Esposa para el rey

Capitulo 10

—De verdad prima, piénsalo bien. No te sientas comprometida, mi padre lo entenderá.

—Ya te dije mil veces que no lo estoy haciendo como un sacrificio o para huir de aquí.—Mientras decía esto, se tomaba del cabello y cerraba los ojos, reacción de alguien que está perdiendo la paciencia.—Es una oportunidad para mí, una vida diferente.

—Y ¿qué tal si esa vida no es tan buena o no te gusta?—Seguía ella esforzándose por hacerla cambiar de opinión.

—Es un riesgo que pienso tomar, el padre Jacinto es una persona honesta y me ha contado todo sobre ese lugar.

—Ese padre pudo inventar cualquier cosa con tal de conseguir esposa para su rey, ¿no te das cuenta de eso?

—La sinceridad y la redacción son cosas diferentes pero ninguna está mal.

—¿Disculpa?, ¿a qué te refieres con eso?—Dijo con tono molesto mientras intentaba entender.—No es momento para tus frases de intelectual o tus juegos mentales.

—No es nada de eso, escucha.—Eréndira tenía la paciencia de una maestra que desea enseñar a sus alumnos.—Él como una persona habla de su hogar te hace referencia a como ellos lo viven o que ven en él. Si otra persona no lo ve así, no significa que fue mentira lo que le contaron. Simplemente lo vieron con otros ojos.—Continúo con el mismo tono mientras su prima la miraba.—El padre Jacinto habla maravillas de su hogar porque siente amor y porque quiere presumir de ese lugar que le da orgullo. No para hacer una venta falsa. Si nosotras vamos podemos ver algo diferente e incluso con el tiempo enamorarnos de ese lugar.

—Creo que tal vez tengas razón, yo tampoco creo que ese reino está tan mal. Mi tema es con el rey que te esposara.

—¿Qué tiene de malo él?—Dijo Eréndira mirándolo de lejos.—Es un hombre que perdió sus piernas por salvar su reino, ¿te imaginas lo apasionado y protector que debe ser con lo que ama?

—¿Y tú cómo sabes todo eso? Estás muy bien informada por lo que veo.

—Antes de tomar esta decisión, tuve que conocer su historia por completo. No tomaría una decisión así como así.

—Pues yo creo que confías mucho en lo que dijo ese padre.—Colocó sus manos sobre sus mejillas para reposar.—Si yo fuera tú, me daría unos días para tratarlo primero antes de aceptar algo así. Fue lo mismo que hice con mi príncipe y ahora estoy segura, no solo por su físico. Me atrapó su forma de ser.

Por primera vez en toda la conversación, las palabras de Sleidy hicieron pensar a Eréndira. Esa no era una mala idea y a pesar de ser muy analítica, no pensó en esa opción.
Miraba a lo lejos a Agusto mientras conversaba con Jacinto, lo miró hasta que el rey se percató.

—Ella me está mirando mucho.—Comentó Agusto a su amigo lo más discreto que pudo.—¿Crees que se esté arrepintiendo?

—Para nada, mi lady es muy analítica.—Respondió el sacerdote girando la cabeza hacia Eréndira para corroborar lo que su rey decía.—En estos momentos ella debe estar haciendo un análisis completo de ti. Seguramente imaginando cómo complacerte en la cama.

El comentario del padre nuevamente sonrojó a Agusto quien no pudo evitar que su cabeza volara imaginándose en la intimidad con ella.
El silencio se hizo presente mientras con nerviosismo pensaba en la erótica escena. Como era de esperarse meditó en cómo impedir que su problema fuera un obstáculo. Se puso candente solo de imaginarlo. Eréndira le atraía mucho.
El silencio en su mente se vió interrumpido por Job, un personaje que había desaparecido desde que llegaron a ese reino y de quién no se esperaba eso pues ya era alguien de confianza.

—Mi señor, al fin me puedo reunir con usted.—Dijo recuperando el aire y agachándose a su lado.—Los guardias no me dejaban pasar, creyeron que yo era un campesino intentándose colar.

—¡Job me tenías preocupado!—Dijo en forma de regaño pero con alivio al verlo.—Nada de eso te pasaría si te hubieras quedado conmigo como te lo pedí. ¿Por qué te alejaste?

—Perdón señor, es una costumbre que tengo.—Dijo aún apenado.—Me mezclé entre las personas para medir el terreno. Ahora que soy un hombre de su confianza debo ser de utilidad. Así podía saber si usted estaría bien aquí.

—No es necesario que hagas esas cosas, con tu compañía es suficiente.—Agusto ya no estaba molesto con él, pues entendió sus buenos sentimientos e intenciones.—Ahora siéntate aquí.

—Veo que tiene un nuevo amigo su majestad.—Interrumpió Jacinto al ver esa reunión.

—Si, él es Job. Ha estado conmigo todo este tiempo siendo mi compañía. Da muy buenos consejos así que le di utilidad a eso haciéndolo parte de mi consejo… que cada vez está más vacío.

—Lo conozco mi rey, este muchacho Job iba seguido a confesarse, es un muy buen creyente del señor.—Dijo mirándolo fijamente y extendiendo su mano para ser saludado.—Pero un buen día dejó de ir y lo encontré en los burdeles con mujeres y alcohol encima. Desde ahí no volvió a la iglesia diciendo que un pecador así no era digno de entrar. Por supuesto yo creo que eligió los vicios antes que a Dios.

—Padre por favor perdóname.—Dijo Job muy alterado aún.—Le prometo que iré a solucionar mi deuda con usted y con el señor, pero ahora necesito decir algo importante.

—Habla hijo, quiero saber con qué pretexto me saldrás ahora.—Jacinto estaba un poco burlón. El ambiente de la fiesta le hizo estar en esa actitud.

—Por favor paren, no daremos una mala impresión a este reino con esas cosas.—Agusto intervino en la conversación para calmar a sus dos amigos.—Job bebe y relájate por favor.

—Pero mi señor, tiene que escucharme,—Insistió el joven campesino, deseaba ser escuchado a toda costa.—Hay fuertes noticias que necesita saber.

—No es el momento Job, hablaremos cuando regresemos al reino.

—¡Va pasar algo terrible mi rey!—Job se quedó sin aliento al decir estas palabras con desesperación. Lo hizo para ser escuchado.

—Está bien, habla pues.—Agusto entendió que debía ser algo urgente por como habló su vasallo.



#7815 en Novela romántica
#3907 en Otros
#739 en Acción

En el texto hay: #aventura, #reinos, #accion #romance

Editado: 26.03.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.