Sandy está furiosa, Taylor le ha dado una orden y sabe que la tiene que cumplir lo antes posible porque él no está bromeando. Ella le suplicó que no la alejara de él, incluso puso como escudo a su hija, sin embargo, la respuesta que recibió de Taylor no le agradó y su mundo se derrumbó.
―Haremos una prueba de paternidad, si tu hija es mi hija, recibirá ayuda económica, de lo contrario verás que haces con tu vida.
―¡Cómo puedes decirme eso! Hemos sido felices durante estos años y solo fue que apareciera esa mujer y tú cambias de repente. ―Se queja Sandy, no aceptando la idea de hacerle la prueba de paternidad. ¿Será que no le conviene?
Taylor le reclamó por haber inventado los mensajes que le mostró a Pamela, todas esas conversaciones eran falsas y ese fue el detonante para que Pamela decidiera huir. Sin embargo, Sandy niega todas las palabras vertidas por Pamela e intenta tergiversar todo.
Ese mismo día los padres de Taylor se enteraron de que su hijo está hospitalizado y entonces se trasladaron a verlo. Le reclamaron por ser tan idiota de no avisarles a ellos en lugar de estar solo en esa clínica como si no tuviera familia para que vele por él.
―No creerás que estando aquí vas a tener la posibilidad de acercarte a esa mujer sinvergüenza, verdad. ―Dijo, la señora Valquiria.
―Mamá, te exijo más respeto para mi esposa. Ella y yo ya hemos aclarado todos los malos entendidos y considero que la culpable en todo este tiempo ha sido Sandy, ella fue el principal motivo para que Pamela se alejara, ella ha sufrido mucho, mamá, no te imaginas como ha sufrido.
Es por eso que quiero que la sigan considerando su nuera, ella y yo aún estamos casados y merece ser respetada como tal.
Soy un hombre que no debió haber salido vivo de aquel quirófano hace unos años, soy una escoria que no merece tener la vida que tengo cuando la mujer que amo ha sufrido tanto.
El corazón de la señora Valquiria llora con el de su hijo, ahora todo tiene lógica. Sandy siempre se ha mostrado irrespetuosa con ella, es como si desde que se juntó con Taylor se considerara la dueña de toda la fortuna de la familia y ellos solo formaran parte de un estorbo que debería ser eliminado.
Pero de eso no está enterado nadie, Valquiria no ha querido que eso se convierta en un escándalo y se salga de control al descubrir que: Nuera maltrata y le falta el respeto a su suegra cuando están a solas.
―Buscaré a Pamela, hablaré con ella.
―Tienes un nieto, mamá. Mi primogénito es un varón demasiado hermoso, te enamorarás de él cuando lo conozcas.
Aunque te recomiendo no buscar a Pamela antes de que yo vuelva a hablar con ella y decirle que tú la quieres ver, no quiero que se sienta presionada por nosotros, además ella está viviendo con otro hombre y es entendible, mamá. Ella estaba en todo su derecho de buscar atención y apoyo en otra persona, no debe ser fácil ser madre y sin el apoyo de nadie.
―Si ella ya ha formado una familia con otra persona, por favor no te metas entre ellos y déjala ser feliz.
Madre e hijo sostienen una conversación mientras el padre está sentado en el sofá leyendo el periódico. De pronto se escucha unos suaves toques en la puerta, el padre abre creyendo que se trata de una enfermera.
―¡Buenos días, señorita! ¿Qué se le ofrece? ―preguntó el señor al ver que detrás de la puerta se encuentra una adorable chica y un pequeño que hasta el momento cae en cuenta que es su nieto.
―Eh, señor. Lamento si molesto al estar aquí, soy la niñera de este pequeño y me ha pedido que lo traiga a este número de habitación porque se le ha metido en la cabeza que quiere ver a su amigo para saludarlo.
Perdone que seamos tan atrevidos y llegar sin ser sus conocidos o familia, solo estoy complaciendo al bebé. ―Habló la niñera que cuida del pequeño Esteban.
―¿Amigo?
¿Te refieres a mi hijo?
―No lo sé, supongo que sí. Dejemos que el niño entre y lo reconozca, de lo contrario nos marcharemos. ―Pidió la chica y enseguida el señor se hizo a un lado para que pasara ella y el bebé que lleva tomado de la mano.
―¡Oh, pequeño!
¡Has venido a visitarme! ―Exclamó con alegría Taylor cuando lo vio.
―¿El señor es tu amigo? ―Pregunta la niñera, tratando de estar segura antes de acercarse.
―Sí, él es mi amigo y también de mi mamá. ―Afirmó el pequeño, quien de inmediato corrió y evadió a la señora que lo ve con ojos de admiración y amor, llegó hasta el robusto hombre que está en la camilla y lo saludó con euforia.
―Siento molestarlos, su madre está en una reunión y yo he venido por atención médica, he tenido que traerlo conmigo porque en casa no hay nadie más para que se haga cargo de él un momento.
Cuando pasamos por esta puerta él mencionó que este es el número de habitación donde está su amigo, me ha hecho detenerme antes de que se arme el berrinche porque le gusta hacer lo que él quiere, su madre dice que ha sacado el carácter de su padre. ―Comentó la chica con una bonita sonrisa sin saber que justo está frente a ese hombre al que Pamela acusa de parecerse su hijo.
―No te preocupes, ve a hacer lo que tengas que hacer y luego regresa por él. ―Ordenó Taylor.
―Oh, no, mi jefa se molestará si se entera de que lo he dejado con un desconocido.
―Ella y yo nos conocemos muy bien, por favor déjalo y yo afrontaré las consecuencias. Si no me crees, observa quién adorna mi teléfono con su linda sonrisa.
Taylor le mostró el fondo de pantalla que tiene en su celular y todos se sorprendieron, es una fotografía de rostro completo en donde posan dos chicos con facciones idénticas, papá e hijo. Los padres se han emocionado y quieren cargar al bebé, saben que es su nieto.
La niñera se ha quedado con la boca abierta, corre la mirada de niño a adulto tratando de procesar el parecido que ellos tienen.
Mientras Pamela está en una capacitación, su hijo juega con sus abuelos y su padre, aunque él no sabe que lo son. En otra sección, pero siempre dentro de la misma clínica, se encuentra Sandy, ella no está contenta con las drásticas decisiones que ha tomado Taylor. Ella no está dispuesta a aceptar que la legítima esposa llegue a reclamar el lugar que hace tiempo abandonó y que ahora le pertenece a ella por decisión del mismo Taylor.