Aisha.
NOTA: En un comienzo tenía pensado relatar qué pasó exactamente con el incidente de Aisha, pero como paso un tiempo desde que no escribi mas capitulos, entonces me voy a saltear al dia siguiente y ni bien pueda relato cómo surgio el incidente.
La luz se filtra por las cortinas blancas de la habitación. Con lentitud voy abriendo mis ojos para adaptarme a la claridad; una vez acostumbrada, observó a Issac sentado en el sillón situado en la esquina de la amplia habitación.
-Hola…- saludó mientras se levanta del sillón, para posteriormente acercarse a la cama.
-Hola.-susurre. Mi cabeza dolía por alguna razón que no recuerdo, mientras más quiero recordar más intenso es el dolor.
Miró a Issac por un leve segundo, cuando de un momento a otro sentí sus cálidos brazos rodearme, su cara se escondía en el espacio entre mi cuello y hombro. No lo pensé mucho para también abrazarlo; su aroma varonil y embriagador se filtra por mis fosas nasales. Puede sonar algo loco, pero su aroma es el único, que puede causar una sensación de tranquilidad y de paz.
-Tenía miedo- confesó aun con su cara escondida en mi cuello. Acaricie su espalda de manera tranquilizadora, aunque no entendía ni mucho menos recordaba que había pasado anteriormente.
-Estoy aquí contigo Isaac.- susurre nuevamente, para luego tocar su cabello y depositar un beso en la nuca de mi compañero.
No me di cuenta de cuánto minutos nos mantuvimos abrazados, hasta que Issac se separó de mí y me dejó un casto beso en mis labios. Correspondi pero un vago recuerdo de 3 hombres tocando mi cuerpo de una manera sucia, provoco que me aparte bruscamente de Issac.
La fina sábana de seda blanca cubría solo mis piernas, aparte las sabanas para ver marcas ya casi de color violeta; sin controlar mis emosiones un sollozo salio de entre mis labios. Las marcas no solo estaban en las piernas, sino que también en mis brazos.
Mi esposo sentado frente a mi, me observa con una mirada cargada de tristeza.
-¿Qué me pasó?- cuestione con la voz entrecortada por los sollozos.
-Perdón…- se disculpa. -Si te cuidara más, nada de esto hubiera pasado pequeña- lamento limpiándose las lágrimas que caían lentamente de sus hermosos ojos.
Más dudas se formulaban en mi cabeza y las respuestas eran nulas. Pero de lo que sí estaba segura era que, mi esposo era inocente en todo lo que había sucedido.
Es cortito pero prometo que me voy a esmerar mas, para continuar con la historia.