Esposa de un vampiro (eduv)

-A3- Capítulo 37 Lazos rotos

Vacío. 
El lugar era tan silencioso que hasta el latido del corazón se podía oír, poco a poco sus sentidos fueron recobrando sus instintos. Un lugar frío y oscuro, donde los invitados miraban todo a su alrededor con cautela.

—Esa mujer, ¿qué exactamente está tramando?–El ojiverde miró arriba suyo con cautela al ver la situación en que se encontraban.

—Es como si nos hubiera encerrado en este lugar, una dimensión de seguro.–Erick dio una pausa.—Así que es capaz de manipular algo así.

Steven lo vio de reojo y dando un suspiro respondió:

—Es lo más probable, por su habilidad es fácil de intuir ¿Qué opinas Louise?

—Hay más presencias conocidas, pero no se siente ni cerca, ni lejos. Es confuso. Estoy segura, que todo es como un laberinto invisible.

—En serio Juliette, ¿no tenías otra manera de hacernos perder el tiempo?–Rio en sarcasmo el ojiverde.

—Steven, Erick ¿Lo sintieron?

—Demonios.–Afirmaron los dos.

—Son muchos, ella realmente está utilizando bastante energía para tener tantos sirvientes, ¿no te parece extraño Steven?–Louise comenzó a pensar seriamente sobre esa situación.

—Lo es, incluso para un vampiro de las primeras familias hay un límite de cuanto poder puede usar, es normal descifrar que hizo el sacrificio de alma para ello, pero, ¿desde cuándo obtuvo tanto poder para manipular tanta cantidad de demonios?

Louise asintió pensativa.

—Sólo espero, que Fany y Dana estén seguras. Confío en ellas.

—Hiciste un buen trabajo esposa, incluso para ser humanas, ellas han aprendido bastante bien.–Puso un rostro pensativo, dando luego una gran sonrisa.-Lo recuerdo, me lo mencionaste muy orgullosa. Incluso por mensaje sentí esa energía de satisfacción, tan linda.

Louise se avergonzó un poco por su eufórico relato, además de que tenía un acompañante más cerca, que tan sólo semanas había desistido a sus sentimientos.
Erick tosió brevemente fingiendo no haber escuchado nada, para luego indicar arriba suyo.

—Hay más invitados.

Tanto Steven como Erick, se transformaron de inmediato cuando sintieron aquellas presencias acercarse y Louise hizo aparecer la espada Kali en un resonar.

Al contrario de los anteriores grupos, los demonios enviados a ellos no eran nada simples en poder. La energía negativa en ellos era abrumador, que incluso dificultaba respirar con normalidad.

Se dividieron cada uno por su parte, donde cada uno empezó a utilizar sus habilidades.

Steven sacó su gran lanza carmesí como era común, pero al ver que los demonios eran demasiados como para pelear cuerpo a cuerpo, desapareció su arma e hizo aparecer unas cincuenta espadas de manera vertical y flotando alrededor suyo. Con un sólo movimiento de su mano, las espadas se clavaron en los cuerpos de los demonios de manera instantánea, aún así eran resistentes, sin embargo, subestimar a Steven era un delito, él podía manipular con tanta precisión distintas armas, que a los demonios les fue casi imposible esquivarlos. No por nada el era un "Valkimia".

Louise utilizó la presión del viento para hacer más pesados a sus contrincantes y poder cortarlos con rapidez con un sólo movimiento de su mano. Eran demasiados que casi fue obligada a transformarse en su verdadera apariencia, pero no quería perder su semblante en un momento así, había mejorado en el uso de su poder, pero debía aprender a controlarse y no depender de su poder con demasía.

Erick se defendió con sus cadenas agarrándolos con rapidez, para luego golpearlos con fuerza. Era algo que se había visto con anterioridad, pero la sorpresa fue cuando vieron que sus cadenas era muy rápidas en movimiento, que no era posible ver con claridad con una simple visión, eran como serpientes que se movían a una velocidad increíble y atravesaba todo lo que se encontrara.

Steven lo vio fijamente de reojo con su mano aún elevada y apretó sus dientes frunciendo el ceño, para luego expirar con un semblante serio.

El corazón de Louise se encontró intranquilo por segundos debido a Steven, pero luego se alivió sin explicación.

En el otro lado de aquella dimensión, Endra notó una presencia conocida, era la licántropo. Lena vió con algo de sorpresa a sus compañeros y agitó su mano con euforia.

—¿Realmente son ustedes? ¡Menos mal!, estaba caminando sin rumbo hace algún rato, por alguna razón logré encontrarlos.

Endra abrió los ojos con sorpresa y se dirigió de inmediato a ella.

—¿Por qué no estás con Louise? Tú estabas cerca de ella, en aquel cuarto.

—¿Eh? ¿Ah qué te refieres?

—Después de analizar la situación, todos nos separamos según que tan cerca estábamos de uno a otros, pero tú no estabas sola, estabas junto a Louise, ¿qué podría ser la razón?–Endra pensó con cautela.—No quiero mirar su futuro, debo hacer esto por mí misma.

—Entonces, ¿esto es una trampa?

—Si se trata de un vampiro que nos trajo a su propia dimensión, es lo más probable que juegue con nosotros.–Habló Rocío.

—Tengo que volver al lado de Louise, tengo un mal presentimiento.–Sentenció la bella bruja.

—Yo también, mi deber es ser su escudo.–Rocío dió un paso adelante.

—Espera, yo iré contigo.–Drake tomó la mano de Endra sorprendiéndola y volteando ella hacia él de inmediato.

—Drake, sé que hay muchas cosas por hablar, pero yo debo cumplir con mi promesa, sin Louise, yo no estaría frente a ti ahora. No quiero que te involucres.

—No lo haré.

—¡Drake!

—¿Qué es eso detrás de ti Endra?–Advirtió Lena al ver un vórtice luminoso detrás de ella.

—Esto es...

La mano de Endra aún no era soltada al presentir Drake, que se iría sin él, pero ella logró zafarse de él con un truco suyo de ilusión y sólo dijo una frase antes de entrar a ese vórtice.

—Mi verdadero nombre es Endra, recuérdalo.

Ante sus ojos ella desapareció en un pestañeo dejándolo atónito, aunque incluso Rocío trato de entrar, fue imposible, algo la detuvo.




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