Esposa sustituta

• ¿Es un matrimonio falso? •

La mirada del chico de cabellera rizada se posó en su amigo, el cual parecía estar de cabeza.

Sus mejillas se pintaron de rosa, debido a la sangre que estaba viajando a su cabeza, gracias a su posición.

Maxwell, por su parte, no podía levantarse debido a sus carcajadas, su amigo, una vez más, había caído en una de las trampas que Erick había puesto en el lugar.

—¡¿De qué te ríes?! ¡Se supone que deberías estarme ayudando y no burlarte de mí! — exclamó bastante molesto.

Era la segunda vez en lo que llevaba el día, que caía en una trampa de esas. No había aprendido la lección y muy seguramente, terminaría cayendo en las demás.

El joven empresario logró ponerse de pie, caminó en dirección de su amigo, buscando la manera de desatarlo sin que cayera demasiado fuerte.

El pobre Tom estaba de cabeza una vez más, y sus pies habían sido atrapados con una soga.

Los pasos firmes de Jeremy daban la vuelta una y otra vez en su oficina.

Había intentado comunicarse con Emily, pero ella no había respondido.

Quizá en el paraje en el que se encontraba no había ningún tipo de señal; sin embargo, la preocupación por la mujer que le gustaba estaba creciendo con rapidez.

—Es un tonto — sentenció en medio de un gruñido.

—¿Qué es lo que le sucede ahora? ¿De qué tonto estamos hablando? — cuestionó Charlotte con una muestra de confusión.

Jeremy se mantuvo en silencio durante las primeras horas de trabajo, había estado observando la carpeta de aquella propuesta que le había realizado a Emily; esa propuesta que él mismo había asegurado que la haría feliz, y sí, sus ojos brillaron un poco al escucharlo; sin embargo, estos se apagaron rápidamente, justo antes de que ella se negara a aceptar.

—Ese tarado, mal intento de CEO — renegó de mal ánimo.

Pensar en Maxwell siempre lo ponía de mal genio, más aún, ahora que había sido premiado con estar cerca de Emily, era un tonto, realmente un tonto y no tenía remedio.

—Estoy plenamente convencido de que él es la razón por la que Emily se negó a aceptar.

—¿Por qué lo dice? — indagó la mujer de cabello rojizo para poder formar su propio juicio.

—Ella escuchó todo con atención. Seguí cada uno de los consejos que usted me dio, Charlotte. Lo primero que dije no le agradó, pero lo segundo… lo segundo, si hubieras logrado ver con qué intensidad se iluminaron sus ojos, y comprobaras lo rápido que se apagaron. Sabrías que todo tiene que ver con ese tarado — el corazón de Jeremy se sentía un poco apesadumbrado por lo que estaba sucediendo en la vida de Emily. —Definitivamente, él no la merece — sentenció lanzando un suspiro.

—Hay algo extraño entre ellos — afirmó Charlotte. —Debo aclarar que ella no es totalmente de mi agrado; pero nunca mencionó estar comprometida o tener pareja, ella, simplemente, llegó con su anillo de boda… y ¿por qué desearía regresar al trabajo antes de tiempo?

—¿Qué es lo que quieres decir con todo esto? — cuestionó el hombre confundido por las palabras de su asistente.

—Creo que su relación no es tan convencional. No parecen una pareja real, en lo absoluto.

—¿Me dices que es un matrimonio falso? — indagó una vez más, esta vez, tenía un pequeño destello de esperanza.

—Lo que quiero decir es que… puede que no estén juntos de verdad. Todo esto es simplemente una hipótesis, no vaya a tomar mis palabras en serio, ni vaya a terminar haciendo una locura.

El silencio reinó en el lugar, el hombre estaba planeando algo para descubrir la veracidad de su relación; pero, ¿y lo que había visto en la playa? ¿Qué quería decir eso?

—¿Quién consideras que va a ganar? — preguntó Maxwell con emoción, posando su mirada en Emily.

Los dos chicos estaban en posiciones para correr y superar cada uno de los retos que sus amigos, los jueces, habían ideado.

—Puede que Tom sea un poco más joven, pero creo que el sedentario empresario tiene un as bajo la manga. Me voy por él, digo que es Erick el que va a ganar. ¿Y tú?

—¿Es una broma? Me voy con Tom, obviamente. Hagamos una apuesta, el que gane… el que gane…

—Le concederá un deseo al otro, no importa lo que sea — expuso Emily con bastante emoción.

La señal de partida se dio, y los jóvenes corrieron lo más rápido que podían a la zona despejada del bosque.

Estaban casi a la par y Tom encabezaba la carrera por solo una pulgada.

Los gritos de Emily apoyando a Erick hacían que Tom se desconcentrara, ¿por qué razón apoyaría a su amigo y no a él?

—¡Traicionera! — exclamó el joven bastante agotado.

—¡Lo siento!, pero debo apoyar a los débiles — respondió intentando hacer que el joven se tranquilizara un poco.

—¡Emily! — se quejó Erick.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.