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Taylor sigue frecuentando la casa de su pequeña familia, ahora prácticamente no quiere salir de ella para no estar separados. El pequeño Esteban tomó con mucha emoción la noticia de que el hombre que se ha portado tan bien con él sea su verdadero padre y ahora ambos le suplican a Pamela para que se vayan a vivir juntos, sin embargo, ella aún se niega, aunque se prometió así misma colaborar por el bien de su hijo.

―Cariño, sigo desconfiando de esa niñera, no me da buena impresión y temo que nuestro hijo esté en peligro. ―Repitió Taylor.

―Por favor, Taylor, deberías de verla de otra forma. Ella es muy atenta con nuestro hijo, se nota que le tiene mucho aprecio y eso es lo que a mí me importa.

―Pues lo siento, pero no me convence, la mantendré vigilada y verás que tengo toda la razón.

―Eso significa que no te irás pronto a tu país ¿Qué está pasando con tus empresas?

―He renunciado a ellas, ahora mi hermano es quien se está haciendo cargo de los negocios.

¿Recuerdas el motivo por el cual te pedí que te casaras conmigo?

―Como olvidarlo, tu padre te tiraría a la calle si no te buscabas una esposa.

―Le he dicho a mi padre que lucharé por recuperarte, he renunciado para demostrarle que te amo y que no me importa el dinero o los lujos.

―¿De verdad?                                

―Claro que sí, mi reina. Conquistaré tu corazón y te llenaré de amor para que nunca nos volvamos a separar, nadie me alejará de ustedes ahora.

Por cierto, ¿cuándo son tus vacaciones? Mira que toda mi familia ya ha vuelto a su país y estamos solo nosotros aquí y me gustaría que nos fuéramos de vacaciones.

―Me encanta la idea, mis vacaciones inician el mes que viene.

―Entonces nos vamos el mes que viene, te prepararé una sorpresa por ser una madre a todo dar para mi hijo.

Al llegar a la clínica, Pamela se sorprendió cuando el director la mandó a llamar para que vaya a su oficina.

―¿Desea algo, señor? ―Preguntó con tranquilidad, pues sabe en su corazón que no ha hecho nada malo para ser causa de despido.

―Sí, doctora Pamela. Sé que usted es un elemento indispensable en esta clínica. Pero debido al recorte de personal que se está llevando a cabo, hemos decidido despedirla a usted también.

―¡Qué! Pero yo siempre me he portado bien con todos los pacientes y compañeros de trabajo, usted es testigo de ello.

―Lo sé, y por eso digo que lo lamento. Pasa por el departamento de recursos humanos para que te saquen la cuenta del dinero que recibirás como prestaciones por los años que laboraste aquí.

Pamela sintió su mundo derrumbarse, ella se considera una buena doctora y no entiende por qué han tomado esa decisión tan repentina.

―Menos mal que tu padre ya está con nosotros hijo, de lo contrario ya estaría como loca gritando y llorando de desesperación. ―Se dijo en su mente.

Ella se siente mal, pero es consciente de todo lo que le ha tocado sufrir en la vida y no se va a dejar morir u opacar su inteligencia por un despido injustificado, pronto habrá otros centros médicos que la necesiten y valoren su trabajo con los niños como pediatra.

Recogió sus cosas del consultorio y fue directo a casa, allí se desahogó y le contó a Taylor lo que ha ocurrido.

―No te preocupes cariño, confío en ti y te prometo que encontrarás algo mejor.

―Pero yo ya me sentía cómoda estando allí, ahora siento que comenzaré de cero.

―No llores amor mío, todo saldrá bien. Te propongo que adelantemos el viaje y así consigues relajarte. ¿Qué dices?

―Pero, necesito trabajar para mantener a mi hijo, tú no eres consciente de ello y solo piensas en divertirte.

―Estás conmigo y ya nada les va a faltar ni a ti ni a nuestro hijo, es una promesa que les he hecho y no pienso dejarla sin cumplir. Vamos, relájate y disfruta por un momento después de años de trabajo.

―Está bien, entonces cuando nos vamos y hacia dónde? ―Indagó la joven doctora, ahora sonriendo y limpiando sus lágrimas. Ahora siente un gran alivio al saber que cuenta con el apoyo del padre de su hijo.

―Prepárate para esta misma noche, no quiero esperar más.

―Es muy precipitado, pero déjame informarle a la niñera para que venga con nosotros.

―¡No! ―Exclamó de repente ―Cariño, es un viaje de familia, tú, yo y nuestro hijo, sin nadie más que nos estorbe.

Taylor le comentó a la niñera que irán a determinado lugar, él sabe que la está poniendo a prueba con su lealtad para con Pamela, esta misma noche se descubrirá la clase de persona que es y la doble cara que muestra frente a Pamela.

Arreglaron todo lo que consideran necesario para realizar ese viaje y salieron con rumbo desconocido para la chica pero demasiado conocido para el hombre.

―Escucha cariño, estoy esperando una llamada, por favor no se te ocurra hablar cuando yo atienda el teléfono, ¿te queda claro?

―Puedes hablar con la zorra que quieras, a mí no me importa eso. Solo te pido que midas tus palabras, recuerda que mi hijo está presente y no quiero que escuche como su padre habla de sexo. ―Rezongó Pamela haciéndole saber que está celosa, pero no lo quiere demostrar directamente.

―Te estás escuchando amada mía, ¿esos son celos o reclamos? ―Cuestionó alzando una ceja y mostrando una sexi sonrisa.

―No te equivoques, solo lo hago porque cuido hasta lo que mi hijo escucha. Por mí no hay problema, puedes decirle hasta como te la quieres follar y no me importa porque yo ya no siento nada por vos.

―Auch, eso dolió bonita. Por favor ya no me sigas insultando, harás que mi corazón se sienta muy triste y le provoque un paro cardíaco.

La pareja dejó de discutir hasta que el pequeño Esteban se sumó a la conversación, pero ahora hablando de que él quiere ser muy alto y guapo como su papá.

―Seguro que serás elegante como yo y guapo como mamá.

Le respondió Taylor, sabe que en este momento no es buena idea llevarle la contraria a Pamela, que a leguas se le nota que no le ha sentado nada bien la idea de que alguien está por llamar y él está atento a responder.