con la fuerza de Louise al querer despegarlo, botó el aceite en la cocina y rompió una de las estufas.
—Estoy bien, sólo que tuve mal despertar. Y lo siento por la cocina. De verdad lo siento, no es que odiara a la cocina.– miró con un rostro apenado.
—Yo lo "siento" más, hermana...– mencionó Adel en ironía, ya que él es el único que puede arreglarlo, además de que sale más barato.
—Louise, ¿hoy vas a salir alguna parte? Es domingo.– dijo su padre tomando su licuado especial de verduras.
—Sí, iré a una guardería, el oficial Sáenz me lo pidió.
—¿Otra vez tienes que atrapar algún malhechor? Como madre, también me preocupo.– la miró un poco intrigada.
—Algo así, es por el bien de esos niños. Probablemente llegue tarde.
—Últimamente hay muchos casos así, la población es cada vez peor.– mencionó su madre tomando el mismo licuado de verduras.
—Deberías tener cuidado hermana, puede tener un arma.
Además, no deberían involucrarte en cosas peligrosas, ¿qué clase de policías son? ¡Eres aún una menor de edad! Y aunque no lo fueras, no tienen porque involucrarte en esos asuntos sumamente peligrosos.
—¡Eso mismo!–hablaron en unísono sus padres.– Eres fuerte cómo nosotros, pero eres un ser humano, podrían herirte con un arma.
Al escuchar esto tanto como Adel y Louise dudaron de la palabra "humano", dada a la situación que experimentaron anteriormente.
—Madre, padre. Ayudaré a capturar a ese sujeto, prometo no descuidarme. Saben que esto lo hago por voluntad propia, no espero ningún beneficio. Así que no se preocupen por mi, regresaré lo más pronto posible– los abrazó y tomó un poco del jugo de verduras, para luego irse a bañar.
—Nuestra hija a madurado mucho, me siento un poco triste verla más adulta.
—Yo también cariño. Aún recuerdo cuando era una bebe y...– su rostro mostró una expresión pensativa, como si un recuerdo hubiera brotado en ella.
—¿Qué tal si salimos de una vez a correr?– interrumpió dando una palmadita al hombro de su esposa.
—¡S-sí! Adel, cuida la casa, regresamos después ¡No te olvides del almuerzo!– salieron de su casa, cerrando la puerta.
—¡Sí! Siempre me dejan solo...– suspiró— A veces pienso que Louise no se parece mucho en el aspecto de mis padres, salvo a su personalidad y fuerza, que no hay duda que es su hija. Oh, ¿yo soy adoptado? Creo que mejor ni lo averiguo ya comencé a dudar...
Además, ¿qué hay con este licuado? Ni puedo olerlo–tapó su nariz con su mano y tomó la licuadora de lejos para lavarlo.
(***)
—¿Aquí es?– al llegar Louise en el lugar que le indicaron los policías, miró un jardín de niños llamado "Los girasoles". A pesar de que estaba sola en lugar, sentía que alguien la vigilaba y no eran los seres fantasiosos que deambulaban sin ser vistos, está vez era una presencia conocida.
Volteó sigilosamente, retrocediendo hacia la esquina de una pared y sacando la pistola de su mano, para luego apuntarlo a la otra esquina.
—¿No se supone que hoy es mi día libre?– la pistola apuntaba la cabeza de Steven quien supuestamente se encontraba oculto, aunque los seres del bajo mundo no lo ayudaban a no ser descubierto, por lo rodeado que estaba por ellos.
—¡Salgan de aquí! Nadie los invitó a verme.– sacudió su mano en señal de que se fueran.
—Tú también sal de aquí.– ordenó Louise.
—¡¿Yo porqué?!
—¿Y todavía lo preguntas?– ella lo miró con una sonrisa enojada.
—Señor Steven, usted está siendo amenazado ¡No nos puede botar!
—¡Eso no te interesa!
—Nosotros le tenemos más miedo a esa humana– cruzó de brazos el pequeño ser.
—¡Usted no nos puede hacer nada!
Steven mostró un rostro irritado por las palabras de ellos y no dudó en mostrar su verdadera forma, espantando a los pequeños seres.
—¿Qué decían de no tenerme miedo?– sonrió maliciosamente.