Las imágenes que contemplaba, no podía imaginar que algún lo vería. Lentamente los pies de Louise se acercaron en aquella escena, viendo fijamente a un Steven distinto.
—Elizabeth, la fiesta por los noventa y nueve años cumplido de su hijo es realmente admirable. Es tan agradable que incluso a nosotros, la octava familia haya sido invitada.–Expresó una mujer de rasgos delicados y ropa fina.
—Todos los que están dentro de las principales diez familias, serán bienvenidas. También serán invitados cuando cumpla la mayoría de edad.
Expresó con formalidad.
—Es verdad, falta muy poco para que su cuerpo por fin madure, definitivamente será un joven talentoso.
Captando la mirada de todos incluso la del padre de Steven, Blade. La segunda familia Etrana, entró muy bien vestido y con la mirada elegante y altiva que les caracterizaba.
Entre murmullos, los demás invitados hablaron entre sí:
—¿En serio los invitó? Ellos por ahora parece no tener ninguna rivalidad.
—Eso esperamos, las dos familias nunca han sido tan cercanos.
Con pasó firme y una sonrisa fingida, Alaria una mujer de belleza impecable y cabello blanco atado de una forma elegante. Dió un cordial saludo junto a su esposo Azrael.
Aquel gesto, sólo por cortesía fue devuelta por los Valkhimia.
—Siempre es bueno este tipo de reuniones de vez cuanto, Elizabeth.–Volteó hacia Steven.—Felicitaciones, joven Valkhimia.
Steven sólo asintió brevemente, pero su cabeza volteó poco después al notar a un niño detrás de ellos.
—Nuestro preciado primogénito también está entusiasmado por la invitación, Erick, entrégale su regalo y saluda correctamente.
El pequeño vampiro de cabello blanco al igual que su madre, moldeó también una sonrisa sarcástica, extendiendo el regalo con ambas manos.
—Esta es la cordialidad de nuestra familia, Steven Valkhimia.
—Entrégalo a mi sirviente, me iré por ahora.
Steven desvió su mirada y volteó su cuerpo para irse en dirección contraria. Acción que molestó a Erick al ser ignorado, apretando la caja en que se encontraba su regalo.
—¡Steven! Muestra modales.–Alzó la voz Blade, deteniendo a su hijo de inmediato.
—Padre estoy exhausto, iré a tomar algo de aire fresco, disfruten de la fiesta.
Sin más el joven Steven fue hacia la parte alta de su mansión, siendo perseguido por Erick al ser obligado a acompañarlo por sus padres. Steven suspiró con cansancio y volteó con un rostro desinteresado.
—Deja de mostrarme cordialidad, odio ver sonrisas falsas todo el tiempo.
La sonrisa de Erick desapareció de inmediato.
—¡Umh!, eres tan arrogante sólo por ser un Valkhimia, a pesar de ser la primera vez que nos vemos, ahora entiendo a mi familia.
—¿Qué de bueno hay de ser la primera familia? Si tenemos realmente tanto poder y estatus entonces, vete y no te acerques a mí.
El albino chasqueó su boca.
—Algún día lo desplazaremos y haré que te arrodilles ante mi.
Disfruta ser el primero mientras tanto.–Lo miró a los ojos con intensidad.—Tu estatus no durará mucho tiempo.
—Eres un niño mimado, cuando hablas de esa forma puedo intuir cómo fuiste criado, me pregunto si dirías lo mismo estando en mi posición y familia.–Volteó su rostro hacia él.—Me pregunto, si lo soportarías.
—Realmente no tienes miedo en hablar tan directamente y mirarme a los ojos con esa mirada muerta. Sólo déjame decirte algo, teniendo esa actitud, tu familia no durará mucho teniendo tal sucesor.
Steven no dio respuesta alguna e ignoró sus palabras, poco después Erick sólo bufó con molestia y se retiró del lugar.
Louise veía todo descifrando aquella situación, no sabía que tanto se le mostraría en aquellas imágenes pasadas, pero sí entendió una sola cosa, Steven realmente estaba sufriendo, sus ojos mostraban su alma, era tanto la soledad que reflejaba que ella quería reconfortarlo en ese momento, pero no podía ni tocarlo.
Repentinamente se hizo un cambio de imagen y escena de forma brusca que la sorprendió, estando está vez en una lujosa habitación.
Lo primero en notar fue a un hombre muy joven de mirada serena y de sonrisa tímida pero con las manos temblorosas, un poco parecido en apariencia a Steven, que ahora lucía con un cuerpo más adulto, pero aún joven de apariencia.
—Madre, él, ¿quién es?, ¿un humano?
Elizabeth contestó:
—Alguien que fue criado por el hombre que escogí para tenerlo, ahora él ya está muerto. Él es alguien que será muy útil para ti en el futuro.–Tocó el hombro de aquel joven humano, que reaccionó temblando ambos hombros por su toque.
La mirada de Steven, por primera vez mostró expresión de sorpresa y habló de inmediato:
—Él, es...¿Mi hermano?
—¿Hermano? Cómo decirlo, es alguien que puede desaparecer el cualquier momento, es mejor que no te encariñes con él. Steven, tú más que nadie sabe el peso de nuestro apellido.
Steven habló con seriedad.
—Padre, ¿sabe de su existencia?
—Tu padre está muy ocupado con los negocios, aunque oculté mi embarazo, igual iba saber de su existencia. Si le digo mis razones, él lo aceptará de inmediato.
El joven vampiro dándose cuenta de las intenciones de su madre, evitó preguntar más. Al mirar a aquel que sería su medio hermano, la curiosidad aumentó en él, nunca había tenido contacto tan cercano con un humano, aunque también tenía sangre de vampiro, se notaba más humano. Nunca se imaginó que alguien como él pudiera tener tanto miedo por dentro, pero por fuera mostrar un rostro tranquilo.
—¿Cuál es tu nombre?
—Yo...Yo...
—Está bien, puedes decirlo.-Ordenó Elizabeth.
—Yo me llamo, Angelo.
—Ya sabes su nombre, es suficiente. Ahora sígueme, el lugar donde vivirás ahora, te lo mostraré.–Sonrió con malicia.
El rostro de Angelo volteó por momento para ver al de Steven, lejos de mostrarle un rostro desesperado, le mostró una breve sonrisa.