Capítulo 33

Verónica: debes dejar de besarme todo el tiempo. Aunque es una manera de decirme que me amas y es algo que me gusta, pero con tres besos que me des es más que suficiente.

Maximiliano: eso son pocos, mi Verónica. Porque yo necesito poder besarte y te recuerdo que eres mi esposa, así que no puedes negarte.

Verónica: se perfectamente que lo soy. Seguramente quieres hacerlo por el tiempo que tuvimos separados y sabes que es imposible recuperar el tiempo que perdimos.

Maximiliano: no quiero recordar el error de no haberme casado contigo en el pasado. El día que me di cuenta de mis sentimientos por ti no lo podía creer.

Verónica: siempre te negaste amarme por mi apariencia física. Eso lo sé porque sentías vergüenza al estar a mi lado y dejarme fue lo mejor que hiciste para ti.

Maximiliano: pensaba que eso era lo mejor. Pero al encontrarte de nuevo sabía que tenías que ser para mí, ya que el amor es el sentimiento que nos unió para siempre.

Verónica: tan si quiera cumpliste con tu promesa de casarte conmigo. Llego el momento de que seamos felices, porque no es demasiado tarde para empezar hacerlo.

Maximiliano: por supuesto que no lo es. Jamás me perdonare haberte dejado, precisamente ese fue el peor error que cometí en mi vida.

Verónica: seguramente era porque todavía no estábamos lista para estar juntos. Pero somos los mismos y sobre todo nos amamos más que antes.

Maximiliano: tienes razón al decir que nos amamos. Nosotros tomamos la decisión de estar separados y quiero dejar de hablar de este tema.

Él se acerca a su esposa para besarla y después que deja de hacerlo Maximiliano la lleva a su recámara en brazos. Verónica entendía las intenciones que tenia de haberla traído aquí, ya que este día al fin consumarían su matrimonio. El camina unos cuantos pasos y la baja de entre sus brazos, Maximiliano sabía que tenía que esperar hasta que estuviera lista y él sonríe al darse cuenta de que lo estaba. El empieza a quitarle su vestido con mucho cuidado y cuando termina de hacerlo también se quita su traje. Ellos se empiezan a besar hasta que caen en la cama y de esa manera ellos se entregan a su amor por primera vez.

Cinco meses después

Ariadna: para nosotros no fue una sorpresa enterarme de mi embarazo. Porque estábamos esperando la noticia después de que nos casamos.

Dante: yo más que nadie sabía que estoy muy pronto pasaría. Eso significa que faltan unos pocos meses para tener a nuestro hijo.

Ariadna: también he tenido la ayuda de mi nana. Ella también me ha cuidado desde que se enteró de mi embarazo y me gusta verla feliz esperando su llegada.

Dante: si es una niña no tendré ningún problema. Presiento que lo será y si no es así tendremos más hijos hasta que la tengamos.

Ariadna: seguramente quieres tener una niña para sobreprotegerla. Ahora estas obsesionado con tenerla y cuando nazca sabremos que es.

Dante: estoy esperando ese día y antes de saber la noticia un día antes soñé con una niña que se parecía a ti. Precisamente ese sueño no lo he podido olvidar y me puedo imaginar que de esa manera será nuestra hija.

Ariadna: entonces por eso insistes en eso cada vez que hablamos de este tema y no sabes cómo quisiera cerrar mis ojos y quedarme dormida. Eso definitivamente no pienso hacerlo porque me acabo de despertar.

Dante: deberías dormirte si así lo quieres. Recuerda que siempre estaré a tu lado velando tus sueños y no tengo ningún problema con verte dormir de nuevo.

Ella empieza a quedarse dormida hasta que lo hace. Dante le gustaba cuidarla y tenía la oportunidad de estar cerca de Ariadna, pero su primera hija venia en camino y la sobreprotegería igual como lo hacía con su madre. El solo se dedicaría amar a su esposa y sobre todo le gustaba sentirse enamorado de ella.