Daiana: ¿aquí es?
Perris: sí, Bienvenidos a uno de mis entretenimientos... muchachos, ya saben.
Todos: Sí patrón.
Daiana: qué es este lugar, dije mirando para todos lados.
¡Ay no mames! ¿¡es en serio!? ¿¡peleas de gallos!? pensé que eso se había quedado en el siglo pasado.
Perris: Pues sí, ante la ley y los ojos de todos, Sí, pero aún queda algún que otro clandestino como este.
Daiana: estos lugares no me gustan, en primera, porque usan a los pobres animales para hacerlos pelear hasta la muerte, apuestan hasta lo que no tienen, toman hasta perder la razón y algún que otro que no soporta perder, se pelea con otro.
Perris: lo sé, tanto aquí como en los otros lugares a los que voy, tienen los mismos problemas, pero para eso están mis hombres... no te preocupes que a ustedes nadie les va a hacer nada, porque vienen conmigo y antes que se metan con ustedes, tienen que pasar por mí.
vente, vamos...
- bienvenido señor, como siempre es un gusto tenerlo por aquí.
Perris: Muchas gracias, le presento a mi esposa y a mi hijo.
- mucho gusto señora.
Daiana: igualmente.
- lo felicito señor, tiene una familia muy hermosa.
perris: muchas gracias.
- pero vengan, pasen...
Perris: ¿y cómo vamos?
- pues todavía no empezó, estaba a punto de empezar.
Perris: amor, si quieres dame a Lian y tu ve por algo de tomar.
- así es, si quiere por allá tiene un mini bar, dónde puede comprar algo para tomar.
Daiana: está bien ¿tú quieres algo?
Perris: Sí, una cerveza por favor.
Daiana: okay.
- ¡compa Perris! ya te estaba esperando para apostar.
Perris: Pues aquí estoy.
- ¿y este muñeco?
Perris: es mi hijo.
- Mira nomás, es un calco tuyo, el mini Perris, el mini 27 ¿o tiene otra clave? dijo con gracia.
Perris: Jajaja, todavía no le hemos puesto su apodo o clave.
- Pues como sea, ya conocimos al heredero.
Perris: así es.
- ¿pues cuanto le vas a apostar?
Perris: Pues aquí tengo un par de fajitos, pero el que decidirá la suerte de su apá, será mi cachorro.
- ¡Ah cabrón! ¿ya desde pequeño anda en las apuestas?
Perris: claro, desde ahora tiene que ir conociendo los vicios de su padre, que en un futuro serán los suyos.
- Pues sí.
Perris: Mira, ponle estos dos fajos enfrente y el primero que toque, ese será la apuesta.
- Pues a ver, cuál de los dos prefieres cachorrito, dijo poniéndole dos fajos enfrente al bebé.
¡100,000 verdes perro! dijo cuando el bebé tocó uno de los fajos con su pequeña manito.
Perris: Pues eso será, así lo decidió mi hijo.
- muy bien.
Perris: te prometo que cuando tengas la edad suficiente, te traeré aquí y a otros lugares más, para que seas igual que yo y también te voy a llevar a un lugar lleno de mujeres, donde solo van los hombres, pero no le digas nada a tu mamá ¿okay? le habló al bebé, quién lo miraba con atención.
- Jajaja, Pinche Perrís.
Daiana: aquí tienes...
Perris: Gracias mi amor... Te presento a mi esposa, Daiana Figueroa Benítez.
- mucho gusto señora Figueroa Benítez.
Daiana: Igualmente, dije agarrando a Lian.
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