Esposa de un vampiro (eduv)

-A3- Capítulo 42 El pasado carmesí (4/4)

La barrera que protegía todo el clan, fue destruida en un instante en un fuerte estruendo. Quedando todos perplejos en plena festividad.

Dalia habló de inmediato:

—¡¿Qué es esto?! Justo ahora, acaso ese ser...

La ninfa Athla no podía creer lo que sentía. Todo lo que controlaba, pareciera haber cedido ante una presencia abismal.

—Dalia esto es terrible. Siento miles de demonios viniendo. No puede ser, esto no puede ser posible.

Dando de inmediato a Louise a Athla, Steven sacó su lanza carmesí en un resonar.

—Crearé una barrera más, Jared ayúdame con tu poder espiritual. Tenemos que buscar a Kendran también.

Jared asintió, sin antes besar a su hija en la frente. En ese momento el tenía un mal presentimiento, como si era la última vez que la vería. La miró fijamente por unos segundos y finalmente volteó a seguir a Steven.

La líder, aún con el vestido manchado de sangre por el parto, levantándose de inmediato gritó.

—¡Comiencen la formación!

Uno de los soldados expresó desesperado.

—Líder del clan, toda la protección del clan, ¡los sellos han sido totalmente destruidos!

—¿Qué acabas de decir?

Otro soldado informó con el rostro lleno de tristeza.

—La anterior líder, ¡la anterior líder ha muerto!

La mente de Dalia era un caos, agregando que su cuerpo estaba muy débil. Todo estaba saliendo mal.

—Madre, por qué..., ¡¿ella no estaba mejorando?!–Gritó con frustración hacia el soldado.—¡Maldición!

—Lo siento, no sabemos qué pasó.

Athla de repente comenzó a temblar.

—Desde fuera estaba reteniendo con mi poder a aquellos demonios, pero algo me está impidiendo hacerlo ¡Algo mucho más fuerte que yo!...No se puede detener este destino, no se puede... –Miró a la bebé que sostenía.—Steven, sería importante para el futuro de tu hija, pero no habría tal futuro si no la salvamos ahora.

Dalia respiró profundo, volteando su mirada de ella, dijo con determinación.

—Llévala, ¡huye con ella! Escóndela y si es posible oculta quién es. Ella mi última esperanza ¡Ve!

La ninfa asintió triste, cubriendo a la bebé. Luego de desaparecer Athla, Dalia salió de lugar sacando su espada, lo que vio afuera, fue suficiente para que su ira se intensificara.

Tanto Jared como Steven, estaban impidiendo a Kendran avanzar. El aura de aquel vampiro había cambiado, era fuerte, su identidad como un vampiro purasangre y probablemente perteneciente a una familia desaparecida, ahora podía notarlo, tenía una sonrisa de máxima satisfacción.

No sólo podía controlar a los demonios de su alrededor como si les hubiese lavado el cerebro, había destruido gran parte de su territorio, su mirada de él sólo podía reflejar. Venganza.

—Bienvenida líder ¿Qué le parece el espectáculo de hoy? Es mi regalo por el nacimiento de su sucesora.

Una fuerte ráfaga de viento desprendió al gritar:

—Bastardo, ¡Me engañaste!

El cuerpo entero de Dalia se cubrió de marcas negras y direccionó su espada en donde estaba Kendran.

—Claro que no, usted vio que alguien aparecería este día, sólo que nunca supiste que era yo ¿Por qué crees que elegí este día? –La señaló.—Las Grinaidas al dar luz es el momento que más débiles son, ¡porque toda su energía es absorbida por el bebé que nacerá! ¿No es muy conveniente?

—¡Cállate traidor!–La lanza de Steven apuntó directo al corazón de Kendran, pero este logró esquivarlo.

—¿Piensa matarme? ¿Te olvidas que somos inmortales?–Bufó.—¿Quién eres tú para decirme traidor? ¡Te volviste un perro de este clan, denigrando la sangre de los vampiros! Eres una burla para nuestra especie.

No importa cuántas veces lo atacara, Steven no podría matarlo, sino es con el Kali.

Dalia exclamó con furia.

—¿Qué quieres? ¡Qué quieres! Nunca te hicimos daño, te di un hogar. Bastardo, ¿por qué haces todo esto? ¡Contéstame antes de matarte!

La expresión de Kendran se tornó seria.

—¿Por qué? Fueron siglos, siglos en que esperé por este día. Juré matarlos a todos, sin excepción. Lo que me hicieron, debe ser pagado por todos. Uno por uno debe retorcerse de dolor y tú, serás la última.

Louise sentía que debía soportar, pero la rabia también se apoderaba de ella.

Rencor, ¿qué pasó? ¡Qué tan grave fue su pecado para matarlos a todos!

—Bastardo loco, ni siquiera sé de qué hablas, cortaré cada parte de tu cuerpo y finalmente el corazón, ¡nadie toca a mi clan!

—Tu madre siempre te lo advirtió, pero eras tan confiada de tu poder, que hasta su muerte provocaste. Bueno, fue difícil para ella morir lentamente, el veneno que le di fue consumiéndola poco a poco. Que final más lamentable...

La mano de Dalia se alzó provocando un torbellino de viento que mató a los demonios que rodeaban a Kendran y finalmente para golpearlo a él también, pero fue detenido por él al chasquear sus dedos.

Kendran se burló.

—Que miedo, una líder débil ¿qué puede hacer?

En ese momento Jared agarró a Dalia al caer de rodillas, rodeando el lugar de mariposas azules, era un encantamiento como si fuera una barrera de protección.

Kendran miró fijamente ese espectáculo y sonrió.

—Las mariposas, se ven mejor manchadas de sangre.

—¡Tu cabeza aplastada también!–Steven se acercó a él una vez más, atacándolo justo en el pecho, pero fue golpeado de inmediato por un demonio de rango superior.

—¿Quieres matarme?, ¡ya te dije que eso será inútil!

Todos los del clan hacían lo posible por pelear, pero en cantidad eran simplemente superados, uno por uno iban muriendo frente a los ojos de Dalia. De forma atroz. No importaba si era un anciano, joven o niño. Todos serían asesinados. Steven no podía protegerlos a todos, era imposible pelear con decenas de esos demonios a la vez.

Ella no pudo soportarlo y gritó:

—¡¡Basta!! ¡¡Detente!!




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