Daiana: al acostarme en la cama, me di vuelta dándole la espalda a él, quién se acostó a mi lado, pero a los segundos sentí como él me abrazaba.
Perris: eres muy hermosa ¿sabías? dijo acariciando mi cabello con su otra mano.
Daiana: ¡qué haces! dije cuándo empecé a sentir que me tocaba mi parte íntima.
Perris: Tengo ganas de estar contigo y cómo somos pareja, no veo ningún problema ¿o sí?
Daiana: sí, porque yo no quiero estar contigo, dije quitando su mano con brusquedad.
Perris: Pues aunque no quieras así será.
Daiana: ¡no, suéltame!
Perris: es mejor que te dejes, porque no quiero usar la violencia contigo.
Daiana: ¡no quiero!
Perris: Bueno, si no quieres, perfecto, pero los que pagarán las consecuencias van a ser tus papás, Verónica Martínez y Marcelo Acosta.
Daiana: ¡no me hagas esto!
Perris: ¿que no te haga qué mi amor? te estoy diciendo que si no quieres estar conmigo, está bien, pero tus papás van a tener que pagar el precio por eso, dijo dándome un beso en mí mejilla, para luego subirse encima de mí...
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🕘 AM.
Daiana: me encontraba dándome un baño, mientras lloraba recordando todo lo que había pasado anoche y la nueva vida que tengo aquí.
Perris: ¿quieres bajar a desayunar?
Daiana: No gracias.
Perris: Entonces te lo voy a subir para que desayunes aquí.
Daiana: como quieras, al fin de cuentas todo se hace como tú quieres.
Perris: no te pongas así, tomaste una buena decisión, dijo dejando un beso en mi hombro
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Días después.
Culiacán Sinaloa, México. familia Acosta Martínez.
Lara: ¡no te pongas así Elián!
Dana: así es, no le hagas caso a lo que te dijo tu papá, lo dijo enojado, sin pensar.
Elián: en cierta parte Tiene razón, porque si yo hubiese llegado por ellos, ella no se hubiese venido sola y no se la hubiesen llevado.
Matías: No wey, si es así, también es Nuestra culpa, porque nosotros también nos fuimos y los dejamos solos.
Dana: Sí, no te preocupes.
Leonardo: ¿ustedes creen que esa gente la tenga?
Matías: sí ¿Sino donde más va a estar? Además ella dijo que ya la estaban molestando demasiado.
Dana: Sí, porque le mandaban cosas a su casa, a su trabajo, iban al restaurante muy seguido y preguntaban por ella.
Alan: Espero que esté bien y que no le hagan nada malo.
Todos: Ojalá...
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En alguna parte de Culiacán Sinaloa, México.
Piyi: ¿Y cómo te fue? ¿ya la levantaste o no?
Perris: sí, hace unos días, ya estamos viviendo juntos en nuestra casa y ya pasó algo entre nosotros.
Piyi: Ah cabrón ¿tan rápido? O sea que no era tan difícil.
Perris: no, yo tuve que accionar, ya te imaginarás.
Piyi: Sí sí, O sea que no está contenta contigo.
Perris: Sí, además que tengo a su novio como rival.
Piyi: pues quítalo del camino y ya.
Perris: Pues sí, estaba pensando en eso, pero por más que lo quite del camino, va a seguir estando en su cabeza.
Piyi: ¿tú preocupándote por eso? es raro, pero con el tiempo lo va a olvidar.
Perris: pues sí.
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Perris: ¿Cómo estás? dijo entrando a la habitación.
Daiana: Y cómo puedo estar.
Perris: todos estos días has estado muy callada y evitándome todo el tiempo.
Daiana: Y cómo quieres que esté, si me obligas a estar en un lugar que no quiero estar y me violaste...
Perris: no no, no digas eso.
Daiana: eso es lo que es, me violaste, porque yo no quería estar contigo.
Perris: no, no es así, yo solamente aceleré algo que iba a pasar.
Daiana: Pues como sea, pero como si fuera poco, me amenazas con hacerle daño a mi familia si no hago lo que tú quieres.
Perris: no lo veas así, esto lo hago por tu bien y el de tu familia.
Daiana: no sé cuál sea ese bien, pero aquí se hace lo que tú dices.
Perris: yo te amo y te prometo que nunca te va a pasar nada ni a tu familia, pero hay que hacer las cosas bien ¿okay?... te estoy hablando, dijo cuando no le respondí.
Daiana: sí.
Perris: muy bien, te amo...
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