Esposa del príncipe ciego

Capitulo 22

POV Guan-yin

—¡Responde Huan Yue!—comienzan a salir lágrimas de mis ojos—¡no puedes hacerme esto hoy, respondeme!, ¡Dios mío ayúdame!—comienzo a darle golpes en el pecho y de pronto él comienza a toser agua y abre los ojos—Huan Yue—lo abrazo.

—De-déjame respirar bien—musita y yo lo suelto.

Se sienta y yo lo miro seria—¿cómo se te ocurre entrar al agua sin saber nadar?—le digo un poco molesta y él cierra los ojos—¿no sabes que te podías morir si yo no estaba cerca?, como se te ocurre.

—Ya, ya. Te pareces a mi madre reprendiendome—dice y yo bufo.

Se pone de pie yo agarrandolo de un brazo y le traigo la ropa para que se la ponga. Tomo la canasta y salimos de allí en silencio.

Nos vamos a la casa que nos dió el emperador para pasar algunos días de nuestro casamiento y fui al armario a ver si había algo para mí y si, pues vi varias batas de cierre lateral o frontal con una falda de delantal flisada envolvente—esa es tu ropa que pedí para ti y en el otro armario está la ropa mía—fue lo que me dijo mi esposo.

Saco una bata y falda para ponerme y quitarme está ropa mojada. Estaba por empezar a quitarmela cuando escucho a Huan Yue hablarme—¿puedes ver si la bañera está preparada para uno bañarse?

—Esta bien—fui a ver la bañera que estaba como en otro cuarto pero, sin una puerta y vi un envase con arroz y se lo eché a la bañera que estaba llena de agua—ya está lista, puedes venir—volteo y lo encuentro envuelto en una toalla y fui hasta él dirigiéndolo hasta la bañera y cuando estaba frente a ella se quitó la toalla y descubierto totalmente se entró en ella.

Yo me volteo de inmediato tratando de mirar otra cosa que no sea él allí y me iba a ir para cambiarme solo que...—¿te vas?—me dice el príncipe y yo miro al suelo.

—Eh, yo debo cambiarme...—me estaba empezando a poner algo nerviosa.

—Deberías darte un baño también así que, ven entra a la bañera conmigo—manifiesta y yo me quito toda la ropa poniéndola en el suelo y sigo mirando al suelo pues, no podía ver a Huan Yue de la vergüenza que tenía—si ya te quitaste la ropa entonces, ven y entra—me pasa la mano y yo la tomo y me siento junto a él y se me calentaron las mejillas, mucho.

—De seguro que estoy sonrojada—murmuré y Huan Yue sonríe—tal parece que me escuchó—fue lo que pensé.

—¿Me pasas el detergente por favor?

—Sí-sí—lo tomo y sin él decirmelo comienzo a bañarlo y lo veo cerrar los ojos—¿será que le agrada lo que estoy haciendo o solo está cansado?—pensé en mis adentros y cuando terminé una parte de su cuerpo me detengo y me quedo contemplandolo unos segundos y al parecer él se da cuenta y alza su mano como queriendo tocarme y yo la tomo y la pongo junto a mi mejilla luego, le deposito un beso en la palma de la mano.

Terminamos de bañarnos y fuimos al cuarto a cambiarnos y entonces, nos sentamos en unas sillas con una mesita que había afuera cerca del cuarto y nos trajeron la cena.

—¿Tienes a tu madre viva Guan-yin?—me pregunta Huan Yue de repente mientras comíamos.

—No, ella murió...—fue lo que pude responder llenándome de tristeza—¿y la tuya está viva aún?

—Sí.

—Que bueno.

—Bueno para algunos o solo para ella—manifiesta y yo frunzo el ceño.

—¿Por qué lo dices?

—Iba a hacer el emperador y por eso me quería pero, después de estar así solo viene a verme muy pocas veces así que, yo realmente no le intereso.

—Oh, no digas eso.

—Es la pura verdad—se le cae de la mano un pedazo de fruta al suelo y él se agacha para recogerlo y no lo encontraba—maldita ceguera la mía—yo fui en su ayuda y se lo pasé—gracias.

—De nada—lo miro comiendo y me llegó una pregunta a la mente—¿desde hace cuanto estas ciego?

—Tengo cinco años así por culpa de un gran castigo.

—¿Cómo que castigo?—le pregunté pues, debía ser cosa suya eso del castigo o por su malestar con eso me dijo así.

—Si hubiera nacido ciego me hubiera tal vez resignado pero, no fue así.

—Oh—noto que había algo de molestia en él con respecto a eso—si no naciste ciego hay esperanza de curarte y yo te ayudaré.

—Ja,ja,ja, ¿ayudarme?—se rió y yo hablaba en serio.

—Sí, yo te ayudaré junto con la ayuda de Dios—de pronto se pone de pie.

—No sabes lo que dices. Ya vayamos adentro quiero acostarme—le hago caso y cuando estamos adentro después de ponernos la ropa para dormir nos acostamos los dos juntos en la cama y yo me volteo del lado de Huan Yue para tenerlo frente a mí pues, él estaba de lado con los ojos cerrados.

Él me jala hacía él y estabamos tan cerca que yo podía sentir su respiración y yo alzo mi mano y toco sus pestañas largas y oscuras—tan lindo—dije luego, él hace lo mismo solo que en vez de tocarme las pestañas toca mi mejilla luego, toca mis labios pasando su pulgar por ellos y después se acerca más a mí y me besa.

Él se llegó a mí esa noche durmiendo juntos y dormí con el brazo en mi cintura de mi amado esposo solo que, cuando era la hora que yo habitualmente despertaba en las noches no estaba él a mi par.

Fui a donde estaba la bañera a ver si estaba ahí y no estaba en el cuarto. Salí afuera y miré por el patio alumbrando como podía con una vela y no lo vi por ningún lado. Regrese adentro y me senté en la cama a esperar que volviera pues, tal vez volvía de donde quiera que estaba y como estaba en la cama me quedé dormida otra vez.

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Me despierto escuchando unas voces afuera y se parecía a la voz de Huan Yue entonces, yo salgo y lo encuentro sentado en la silla de afuera con una mujer sentada a su par—mi hijo Dark, realmente puedes hablar con el emperador para ver si hace algo con tu ceguera—dijo la mujer.

—Como si a él le importara yo algo aún siendo un príncipe y ya te dije que no me llames Dark—escuché que Huan Yue respondió y yo pensaba en porque lo llamó Dark.

—Me gusta llamarte Dark es más bonito que ese nombre que te puso tu padre.




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