En la casa de Dante McGregor
Ariadna: mi tía todavía no viene a verme. Pero si ella no se presenta este día a visitarte quiero que me lleves a verla donde vive con su esposo.
Dante: si te prometió que vendría a verte lo hará. Además, si viene seguramente vendrá acompañada de su esposo, porque no creo que la deje salir sola.
Ariadna: ellos apenas se casaron y no creo que tengan planes de ver a nadie. Entonces esperare a que ella lo haga para que me diga cómo fue su boda.
Dante: seguramente fue algo inesperada igual que la nuestra y como todos los días desde que nos casamos recibes un hermoso obsequio como recordatorio de que eres mi esposa.
Ariadna: sabes que no debes de dármelos. Sería mejor que me lo dieras en ocasiones especiales, ya que con los que tengo es demasiado para mí.
Dante: como mi esposa mereces todo lo que te daré y algo que necesitaras entender es que no dejare de hacerlo. Porque sabes que nunca te daría nada sencillo sino hermosas joyas.
Ariadna: definitivamente será demasiado difícil para mí convencerte. Además, soy tu esposa y sé que a tu lado no me va a faltar nada.
Dante: lo único que te faltaba era amor y eso únicamente lo ibas a tener conmigo. Pero siempre te recordare cuanto te amo y nosotros sabemos que hay diferentes maneras de hacerlo.
Ariadna: nunca me imaginé que serias un caballero romántico conmigo. Seguramente este tipo de comportamiento se debe al amor que sientes por mí.
Dante: es que solo contigo me puedo comportar de esta manera y te recuerdo también que tú eres todo para mí. Ahora en este momento no he dejado de mirarte y prefiero ser un caballero enamorado de su mujer.
Ariadna: eso me gusta. Espero que con todo esto se te haya quitado lo celoso. Aunque eso lo dudo y mucho más cuando tengamos a nuestros hijos.
Dante: hablando de ellos te puedo asegurar de que ya estas esperando a nuestro primer hijo. Solamente que me asegure de que lo estuvieras, porque cumpliremos con nuestro sueño de ser padres.
Ariadna: se me hacía extraño que estuvieras demasiado tranquilo. Porque eso no era normal y mucho menos tratándose de ti, pero sobre todo te siento más feliz que antes.
Dante: por supuesto que lo estoy. Además, lo más normal que después de casarnos tengamos hijos, así que solo debes de descansar, porque te prometo encargarme de todo.
Ariadna: seguramente esa es la razón por la cual tengo mucho sueño últimamente. Nada más que necesitamos confirmarlo antes de hacer planes.
Dante: entonces lo confirmaremos. El día de mañana le pediré al doctor de mi familia que venga a visitarnos, pero no quiero pedirme este momento, ya que necesitare estar a tu lado, porque mañana en verdad confirmaremos si nuestra hija ya viene en camino, además siempre había esperado que el primero hijo que tuviéramos fuera una niña para poder consentirla.
Ariadna: si es un niño espero que no te desilusiones. Solamente que vamos a tener la oportunidad de tener más hijos, aunque sé que prefieres que tuviéramos solo niñas.
Dante: tienes razón al decir esas palabras. Siempre había imaginado eso, ya que cada una de ellas sería como un recordatorio de nuestro amor, porque quiero que se parezcan a ti.
Ariadna: no sería nada bueno para ninguna de ellas que eso pasara y sobre todo me gustaría que se pareciera a ti. Aunque con lo sobreprotector que serás no creo que tengan ningún pretendiente y si nacen con mi apariencia física será difícil para ellas que se casen.
Dante: eso no pasara y me encargare de que se casen únicamente con caballeros que realmente las amen. Ahora no debemos de preocuparnos por su futuro sino por nuestro presente.
Ariadna: sabía que serias un buen padre. Eso significa que no me equivoque al enamorarme de mi, pero mi corazón te eligió para que pudiera amarte.
Él se acerca a su esposa para besarla y había perdido la cuenta de cuantas veces le había dado este día. Porque para Dante un solo beso no era suficiente y eso lo había descubierto desde la primera vez que la había besado.