Esposa del príncipe ciego

Capitulo 9

POV Guan-yin

—Cochero, ya nos podemos ir ¿qué esta esperando para marcharse e irnos?—Huan Yue comienza a hablar mirando al otro lado de la ventana no notando tal parece que es otra persona.

—Yo...—estaba asombrada al encontrarmelo por aquí.

—Si quiere más dinero no lo sacará conmigo no estoy para estar pagando de más a tales tipos como usted—dice él como si estuviera fastidiado sin voltear a mirar hacia la puerta.

—Yo...—no sabía que decirle.

—Mujer, ¿qué está haciendo?—en ese momento voltea el rostro el príncipe hacía la puerta y yo me sonrojo un poco—dije, ¿qué está haciendo?—me agarra el hombre por el brazo y en eso se acerca Jun.

—¡Señora!

—¿Quiere pedir limosna al príncipe?—el tipo me agarra el otro brazo.

—No señor, yo solo pensaba que tal vez era el carruaje en el que había venido pero, me equivoqué—manifiesto.

—¿Quiere pedir limosna al príncipe? Pues no aparenta ser de una familia adinerada—me mira de arriba abajo

—Parece que no escuchó lo que dije—no pude evitar contestar.

—¿Guan-yin?—Huan Yue fija su mirada en mí.

—Si señor, soy yo—Jun se pone a mi lado.

—¿La conoce príncipe?—pregunta el tipo mirándonos.

—Algo así—expresa él.

—¿Ya puede soltarme?—le digo queriendo que quite sus manos de encima de mí.

—Suéltela cochero—le hace caso el individuo.

—Oh, ¿qué hacemos? no parece estar el carruaje suyo y solo vi el caballo en el que vine—Jun parece preocuparse.

—Puede venir conmigo Guan-yin—el príncipe sin duda escuchó a Jun.

—No quisiera molestarle—le digo y Jun asiente sonriendome.

—No me molesta usted, puede entrar—dice él.

—¿Jun puede...?

—¡No!—me interrumpe ella—iré en el caballo no se preocupe por mí—se va antes de que pueda decirle algo y yo entonces, entro dentro del carruaje en silencio sentándome frente a Huan Yue.

—¡Cochero!—vocifera él.

—¿Sí, príncipe?

—Vamos a la casa del general primero—nos vamos de inmediato y mientras tanto trato de no mirar mucho a Huan Yue aunque me era algo un poco difícil no verlo en tanto está con su mirada dirigida hacía la ventana.

—Se ve tan guapo.

—Ah, ya se que lo soy—manifiesta y yo me sonrojo de la vergüenza pues, evidentemente lo dije en voz alta.

Miro por la ventana y vuelvo a observarlo notando que tenía como su mirada pérdida observando él hacia la ventana—¿en qué está pensando?—dije con curiosidad y él sonríe—vaya, tiene una hermosa sonrisa—no pude evitar decir.

—Ja, ja, ja, noto que eres muy sincera Guan-yin—yo sonrío también al escucharlo reír.

—Trato de serlo para ser mejor persona cada día más—lo veo ponerse serio de pronto—¿está usted casado príncipe?

—Aún no pero, mi padre está haciendo los arreglos para ello.

—Oh, bien.

—¿Y usted está casada? Una mujer como eres tu no podrían los hombres resistirse—dice y yo sonrío obviando que tal vez se estaba burlando de mí pero, si asi era no me importó mucho.

—No lo estoy príncipe—le dije.

—Bien—solo expresó eso ante lo que le manifeste mientras él seguía mirando por la ventana.

—¿Le gusta los animales príncipe?—quería seguir hablando con su persona al menos hasta que lleguemos pues, tal vez no tendría otra vez esta oportunidad de tenerlo tan cerca aunque mi intento de buscar que charlar puede ser que no era muy bueno.

Entonces, lo veo fruncir el ceño de pronto—¿por qué lo preguntas?—dice.

—Ya que me gustan los animales principalmente los perros o lobos...—me detengo al verlo apretar su mano en un puño como si estuviera molestandose por consiguiente, lo vi poner su otra mano sobre sus ojos como tapándolos—¿está usted bien príncipe?—le pregunté algo preocupada.

—Con que lobos...animales terribles que se pueden comer cualquier carne incluida la humana—fue lo que dijo.

—Sí pero, aún son hermosos y algún día quisiera llegar a ver uno muy de cerca—exprese y él se quita la mano de los ojos y voltea su rostro hacía mí y el carruaje se detiene y yo me pongo de pie para salir en eso me jala hacía él y caigo sin querer encima de su cuerpo.

Entonces, el cochero abre la puerta y yo estoy como congelada no sabía si moverme o pedir solo disculpas.

Huan Yue toca con su mano mi cara y luego se acerca a mi oído—Si te encuentras con uno no dudes en correr ¿me oíste?—me susurra al oído el chico de ojos azul cielo rosando sus labios en mi oído y mi piel se eriza toda.

—¡¿Príncipe?!—escucho a Mei-yin hablar cerca de la puerta.




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