Esposa mía, ¡vuelve a mí lado!

I CAPÍTULO.

Lo veo salir de casa, sin siquiera despedirse o darme un beso, sube a su auto y se marcha como si yo solo fuera un mueble más que decora este hogar.

Me duele el corazón de ver tanta frialdad en él, mis lágrimas mojan mis mejillas, escuchó el motor de su auto, seco mis lágrimas al escuchar que la puerta se abre, pasa hacia su estudio y dos minutos después sale nuevamente, pasa a mi lado y no dice ninguna palabra, es como si yo no existiera para él, como si estuviera invisible.

Hace cinco años que nos casamos, hace cinco años que me he desvivido por él, para serlo feliz, pero nada de lo que haga o diga para el cuenta.

He sido su apoyo desde que su padre murió, he sido su apoyo como cualquier esposa lo seria, pero yo he dado más y no he recibido nada a cambio, ni siquiera un te amo. Pero ya me he cansado ser la esposa que da todo por su hogar y por su esposo.

Todo empezó en la preparatoria, pero se agravó más en la universidad ambos estudiamos la misma carrera, yo siempre estuve enamorada del que ahora es mi esposo, aunque él crea que solo finjo amor, desde que lo conocí me pareció el chico más guapo y atractivo  de todos.

Hacia de todo para estar junto a él, muchos le llaman masoquismo, yo le llamaba amor. No había día en que yo no lo complaciera.

—Solo lo hago como amigo, somos amigos no es así —dije entregándole el almuerzo.

Me miró y frunció el ceño, su mirada era fría, solo tomo la comida y empezó a comer.

—¿Qué tienes? —pregunte.

—Nada.

—Kadir, dime que es.

—Es mi padre —su tono era frío.

—Sigue grave.

—El tumor ha avanzado mucho, los médicos no le dan mucho tiempo —menciona abriéndose a mí, no muchas veces lo hace.

—Cuanto lo siento, en que te puedo ayudar.

—En nada —su tono volvió a esa frialdad, así era él. —Kadir.

—Ya basta Keisha —incline mi rostro.

No sabía que le sucedía, no estaba así por su padre, era por esa chica a la cual él amaba.

No volví a decir nada, me bastaba estar a lado de él.

—Keisha qué bueno que has llegado.

—¿Qué sucede mamá?

—Los padre de Kadir vienen a cenar hoy.

—El padre de Kadir salió del hospital hoy y se quiere reunir con nosotros.

—¿Y eso por qué?

—No lo sabemos hija mía —respondió mi madre.

No le preste importancia y subí a mi habitación estaba preocupada por Kadir, lo que él dijo me dejó muy pensativa.

Al atardecer recibimos a la familia Mayer, mamá los invito a pasar al jardín donde daría la cena, pues según era una ocasión especial.

Mi mirada de posó en Kadir, como siempre el mantenía una mirada distante, cuando posó su mirada en mí un calor me invadió, le di una sonrisa tierna pero él solo soltó un suspiro.

Pasamos al jardín y tomamos asiento. Mamá sirvió la cena, mientras papá y el señor Meyer hablaban de sus empresas.

—¿Estas bien? —le pregunte a Kadir.

—Te parece que estoy mal.

—Lo estás lo sé.

—No me conoces Keisha.

—Te conozco lo suficiente para saber cuando estas bien y cuando no, no se porque me tratas así —toma mi mano.

—No es mi intensión —siempre es reservado con todo, aunque muestre ser un chico despreocupado se que no es así, detrás de esa máscara se esconde un chico frágil.

Empezamos a comer, al terminar el papa de Kadir se levanta y sonríe, se ve mal, pero es como su hijo esconden lo que en verdad sienten.

—Quise reunirme con ustedes porque quiero que nuestras familias se unan —pronuncia el señor Meyer. —quiero que Kadir y Keisha se unan en matrimonio...




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