Esposa para el rey

Capitulo 29

El suelo comenzaba a resentir el andar de las tropas. Los animales corrían de ahí, no querían estar cerca de ese ruido que penetraba en sus oídos tan fuerte que era inevitable no pensar en el peligro.
La sombra que provocaba en esa dirección era tan grande que podía verse claramente como el sol quedaba atrás. Y no era para menos, la oscuridad estaba por llegar al reino.
Los pueblerinos ya estaban al tanto de la situación. Desde kilómetros atrás pudieron ver que un ejército invasor llegaba desde el sur.
Se refugiaron en sus casas mientras que otros más solo huyeron de ahí. No querían ser capturados por el enemigo o peor aún... asesinados.
Las banderas en el castillo que sería atacado aún ondeaban con firmeza, como si gritaran que no querían ser capturadas. Las paredes que las resguardaban eran duras y muy resistentes. Cruzar a través de ellas sería muy difícil aún con todo el ejército que llevaban.
El momento de marchar terminó. El ejército se encontraba a una distancia considerable del lugar al que asediar. Se plantaron ahí con firmeza y esperaron unos minutos para ver qué sucedía.
Después de ese tiempo notaron que ningún enemigo se acercó a ellos. "Tal vez nadie quiere luchar" se dijeron así mismos muchos de ellos. El resto solo se limitó a seguir observando y pensar que se trataba de una trampa.
Los líderes tenían que contemplar todas las opciones así que decidieron iniciar sus movimientos.
Alistaron a un par de sus hombres y los enviaron como mensajeros. Su estrategia era aprovechar la vulnerabilidad del reino y pedir a los soldados que cuidaban del reino que se unieran a ellos.
La idea no era mala para nada. Un ejército que no era liderado por ningún rey y que veía cada vez más como el desgaste se acababa a su hogar. Era muy fácil de manipular por alguien cercano y que ofrecía la solución perfecta.
Los mensajeros se acercaron lentamente y pidieron que se abrieran las puertas para negociar con quien estuviera a cargo. Después de varios segundos de análisis les dejaron pasar y las puertas se cerraron nuevamente y el suspenso comenzó.
Tras los muros había una conversación que ni los propios líderes podían escuchar. Su única forma de pasar el tiempo era creer que había una esperanza para tomar el reino sin luchar, y mejor aún, unir más hombres a sus filas para defenderlos.
Ellos contaban con el elemento sorpresa. Y habían enviado un mensajero previamente para esparcir el rumor de la muerte del rey Agusto en el reino del norte. Contaban con que esa información cumpliera el objetivo que ellos tenían.
Como era de esperarse el rumor llegó y se extendió por todo el pueblo como una plaga. Desde campesinos hasta adinerados lamentaron la muerte del rey y se preguntaban ¿Qué viene ahora para nosotros?, ¿cuál será nuestra mejor jugada? Para todos ellos había una respuesta clara… la paz era la mejor opción.
La paciencia del ejército que esperaba afuera se estaba terminando. Sus soldados habían llegado con la intención de pelear, mientras que los líderes ya querían verse en el poder y ondear su emblema.
La respuesta llegó en ese momento de desesperación. Las puertas se abrieron nuevamente pero esta vez por completo. Los mensajeros salieron con cara de satisfacción e indicaron a sus líderes que podían pasar. Nadie de adentro ofrecería resistencia para tomar el poder.
La buena noticia se esparció rápido entre las filas que ya deseaban entrar y relajarse. Los líderes no lo podían creer, daban por hecho que su mejor plan estaba funcionando. Se visualizaron al fin tomando el reino más grande que esa familia había dejado y con un ejército mayor.
Tres eran los que habían soñado con eso y tres eran los que estaban ahí, enfrente del ejército a punto de entrar.
Se miraron y levantaron simultáneamente sus manos para dar la indicación de acceso. Todos entraron empezando por los líderes que ya gozaban del triunfo.
Al entrar pudieron ver cómo los campesinos se quedaron impresionados por ellos y rendían tributo agachando la cabeza en señal de sumisión.
Al seguir avanzando los líderes buscaban a otro tipo de personas, como los adinerados, gente de prestigio en el reino, clérigos y por supuesto los soldados que se unieran a ellos.
Avanzaron muchos pasos y no se encontraron con ninguna de estas personas. Eso llamó su atención así que decidieron no perder más tiempo y llegar al castillo para ver qué pasaba.
Los mensajeros que habían entrado previamente, informaron que no habían visto presencia militar alguna. Incluso el reino lucía muy solo.
Eso desesperó a los líderes quienes volvieron a su idea principal de que eso era una trampa y se mantuvieron alertas.
Llegaron al castillo más por capricho que por estrategia y una vez ahí entraron sin pensarlo.
El palacio estaba vacío, sin sirvientes, ni soldados, ni miembros del parlamento. Las instalaciones estaban intactas como si hubieran decidido salir de ahí corriendo por su llegada.
Uno de los líderes golpeó una copa que estaba cerca de él y con eso demostró lo que pensaba.
Otro de ellos se mantuvo firme en el plan y ordenó que las banderas fueran cambiadas por las suyas. Él estaba dispuesto a tomar su lugar como se había planeado.
El otro solo se mantuvo expectante, recomendó salir de ahí antes de ser atrapados por completo pues intuía que algo no andaba bien.
La realidad era esa, el mensaje de Agusto había llegado a tiempo logrando convencer a todos para que se fueran de ahí. El punto de reunión con su rey estaba marcado y solo quedaba esperarlo para recuperar el reino.
Los clérigos y altos funcionarios lograron saber a tiempo que la muerte de Agusto era un invento y que él regresaría pronto con muchas buenas noticias para recuperar su reino y devolverle la grandeza.
Tomaron lo más que pudieron de sus riquezas y salieron de ahí tan rápido como pudieron para ponerse a resguardo.
El ejército se había proclamado servidor de un único rey y planeaban seguirlo hasta la muerte. Algo que los enemigos no pudieron entender y rápidamente se dividieron entre ellos para optar por lo que mejor les convenía. Aún desconocían que su plan para matar a los reyes había fallado así que aún tenían ciertas opciones.
Pero pronto descubrieron lo equivocados que estaban.



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Editado: 26.03.2025

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