Esposa de un vampiro (eduv)

-A3- Capítulo 41 El pasado carmesí (3/4)

En una montaña, bajo una cascada de agua cristalina. Dos seres se encontraban en posición de meditación. Mientras Louise los contemplaba, parada sobre una roca.

—Han pasado cinco meses, ¿aún tengo que hacer esto todos los días?

Jared abrió los ojos y dirigió la mirada a Steven.

—Para tener un equilibrio para tu alma, este lugar fue condicionado por mi para lograr que no seas vulnerable a descontrol de tus emociones.
Sólo unas semanas más, según tu voluntad se verán tus progresos.

—Entonces, ¿después qué haré?

Un breve silencio permaneció. Pero Jared continuó.

—Steven, no actúes con cautela, si quieres realmente cambiar, empieza por tí mismo. Piensa en una personalidad que va en tu estilo, algo que siempre quisiste ser.

El vampiro tocó su pecho con brevedad, quedando sumido en sus pensamientos, hasta que la llegada de alguien lo alertó.

Dalia se paró sobre una roca alta con total equilibrio y señaló a Steven, viendo al ojiazul.

—Jared ¿Hay progresos?
Sólo veo a ese vampiro quejarse, sé que quieres ayudarlo. Pero tampoco estés tan pendiente de él todos los días.

—Dalia, bienvenida.–Saludó con cortesía.—El progreso no es claro, pero tengo la certeza que funcionará.

Steven bajó sus manos sobre sus piernas y elevó la mirada a ella.

—Quieres que no esté a su alrededor, pero a la vez sí. Es su voluntad, nadie lo obliga, no me culpes.

Dalia lo miró avergonzada.

—¡Tú!

—Ahora que lo pienso, esta meditación también le ayudaría a ella. El control de sus emociones.

—¡Tú vampiro! ¿Por quién crees que estás aquí? En estos cinco meses, cada día te has puesto más hablador.

Jared intervino.

—Eso es bueno.

Aquella respuesta desencajó la mirada de Dalia.

—¿Jared?

—Eso demuestra que está más cómodo en este lugar. Ese un buen proceso.

Agitando su mano hacia atrás, ella volteó de inmediato.

—Mientras no cause problemas al clan, todo estará bien.

El vampiro habló de inmediato.

—Gracias por tus buenos deseos.

—¡Ha! Tu realmente quieres ser golpeado.

Jared sonrió brevemente, despidiéndose de Dalia, al verla desaparecer. Pero Steven no tardó en preguntarle al ojiazul con un gesto cansado.

—Realmente no te entiendo, ¿cómo puedes tolerar a una mujer de tan mal genio?

El ojiazul dio un respiro, bordeando una mirada apacible.

—Detrás de su dura personalidad, Dalia no sería capaz de dañarme. Aún después de las palabras de reproche por estar cerca mío, ella siempre las ignoró defendiéndome. Dalia parece ser alguien difícil de tratar, debe ser así por la posición que le tocará heredar.
Es una mujer fuerte de espíritu, la admiro.

Si escuchara aquello el Steven actual, seguro que él mismo se golpearía la boca, al no saber que era estar perdidamente enamorado de alguien y tolerar hasta sus peores defectos.

El vampiro suspiró.

—¿Admiración? Entonces supongo que me tomará mucho tiempo para ser totalmente confiable para ella.

—Si la llegas a comprender, será más fácil para ti hablar con ella.

—Eso se verá con el tiempo.–Volteó su cuerpo a su dirección.—Yo creo que también tienes un fuerte espíritu, tus palabras parecen ser suaves, pero también pueden ser espadas que pueden amenazar y dañar.

—Yo sólo digo las cosas con franqueza, no sería descortés con alguien del clan, ni contigo.

—Yo diría que pareces más un sabio. Es claro que en tu sangre recorre de alguien superior de esta especie, aunque fue breve, sentí cierta similitud con aquella ninfa del bosque en ti.–Lo miró fijamente.—Tú, ¿sabes quien eres? Siendo alguien dotado de sabiduría, es muy difícil no haber encontrado la respuesta hasta ahora.

—Steven, tú también eres astuto y muy observador.

—Con esa respuesta lo confirmaste.–Suspiró.—Yo nunca he conocido a un Dios, pero tener la cercanía con un semidios, no está mal.

—No me considero especial, siempre me consideraré alguien neto de este clan.–Sonrió viéndolo.—Steven, aún en el futuro, cree en ti mismo y no te dejes influenciar por nadie, si tu corazón cree quien eres, nadie te podrá lastimar.–Estiró su mano derecha a su dirección con una leve sonrisa.—Por favor, continua con la meditación.

—Jared, una última pregunta. ¿Cómo puedo saber si lo que hago ahora es bueno o malo?

Dando un breve respiro, Jared miró al cielo.

—No existe tal división en el mundo, los buenos también actúan con codicia y los malos buscan esperanza en un mundo en que los rechazan.–Señaló su pecho.—Aquello, está determinado por uno mismo.

—Para mi, todo esto es como un sueño.

Louise escuchó aquella frase como un deja vú. Ella misma no se había dado cuenta el hecho, que detrás de todo está pelea, también quienes son sus enemigos buscan algo que los completaran ¿Pero cuál fue el impulso? ¿Por qué perderse en la codicia hasta el punto de perderse uno mismo?

¿Un semidios? Entonces es por eso que mi padre es parecido a Athla, tiene sentido ahora, entiendo porque luce tan joven, siendo mayor que mi madre. Pero, definitivamente el cuerpo que tengo es igual que la de mi madre, el tiempo de vida también es el mismo. Cada vez que veo más, creo que todo tiene más sentido para mí. Como si todo fuera un rompecabezas.

A partir de esa última imagen, el flujo del tiempo volvió a cambiar, al igual que la visión de Louise.

La mirada de su madre parecía sorprendida viendo fijamente a Steven, él tenía un rostro despreocupado y relajado.

—¿Él? ¿No se ve muy diferente ahora?

Steven suspiró.

—Jared me dijo que tomara una personalidad más fácil de tratar. Tomé la que sería la mejor, es un tributo a la persona que más aprecié ¿Yo, no soy agradable ahora?-Por primera vez en su labio bordeó una sonrisa sincera, la misma sonrisa que su hermano siempre le mostró alguna vez.




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