POV Guan-yin
—Ya puedes bajarte del caballo—dice el general que es mi padre y nos reciben unas personas que en cuanto nos ven lo saludan diciéndole amo.
—De seguro son sus sirvientes—pensé entre tanto que ellos se quedaban observandome como preguntándose quien soy yo y se hicieron luego, aún lado dejandonos pasar.
Entramos y veo que cuando cruzamos la puerta vienen hacía nosotros dos mujeres sonriéndole al general—¡papá, papá!—lo abrazan dos jóvenes parecidas a mi edad—
¡ya volviste!—manifiesta una de ellas la cual, se fija en mí y frunce el ceño. Entonces, noto que es muy hermosa con piel como la leche y mejillas rosadas con su cabello suelto de color negro adornado con una horquilla de flores.
Las demás también se me quedan viendo y yo me muevo incómoda—¿quién es ella?—me señala la chica bonita y el general me mira.
—Mei-yin, Tao, ella es Guan-yin. Saluda—me mira ahora mi él.
—Hola, soy Guan-yin. Espero nos llevemos bien—trato de no verme mal frente a estas personas.
—¿Y para qué o qué hace aquí papá?—comenta la bonita y el general sonríe.
—Mei-yin, ella vivirá en esta casa junto con todas ustedes desde hoy y quiero que la traten de lo mejor. Llévenla a un cuarto bien acomodada.
—¿Viene del campo?—comenta ahora la otra chica que está al lado de Mei-yin que mirándola bien tiene un semblante de pocos amigos hacía mí.
—Así es Tao, ¿no es maravilloso?—dice mi padre como si fuera algo bueno mientras que ellas me miran de arriba abajo—ahora quiero ir a descansar y comer algo. Las dejo para que se conozcan y le muestren el lugar.
Se acercan a mí ambas las cuales deben ser mis hermanas y dan vueltas alrededor mío mirándome otra vez de arriba abajo y fijan su mirada en la sábana que tengo con mi ropa y yo sonrío—ustedes son chicas muy hermosas y afortunadas por vivir aquí—dije y Mei-yin sonríe también de forma burlesca.
—¿Oh, pero que tenemos aquí?—toca mi sábana y la quita de mi mano tirandola al suelo—sí, esta es del campo Tao mírala, tenía esta sábana encima con de seguro todas sus cosas allí.
—Debe ser muy pobre para ni si quiera tener siervos que traigan sus cosas por ella—Tao sonríe al igual que Mei-yin de la misma manera burlándose de mí.
—Yo-yo—digo no sabiendo exactamente que decir pues, realmente era pobre.
—Mírala Tao ni siquiera sabe que decir ja,ja,ja—la acompaña la otra riéndose junto con ella.
—Quiero irme a mi cuarto....—manifiesto y se detienen de reír y se miran la una a la otra como si planearan algo sin hablarlo en alta voz.
—Claro, claro, campesina. Sígueme—comienzan a caminar y yo las sigo.
Se acercan las mismas personas que nos abrieron la puerta—ama podemos llevarla a un cuarto como dijo el general y ustedes pueden irse—comenta uno de ellos.
—¡No!, yo la llevaré yo misma al mejor cuarto de la casa así que, no se preocupen y tu—me señala—sígueme—le hago caso y caminamos yendo detrás de la casa a una habitación donde ella ve a una chica que se nos acerca—hola, ama. ¿Se le ofrece algo?
—Sí—me empuja hacía ella—esta campesina será tu ayudante—la chica me mira en tanto yo me recomponga de ese empujón—no tengas misericordia de ella y ponle a limpiar las zonas donde mi padre no la pueda ver.
—Eh, ¿el general sabe esto?¿no acabo de llegar con él como una invita...?
—¡Como una campesina!—parecía que a Mei-yin yo le desagradaba y no sabía muy bien porque o solo, es su forma de ser con los que son inferior a ella—como lo que es—se retira del cuarto y yo respiro hondo.
—Mi nombre es Jun—me sonríe y yo trato de hacerlo también.
—Soy Guan-yin.
—Un gusto, esta será tu habitación—habla refiriéndose al lugar en el que estabamos según entendí señalando ella todo el sitio y veo que hay una rata muerta en una esquina y varias moscas cerca las cuales, se posaban en la frente de Jun. Noté que de pronto entra un hombre y se agacha para hacer sus necesidades en la otra esquina dejando su excremento tirado allí y yo hago una mueca retrocediendo al ver el lugar tan...
—No te preocupes por él, se emborracha y aveces se le olvida que hay más personas cerca de él—dice Jun tocando mi hombro como para que no me vaya—ven, puedes acostarte junto a mí—noto que el hombre ese que hizo sus necesidades estará cerca mío cuando la vislumbro acostarse y dejar espacio para mí.
—Eh—¿y cómo le digo que no quiero dormir en este lugar y además, cerca de ese hombre?
Jun se hace como que ya esta dormida y yo como no tengo tal parece de otra me acuesto allí en ese lugar de frente y noto que hay un agujero en el techo—se puede ver las estrellas al menos desde aquí—trato de ser agradecida con el Señor y ver el lado positivo de esta situación.
Quedo dormida y como es costumbre en mi despertarme antes del amanecer para hablar con mi amigo abro los ojos y comienzo a charlar con él cuando, de pronto escucho un rasguño en la puerta—deben ser los ratones—pensé pero, oigo como un murmullo como si alguien hubiera dicho algo así como, ¿ayuda?