Esposa de un vampiro (eduv)

-A3- Capítulo 45 Almas disueltas

Cuando sintieron aquella presencia abrumadora que se extendía en los sentidos de todos. La barrera carmesí finalmente se rompió en pedazos, siendo su detonante las grandes alas negras de Louise que se elevaron con fuerza, empujando a Endra lejos y siendo atrapada en el aire de inmediato por Drake.

El alivio de tenerla finalmente a salvo, hizo que Drake respirara por fin más tranquilo.

Las grandes alas negras de Louise fueron lo primero en ver todos los presentes. Su cuerpo se encontraba en su estado original, plagada su piel de marcas negras, ojos azules intensos y su cabello largo castaño que se agitaba levemente. Su brazo izquierdo aún sostenía a Steven, quien en ese instante también sus ojos rojos se abrieron amenazantes.

A pesar de que Dana ya había visto a Louise en ese estado, su cuerpo se escarapeló aún más, tal vez sea por el lugar o por manera que apareció, simplemente la miró cautivada. Cuando los ojos de Louise voltearon hacia su dirección, sus ojos miraron con intensidad y sorpresa al notar a Fany herida, manchada de su propia sangre y siendo sostenida por Zen en una apariencia diferente de lo usual. Al costado de ellos, una espada de tallado familiar se encontraba tirado manchado de sangre. Por instinto, Louise supo de inmediato que Zen no había sido el culpable.

Louise habló en un tono frío.

—¿Quién le hizo esto?

Steven al ver al albino sostener aún a Rocío, utilizó una de sus espadas para cortar parte de sus cadenas y liberarla.

—Ya te divertiste lo suficiente, Erick.

—No...–Inclinó su cabeza desafiante.—¿Qué se siente que tu esposa sepa de tu verdadera naturaleza? Steven.

La voz de Louise intervino.

—Te doy las gracias por eso.

Erick la miró confundido y sorprendido, Louise sólo siguió hablando.

—Un gran peso de mi corazón ha sido aliviado al saber la verdad, aunque querías que lo odiara, el efecto fue completamente diferente. Creo que tú tampoco sabías todo lo que vivió Steven.

Erick bufó con molestia.

—¡Tonterías! Ambos cometimos crímenes por nuestro propio beneficio, sólo porque crees él que ha cambiado, ¿cómo puede ser el único inocente? ¡Somos iguales! No...¡Él es aún peor!

Steven agitó su lanza carmesí hacia la dirección del rostro de Erick, habló en un tono serio y alterado.

—¡No maté por poder! ¡Nunca fui consciente de mis crímenes! Y cuando finalmente lo fui, lo único que deseé para pagarlo fue con la muerte. Hasta el día de hoy, no hay día que olvide mi culpa, atormentándome cada noche.
No sabes cuántos murieron frente a mi sin poder hacer nada, quienes me trataron como una familia, cuando no tenía nada,
¿entiendes la impotencia de ver cómo todo se destruye ante tus ojos, sin poder evitarlo?
¿Sabes qué es perderlo todo y aún así seguir viviendo para no ahogarse en el pasado?
¡No me compares contigo, que lo único que has hecho es ser influenciado como una marioneta!

Incluso la voz afilada de Erick, se quedó en silencio en ese momento.

Ellos nunca vieron a Steven expresar tantas palabras con dolor, sus compañeros sabían que había tenido un terrible pasado con tal familia que lo crio; sin embargo, no sabían del sufrimiento aún mayor que pasó después. Y aún así seguir sonriendo como si su vida siempre hubiera sido pacífica, sin arrepentimientos, ni dolor.

Rocío aprovechando su liberación y la distracción de Erick, de inmediato cubrió a Endra con aquel brillante polvo, para que no sea nuevamente manipulada. Luego de haber sido liberada a la fuerza, debido a Louise.

Aún estando de espalda, Louise sintió una cantidad abrumadora de espadas que se acercaban a gran velocidad hacia ella. Estiró su mano derecha haciendo aparecer la hermosa espada Kali, de un solo moviendo agitó su mano en semicírculo y detuvo las espadas que volaban hacia su dirección, devolviéndolos de dónde vinieron. Estos cayeron como una lluvia de espadas cerca de los perpetradores.

Tanto Elizabeth como Blade, ya se habían recuperado de sus graves lesiones, viendo como oportunidad atacar a quien principalmente querían.

Elizabeth sonrió levemente. Por primera vez veía a Louise directamente.

—Nunca nos presentaste a esta mujer Steven, debiste llevarla a casa cuando la encontraste. Tal vez, hubiéramos reconsiderado en perdonarte.

—¿Qué estupidez sale de tu boca señora Elizabeth? Lo último que haría sería llevarla a su sentencia de muerte.

Blade intervino.

—Sólo mírala Steven, ese monstruo, ¿siquiera es una mujer?

Steven fue al lado de Blade de inmediato, apuntando el filo de su lanza cerca de su cuello. Su voz sonó molesta.

—¿Monstruo? Te atreves llamarla así, ¡un ser despreciable como tú!

—Nunca cambias Steven, siempre atreviéndote a alzar tu arma contra tu padre ¿Eres diferente a nosotros? Tienes nuestra sangre, nuestro linaje. Tal vez..., la estás enlazando falsamente contigo para matarla después. Te recuerdo que eres un Valkhimia.

—¡Nunca seré una escoria como ustedes! ¡Me repugna ser tu hijo!

Elizabeth apuntó con su dedo a Louise.

—Blade, ¡mata a esa mujer!, Steven también debe morir, ya no nos importa él. Recuerda que no nos queda mucho...

Steven de inmediato alzó sus manos para atacarlos, estaba furioso de sólo oír que ellos hablaron de su esposa de una manera desagradable. En ese instante, Louise tocó el hombro de Steven para calmarlo y disminuir su ira. Se adelantó de él, quedando frente a los esposos Valkhimia.

Louise habló con una leve sonrisa, viéndolos fijamente.

—Gracias.

Los rostros estupefactos de ambos se hizo notar de inmediato, riéndose por su aparente sarcasmo. Louise continuó hablando.

—Gracias por darle la vida a Steven.–Alzó su brazo y estiró sus dedos.—Esta será primera y la última vez que me miraran, así que sólo diré esto.

Elizabeth la miró despectivamente.




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