•Arco tres•
Las hojas recibían la luz de los rayos del sol al ya sentir el verano. La joven de cabello corto, alistaba su gran maleta para una nueva aventura para su futuro, en un nuevo año.
Un mes antes, fue el cumpleaños de uno de sus queridos amigos, Erick. Una corta cita fue programada, pero también con la compañía de Lena. Louise le devolvió el favor a ella de esa manera, al decirle la fecha de su cumpleaños.
A pesar de la incomodidad del albino, él poco a poco se acostumbró a la presencia de Lena, siendo ella la más interesada en saber más de él. Louise tan sólo apreciaba la escena algo confundida. Era evidente que los sentimientos de la joven se aclaraban cada día más. Después de aquel día, la respuesta que tanto esperaba Erick, ya Louise lo tenía más claro. La mirada de la joven Grinaida era tranquila cuando los vio juntos, muy diferente de aquella vez, su aprecio por ambos era recíproco, eso era evidente. Su rostro sólo reflejó una pequeña sonrisa, cuando se dio cuenta de que Lena estaba feliz de verlo y Erick ya no rechazaba su cercanía. La joven no interrumpió ni un instante ese momento.
La despedida no se hizo tardar. Sus grandes amigos reflejaron su pena, al ver que su compañera se iba de aquel lugar en donde compartieron muchas experiencias. Así que aún cuando su cercanía se iba acortar, ella no dejaría de tener contacto con ellos. Una promesa dada entre todos. Sobre todo, por parte de Steven. No sólo por el hecho que debía beber su sangre, la vida de Louise era algo que estaba en la mira de muchos seres y ahora más que nunca.
Afuera de su casa, dos mujeres la esperaban. La carismática Fany y la intrépida Dana. Fue una verdadera suerte que ambas aprobaran el examen de acceso, sobre todo la evaluación física. No había mejor consuelo al saber que las tres habían sido aceptadas. No es fácil estar un sólo lugar, cuando se estaba acostumbrado al exterior. Pero esto no se sentiría así estando todas juntas, eso es lo que pensó Louise. Y por supuesto, en que su sueño por fin se haría realidad.
Louise prometió visitar a su familia los fines de semana, dos veces por mes, día en que se les permitiría salir. Dejando a sus padres con una gran tristeza y a su hermano, con un rostro de preocupación. Finalmente ella se despidió de ellos, para alcanzar a sus dos amigas. La escuela de Oficiales está ubicado en un lugar un poco lejano de la ciudad en que vivían. Así que era una buena idea ir acompañadas y no perderse en el trayecto.
Cuando tomaron el bus, Fany corrió hacia la parte de atrás para guardar sitio a ambas. A pesar de sus ánimos, ella también estaba un poco triste de no ver en persona a Zen como era recurrente, además de su familia. No es de extrañar que su padre fue el más conmocionado por la decisión de su única hija, ella era la próxima heredera de su negocio de pastelería, pero decidió un camino a seguir muy radical. Su progenitor sólo aceptó aquella locura, con la promesa de que también se haría cargo del negocio en el futuro. Aquello fue aceptado sin titubear por Fany.
En cuanto a Dana, quien fue arrastrada a toda esa locura tan repentinamente por Fany. No le pareció mala idea después de todo, admiraba a Louise y siempre quiso imitarla en cierta forma y con buenas intenciones. Así que ahora que tenía su amistad, en el interior estaba gustosa en seguir sus pasos.
—Estoy un poco nerviosa.–Dana frotó ambas manos, para luego estirarlos para relajarse.
—Ya hemos llegado lejos, no hay arrepentimiento.–La señaló Fany.
—Es verdad, aprobar el examen fue sencillo y difícil por la parte matemática.
Tanto Dana como Fany asintieron con la cabeza al coincidir.
—Ahora que lo noto, tú eres buena en todas las materias ¿Por qué en ese curso no?– La curiosidad en Fany era inmensa.
—Después de todo este tiempo, llegué a la conclusión que la matemática es algo lógico y muchas veces normativo, yo soy más intuitiva. No utilizo la lógica para resolver mis inquietudes, es algo más interior. Tal vez es por ello que no congenio con esa materia.– Rio un poco.—Pero lo importante es que pasamos, además todo lo que dije sonará como una excusa barata. Es normal que no domine todos los cursos.
—Nada que ver, te comprendemos, en cierto modo.–Negó con las manos.—Por un momento temí que nuestra altura no sea suficiente. Pero a comparación de Louise, somos un promedio un poco más de las demás chicas.
—Aunque nadie te gana Louise.– interrumpió Fany.—Espero que esta vez no te confundan de género.
—No lo creo, ¿acaso no te diste cuenta en la fiesta?, su cuerpo tiene mucho más atributos que nosotras juntas. Aunque con esta ropa, ahora no se note.–Señaló Dana su vestuario recurrente.
—Ahora que lo mencionas, pareciera que la juventud te ha dado un buen golpe para cambiar de esa manera en un año, no voy a negar que te tengo algo de envidia.–Palmeó ambas manos viéndola fijamente.
—Yo también, Fany.
—Ustedes también tienen buena condición física y apariencia. Además de ser perseverantes, manejarán muy bien este nuevo ambiente. No hay porqué compararse, cada una tiene su encanto y su potencial.
Desviando sus ojos a la ventana por un momento, un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir una presencia conocida. Aquel hombre de sombrero llamativo, estaba parado en un pastizal, quien miró fijamente a Louise haciendo contacto con sus ojos, mientras el bus en movimiento pasaba de su figura.—¡Kendran!
—Definitivamente nos sentimos seguras si estás...
Fany y Dana se quedaron sorprendidas al ver que Louise se paró de su asiento con un rostro de alerta, en donde sus ojos emanaban un aire intimidante, por un momento ella se olvidó en dónde estaba en ese momento, al notar la mirada de los demás, ella de inmediato se volvió a sentar.
—¿Pasa algo Louise?–Preguntó Dana en un tono preocupado.