Esposa de un vampiro (eduv)

-A3- Capítulo 31 Siente mi ser

En la pulcra oscuridad resonó dos voces, mientras todos conciliaban un profundo sueño.

—¿Esto no te recuerda a viejos tiempos?

—¿En el que no podías estar lejos de mi?—Su cuerpo se levantó de su cómoda cama y giró hacia él levemente.

—¿Ahora no es igual?

—Tal vez, Steven.

Sin que las voces y pasos se escucharan en aquella habitación compartida. Louise tomó una chaqueta y descendió hacia afuera saltando por la ventana, al igual que él.

—Definitivamente es más fácil salir por la ventana.–Steven caminó delante de ella.

—Es tu especialidad, después de todo.

—¡Eso sí!–Rió un poco.—Sabes, todos los chicos extrañan tu presencia, incluso Elián y ahora más que nunca.

—Lo dejaste como jefe de nuevo.

—Exacto. Chasqueó sus dedos con una sonrisa sin culpa—Será mejor que nos distanciemos de visitas humanas, ya tuve uno hace unos minutos.

—¿Un alumno estaba fuera?– Inquirió dudosa.

—Una alumna en realidad, parecía de tu edad. Hubiera deseado verte primero, tuve que inventar una excusa algo absurda. Pero me creyó, no le dirá a nadie que hay un infiltrado en esta escuela, soy un "fantasma" después de todo.

—Un fantasma, entonces ya no será necesario que te de mi sangre.–Suspiró relajada.

—No lo digas con un rostro serio, siento que lo dices enserio.

—¿Entonces miento?–Volteó su rostro hacia él.

—Claro que sí, después de ese día eres muy puntual con ese asunto, querida Louise.–Su expresión se tornó feliz.— Y creo que ahora, ¿puedo llamarte esposa?–Se acercó sigilosamente a ella.

—Si eso quieres, ¿porqué no?

—Siento que he recuperado toda mi energía.–Expiró hacia el cielo levantando una mano símbolo de triunfo.

—Ves que no necesitas de mi sangre.–Se adelantó a caminar con una sonrisa satisfecha.

—Espera Louise, ¿ahora si lo dices enserio? ¿Louise? Moriré sin tu sangre, realmente... ¡Esposa!

Siguiéndole el paso, el vampiro se detuvo un momento, Steven miró detrás de ella, su figura y su aura. Su rostro se mostró nostálgico y estiró su mano hacia ella como si quisiera alcanzarla.

Aún en la oscuridad, brillas tanto.

Fuera de la escuela, ambos estuvieron sentados sobre un tronco viejo. Había muchos asuntos importantes de que hablar. Algo que atentaba la vida e integridad de su esposa, Steven se había vuelto casi un detective por ella.

—¿Sabes algo de tu familia?– Preguntó Louise luego de darle alguno detalles de la situación ahí fuera.

—No, ellos no han hecho ningún movimiento extraño. De Juliette no sé nada, es como si hubiera desaparecido o tragado la tierra–Dio una pausa.—Aunque bueno sería, si es algo literal...

—Yo.–Interrumpió su pensamiento.—Tuve un encuentro algo extraño cuando estaba de viaje, rumbo a este lugar.

—Te refieres a esa vez que sentí dudas de parte tuya, eso también quería preguntarte ¿Qué viste exactamente?–La expresión de Steven se tornó seria.

—Era una demonio y no parecía ser controlada o mandada por alguien. Era como si aquel ser me hubiera amenazado por algo que tenía que suceder.

—Si hubiera sido invocada por Juliette, yo también lo hubiera sentido. Pero, ¿qué caso hay que un ser inferior te encare de esa manera? Es un suicidio.

—Hay una frase que me dejó perpleja. Me dijo: «¿Sabes quién está en tu contra? Alguien que no puedes ver, ni sentir...» No sé exactamente a quién se refería, de hecho, ¿es posible que alguien no sea notado? Siendo nosotros tampoco seres humanos.

Los ojos de Steven mostraron incredulidad, había investigado muchas cosas, pero nunca había escuchado de aquello.

—Nunca he oído de algo así, todos poseen vigor y energía, es imposible que un ser no sea notado, por más que oculte su poder y presencia.

—Eso me trae más dudas. Además ese sujeto, Kendran.

Con sólo pronunciar aquel nombre, el rostro de Steven cambió de una forma drástica, tanto era el odio que le tiene. Que no soportaba oír su nombre.
Louise se sorprendió por aquella sensación que desprendía y siguió hablando luego de unos segundos, tratando no pronunciar su nombre.

—Lo ví aquel día, pareciera estar vigilándome. Pero hasta ahora, no lo he visto en lo absoluto.– Alzó la mirada al cielo.—Yo una vez estuve frente a él sin saber quién era.–Steven movió ligeramente su rostro.—Más que aterrador, sentí un gran resentimiento en él. Una carga tan pesada, que pareciera superar sus propios deseos. Ansioso de matar a quien le llevara la contraria, no hay duda que su resentimiento por mi clan lo refleja en mi. Lo ví en sus ojos, a pesar que ese sombrero cubría parte de el.

—Nunca nos explicó razones, sólo actuó sin escuchar nada. Como si lo hubiera planeado toda su vida. Engañó a todos y me utilizó a mi.

—Estoy segura que no fue tu culpa, no te dañes a ti mismo.

—Ese no es único error que cometí, de hecho ¿Yo soy diferente a ese sujeto?

Louise bajó la mirada al escuchar una voz apagada del vampiro.

—¿Qué estás tratando de decirme?

El vampiro dudó, pero continuó hablando.

—Yo, ví innumerable vidas perderse. Muchas de ellas, vidas inocentes.

La mano de la joven Grinaida apretó un puñado de hoja seca y trató de no notarse estar sorprendida.

—¿Humanos?

—Sí.–Dio una pausa—Si ahora soy fuerte, fue por la sangre que tomé de ellos. No sólo por ser un Valkhimia. En ese tiempo, yo perdí a alguien importante. Y a la vez, me perdí a mi mismo. Perdí. Voluntad, temor, sentimientos, control. Absolutamente todo. Sólo para ser más fuerte y poder enfrentar a mi familia. Ese es uno de los pecados que nunca podré pagar y como castigo, no podré olvidar.

Louise no sabía si lo que le diría sería las palabras adecuadas, pero aquel arrepentimiento que vió y oyó de él era tan sinceras, que sólo se podía escuchar aquello como un mal recuerdo del pasado. A pesar de lo grave que fue.




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