Esposa falsa del Ceo Taylor

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Los señores Morotova se niegan a creer que su hijo Taylor haya raptado al pequeño Esteban. Ellos alegan que es un error y que pudo haber sido alguien más que le quiere hacer daño a Pamela.

―Quizá algún amante suyo está molesto porque ahora su esposo ha aparecido y quiera tomar acciones al sentirse engañado. ―Comenta el señor Brandon Morotova.

―Entonces, ¿cómo justifica el hecho de que Taylor no le atienda las llamadas?

Claro, el flamante idiota debe de ir en camino a saber para donde con mi bebé y ustedes defendiendo sus fechorías. ―Reclama con desesperación.

Los padres de Taylor, al nomás enterarse de la desaparición de su nieto, han tomado vuelo de inmediato para la casa de Pamela, les acompaña un grupo de hombres miembros de su seguridad para comenzar con la búsqueda del pequeño si este no aparece en el lapso de unas horas.

―No te preocupes, mi nieto volverá a ti y si es así como tú lo dices, yo mismo me encargaré de darle su merecido al idiota de Taylor. ―Prometió el señor Brandon Morotova, ahora asumiendo que su hijo tiene mucho que ver.

Finalmente, llegó la noche y Pamela está mucho más desesperada al no tener noticias de su hijo y el padre, que ni siquiera se digna a comunicarse con ellos para decirles si se encuentran bien.

―Oh, qué tierna imagen, papá e hijo están a mi lado. Te advertí que Taylor te iba a quitar a tu hijo para convertirlo en nuestro, ahora somos una feliz familia de cuatro integrantes. ―Es lo que dice un nuevo mensaje de texto que Sandy le ha enviado a Pamela, acompañado de una fotografía.

―De prisa nuera, vuelve a llamar ahora que el teléfono debe estar encendido. ―Sugirió la señora Valquiria Estrada.

―Ya lo apagó, esa maldita solo lo usa para enviarme los mensajes y luego se deshace de él. ―Se queja la chica, sintiendo como si el caso no avanza en nada.

―Ni siquiera es el mismo que ella tenía cuando fue pareja de mi hijo, pero igual, el otro está apagado. ―Lamentó en conjunto la señora Valquiria.

―Yo presiento que algo no anda bien. Si analizamos las dos fotografías, en ambas Taylor está relajado y con los ojos cerrados, ajá eso es muy romántico porque también está semidesnudo. Pero, no les parece raro que apenas sean las ocho de la noche y mi hijo ya esté dormido.

Es verdad, Esteban también duerme tipo diez de la noche porque espera a que yo termine de planchar mi ropa que usaré el día después, no es normal que él ya esté dormido.

―¿Y si, los han drogado?               

―Es lo más probable. Es por esa razón que debemos de darnos prisa y encontrarlos pronto.

―Ay, no, esa loca va a matar a mi bebé si se le pasa la mano con una sobredosis. ―Se quejó Pamela, segundos antes de desmayarse.

―Esto es muy duro, esposo mío, por favor has lo posible para que de inmediato den con el paradero de Taylor, puede ser que él también esté en peligro. ―Pidió la señora Valquiria.

Lo mismo que Pamela está sintiendo, yo también lo siento, con la diferencia de que mi hijo ya es mayor y se puede defender por su cuenta si tiene la oportunidad, mientras que su hijo aún es muy pequeño y no tiene conocimiento del bien y el mal. ―Puntualizó, poniéndose en el lugar de Pamela.

Dos médicos han llegado de emergencia a la casa de la pediatra Pamela Gonzáles, al enterarse de lo que está pasando con su pequeño han decidido estar cerca por si se presenta un problema tal como el de hace unas horas que por tanto dolor hasta perdió el conocimiento. Ahora le han inyectado un calmante para que se relaje aunque sea a la fuerza y no esté con el pendiente de su hijo.

Los hermanos de Taylor han llegado, tan pronto como su padre les ha puesto al tanto. Decidieron tomar un vuelo y ahora la casa de Pamela se encuentra invadida por la familia Morotova, esa misma familia a la que prometió hace años no volver a acercarse y ahora es la que le está brindando apoyo.

Fue hasta la mañana del día siguiente cuando la malvada Sandy volvió a enviarle un mensaje de texto acompañado de otra fotografía, además de un video en donde muestra al niño que está llorando, mientras que en el fondo se ve que Taylor sigue dormido, cosa que les hace sospechar aún más de que él no está consiente.

Afortunadamente, en esta ocasión sí lograron tomar los datos procedentes del teléfono del cual se están enviando dichas imágenes. Han quedado sorprendidos al detectar la ubicación, los datos indican que ellos se encuentran a menos de una cuadra de distancia.

Fueron a verificar y en efecto, allí hay un viejo hotel casi abandonado. El poco personal de servicio les informó que por la mañana llega una mujer junto a varios hombres armados, luego se marcha y vuelve hasta en horas de la noche.

El señor Brandon Morotova les ordenó a sus hombres que busquen en cada rincón de las habitaciones hasta encontrar a Taylor y al pequeño Esteban. Sabe que a Sandy no la encontrarán en este momento porque le dijo el personal que hace escasos cinco minutos ella se marchó y que no saben para donde.

―Señor, lo hemos encontrado.

Anunciaron finalmente dos hombres de seguridad.

―Tiene que venir, estamos en el tercer piso y es necesario que una ambulancia se haga presente porque ambos están inconscientes.

―No, no llamen a nadie. Nosotros mismos nos encargaremos de trasladarlos a la clínica donde mi nuera trabaja, no quiero que se haga un escándalo sobre la noticia de que mi hijo ha sido secuestrado. ―Ordenó el señor Brandon.

―Yo sabía que mi hijo no tiene arte ni parte en este asunto, todo es culpa de esa malvada mujer que se le metió hasta por las narices. ―Comenta, refiriéndose a Sandy.

El médico le comentó a Brandon que su hijo ha sido drogado fuertemente con una dosis alta de somnífero anormal, eso lo ha mantenido dormido e inconsciente.

Pamela se encuentra al lado de su suegra, por ahora no llora, está tranquila gracias a los calmantes que le han aplicado para controlar sus nervios.




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