Un portal azulino se abrió en tierras mortales, girando un halo de luz dentro de ella, gracias al poder de Endra todos pudieron regresar al mundo humano, la bruja de ojos violetas estaba conmovida y sorprendida por lo acontecido, pero el ánimo de todos era extraño. A pesar de que había pasado diez horas desde que comenzó todo y ya estaba amaneciendo. Todos parecían agotados tanto físico como mental y no era para menos, incluso Louise lo estaba, aunque pudo volver a su apariencia normal, aún se mantuvo con el cabello largo, su mente estaba fatigada y hecho un caos. Se había enterado de muchas cosas que aún ella asimilaba y además tenía cierto temor de ver a su familia, tenía miedo de ser apartada. Tal vez en el fondo, temía saber la verdad.
Los ojos de Louise voltearon a ver a Erick, quien ya se había recuperado en su totalidad. Aquello provocó un gran alivio en ella, antes que pudiera decirle algo, Lena se apresuró a ir a su lado. Aunque fue breve, él trató de ayudarla para que no saliera lastimada, pero aquello lo hizo en el fondo por Louise. A pesar de ello, Lena necesitaba agradecerle al huraño vampiro, ya que ella aún tenía cierto apego a él.
—Yo...–interrumpió Erick antes que soltara alguna palabra.
—Ahora que todo salió bien, no caigas de nuevo en contratos de demonios. Tu corazón puede ser fácil de manipular.–señaló su pecho, para luego voltear hacia otra dirección.
—¡Erick!–al gritar, el vampiro volteó y de inmediato Lena le agarró ambas manos, un mueca de "Eh" se plasmó en él.- Aunque fue breve, gracias por preocuparte de mi.
—No es mi a quien tienes que agradecer, Louise nos suplicó para que te salváramos. Ella no estaba dispuesta a verte caer en manos de ese demonio.- soltó Lena sus manos, afirmando ella con su cabeza.—Pero, realmente tienes una gran agilidad. Eres muy buena luchando. De hecho no tengo nada en contra de los licántropos.
—¡Gracias Erick!–La licántropo de inmediato abrazó al albino abalanzándose hacia él, por lo que incluso no le dio tiempo de reaccionar. Sus manos sólo quedaron extendidas sobre el aire.
La joven Grinaida miraba fija a la escena, no sabía porqué sus ojos no se podían apartar de aquello que veía, menos de la sensación de opresión de su pecho. Pero Steven sí lo sabía y era un sentimiento nuevo, que nunca pensó sentir de ella.
Celos.
—Louise, tu corazón está muy agitado.
—¿Eh?–volteó a ver a Steven.—Parece que estoy fatigada, incluso mi corazón me aprieta. Realmente fue agotador, muy agotador.
Louise en el fondo no quería aceptar ver a Erick con otro sentimiento que no sea amistad, era para ella tan preciado como su familia, así que formó en ella un rechazo de sus emociones. También hizo aquello, porque se dio cuenta del apego de Lena por él
—Querida Louise, vamos juntos a tu casa. Estoy seguro que mi presencia será necesaria ahí.
La mirada de Louise se volvió tensa y afirmó con su cabeza.
—En ese tienes razón, aún quiero oír de tí lo que realmente pasó.
—¡Louise!–gritó Lena abalanzándose a ella y Steven.
La licántropo agradecía en el fondo de su corazón haberlos conocido, nunca esperó tener tan buena fortuna en el futuro, un futuro que fue opacado por la desgracia. Pero no podía decir más, sabía que había hecho mal y traicionarlos fue para ella algo imperdonable.
—Erick me contó todo lo que hiciste Louise, todos hicieron tanto por mi. Chef..., no, Steven. Sobre odiar a los vampiros, eso fue cierto al principio, pero no podría odiar a aquel que me recibió en ese acogedor restaurante. Así que agradezco haberlos conocido. A todos.
—Lena, tú no serás apartada.
—Steven.–pronunció su nombre con dureza.—Yo desde el principio los engañé. Tomará tiempo en que todos me perdonen, o tal vez nunca lo hagan, así que yo me alejaré de ustedes. Será lo mejor.
Louise miró fijamente a Steven, haciendo que él tome una decisión .
—Lena escúchame, nosotros iremos a un lugar primero. Dirígete al restaurante, esperen todos ahí, todos tomaremos una decisión.
—Pero, ellos estarán enojados al verme...
—Lena, somos un equipo. Y ellos lo saben. Soy el jefe, mi palabra es lo último que se tomará.– suspiró brevemente, al alzar la mirada notó que el rostro de Lena mostraba rencor y se tornó sombría.
—Yo..., viviré por mi venganza, ¡ese bastardo!
Al ver la desesperación de la licántropo al recordar su pasado, Louise se acercó a ella de inmediato, su presencia hizo que ella recobrara sus sentidos.
—Vive por tí Lena, el odio consumirá tu corazón y ya no habrá vuelta atrás. Has que tu odio se vuelva tu fortaleza y no mires el pasado, sino a lo que vendrá.–tocó su cabeza.—Todo saldrá bien, no estás sola en esto.–La miró a sus ojos con una cálida sonrisa que estremeció el corazón de la peli rizado, ella sabía de aquella leyenda debido a Galthet, pero se dio cuenta de lo diferente que era ella de aquellos seres llamados Grinaidas.
—Disculpa que te interrumpa Louise, yo volveré al bosque. Mi propósito ya fue cumplido.
—Espera...–Steven miró fijamente a la bruja al no saber cómo llamarla, hasta que ella pronunció su verdadero nombre con una sonrisa.
—Dime, Endra.–En ese momento sólo era Erick quien no sabía su verdadero nombre.
—Ven a mi restaurante, quiero agradecerte adecuadamente. ¿Te gusta la comida humana?
—Nunca la he probado, pero lo aceptaré por cortesía.
—Te aseguro, que algo que reconozco de él es sus habilidades en la cocina. Tenlo por seguro, Endra. A mi me gusta la comida que prepara.– alardeó un poco de las habilidades de Steven.
El vampiro no pudo ocultar su felicidad en su rostro.
—Estoy tan conmovido, pero que gran halago querida Louise ¡Eres tan buena esposa!–Le guiñó con picardía, sus ánimos se habían subido con sus palabras.
—Que exagerado.–Suspiró brevemente. Aunque una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.