—¿Louise? ¿Estás bien?– preguntaron sus padres al oírle gritar dentro de su cuarto. En tanto, Erick tenía una ligera sospecha de lo que sucedía ahí dentro.
—No pasa nada, sólo se me cayó un objeto ¡Ahora salgo!– contestó ella aún viendo al "adorable" gato negro, que seguía ahí sentado muy firme frente a ella.—Vamos hacer un trato Steven, mientras no te transformes en tu apariencia humana, trataré de calmarme ahora mismo y saldré de este cuarto, como si nada hubiera pasado, ¿está bien?
Ante su calma, Steven aprovechó aquello para salir de aquel aprieto que fue sin intención, cosa que Louise sabía por el pacto de alma. Aunque muy dentro de él, agradecía esta gran vista.
—Esa era mi idea desde un principio, ¡te lo prometí!, así que no hay problema querida Louise, piensa en mí como un regalo de cumpleaños adelantado.– La miró con una inocente mirada gatuna.
La joven fuerte tan sólo suspiró viéndolo, y se dispuso salir de su habitación ante la espera, justo cuando agarró la manija de su puerta. Una rara sensación de quemazón en todo su cuerpo, provocó que ella tambaleara por un momento, sorprendiéndose por lo repentino que fue. Steven, sabía que aquel cambio que le estaba por suceder a Louise, estaba muy cerca. El cuerpo de la joven ya había madurado, con ello también su sangre. Aún con aquella felina apariencia, el vampiro no estaba dispuesto a dejarla sola.
—¿Louise? ¿Estás segura que no necesitas mi ayuda?– se acercó Steven a ella, preocupado por su condición. Pero ella tan sólo lo freno, extendiendo su mano en señal de estar bien.
—Estoy bien, sólo fue el cansancio.– se paró con rapidez.
Abrió la puerta ante la espera de todos, por lo que tan sólo dió un gesto de ánimos para que nadie sospechara el porqué de la demora.
—¡Vamos al primer piso! Hemos organizado todo ¡Esta será una gran noche! Entre las dos, preparamos muchos postres– tanto Fany, Dana y Lena se llevaron a Louise al primer piso casi jalándola del brazo. Es ahí que Louise se dió cuenta que no sólo era Erick quien la considera una amiga. Desde que conoció a Steven, muchas personas habían entrado en su vida, más de las que imagino tener.
Cada uno entregó a Louise sus regalos, entre ellos sus padres no dudaron en regalarle una pequeña máquina de masajes, para las partes tensionadas de su cuerpo, estaban muy preocupados de que su hija se estrese tan seguido. En cambio Adel, ante el celular no muy moderno que tiene Louise, le regaló uno muy moderno. Entre tanto los cocineros, por orden de Steven, llevaron muchos platillos y bebidas para la ocasión. August tan sólo le regaló un reloj de mano con un estilo antiguo. Y por último, su amigo Erick le entregó un pequeño regalo, envuelto en una pequeña bolsa plateada. Ella al abrirlo se dió con la sorpresa de que se trataba de un vaso personalizado echo de un material fino, que tenía la particularidad de ser en forma de un gato. Lo cual por supuesto alegró a la joven.
La joven fuerte agradeció todo aquella sorpresa desde el fondo de su corazón, a pesar de que no esperó tener tal repentina sorpresa, inclusive sus padres se sorprendieron de que ella tenga tantos conocidos suyos. En tanto las dos amigas vieron felices, conocer a dos antiguas estrellas de la lucha libre, que no tardaron en familiarizarse con ellos.
Con toda la bulla en la sala por la música y conversaciones, Steven se paseaba casi pasando desapercibido. Pero esta oportunidad, no pasó de desapercibida para Erick, retrocedió justo donde estaba Steven pisándole "por casualidad" su esponjosa cola, el cual se erizó peor que un plumero y maulló ante el dolor.
—Cuanto lo siento, ni siquiera te vi, es más, no sabía que había una mascota en esta casa.– se excusó sin culpa, ya que era una forma de venganza ante sus humillaciones.
Steven tan sólo lo miró enojado y no dudó en ir hacia Louise y subirse a su regazo, ya que se encontraba sentada en el sofá.
—¿Un gato negro?– se preguntaron dudosos la familia de Louise, ya que no recordaban haberlo visto en el lugar donde viven y además de ser tan buena raza. Aunque les pareció nostálgico que se pareciera a su anterior gato.
—Es mi gato– alzó la mano Lena, ante la mirada de ayuda de Steven.— Vino conmigo y parece que se encariño mucho con Louise ¿No les incómoda? ¿Verdad?
—No...– contestaron en simultáneo los padres de Louise—Esta bien, puede quedarse.
Erick se dio cuenta que Steven estaba disfrutando haberse salido con la suya, sobre todo por lo muy apegado que estaba encima de Louise.
—¡Es muy lindo!– exclamaron las dos amigas, ante tan encantador felino.— ¿Podemos cargarlo?– preguntaron acercándose a él, pero Steven por instinto se aferró aún más a Louise.
—Parece que es muy tímido– dijo Louise para que desistieran en tocarlo— Este lindo gato, no le gustará que una persona lo toque tanto, usualmente los gatos son muy huraños.– soltó a Steven para que bajara, por lo que se negó rotundamente negando con su pequeña cabeza.
—Como una disculpa, yo puedo cargarlo.– sonrió Erick con satisfacción– ¡Ven gatito!– ladeó con su mano una cinta, burlándose de Steven, para que fuera hacia él. Para su sorpresa, este se acercó obediente y justo cuando quedó cerca de él, le arañó su mano. Regresando nuevamente al regazo de Louise.– Deberían castrarlo...– murmuró con enojo.
De toda ese pequeño espectáculo se celebró la fiesta con normalidad e incluso se bebió muchas variedades de bebidas ya que la mayoría era mayor de edad.
(***)
—¡Lastima que seas un adorable gato y no puedas ni disfrutar de la fiesta!– dijo en sarcasmo—Realmente esperé este momento por mucho tiempo, tú también, ¿no es así?, pequeño gato acosador.– le hablaba Erick a Steven, ya que estaba sentado cerca de él. Adel, a la distancia, apreciaba extraño el comportamiento de aquel mejor amigo de su hermana.
—¿Quieres más aperitivos?– Adel le ofreció dulces a Erick al acercarse a él.