—Ya sé qué es lo que está sucediendo — sentenció Maxwell al haberse sentado en el sofá. —Pero dejaré que tú me lo digas primero — expuso con calma.
Pero esa acción, antes de relajar a Emily, la estaba poniendo más y más nerviosa.
—No sé de qué hablas — sentenció manteniendo la seguridad en sus palabras.
—Has estado actuando extraña todo el día; además de eso, llegó un rumor a mis oídos… Has rechazado una propuesta de trabajo ¿No es así?
De manera repentina, el ceño de Emily se frunció, ¿por qué estaba diciendo algo así? Y ¿Cómo fue que se enteró?
Ella había rechazado la oportunidad de trabajar en los Alpes, era cierto; pero, lo hizo porque, desde un comienzo, Tom y Emily se comprometieron a conocerlo juntos, por otro lado, ella quería ir como turista, no como empleada, porque, muchas de las cosas que a ella le gustaría hacer, se verían limitadas por obligaciones.
—Lo es… pero eso, lo puedo explicar — intentó de aclarar la pelinegra; sin embargo, el joven continuó hablando.
—Sé que lo hiciste por el contrato, y no tenías que haberlo hecho ¿Recuerdas? Este matrimonio no puede intervenir en tu trabajo. Es más, Tom y tú desean conocer los Alpes, lo dicen cada vez que se les presenta la oportunidad… Puede que yo parezca un ogro, pero no me interpondría en eso… te molestaste conmigo solo por causa del contrato ¿No es así?
Por fin el hombre había dejado de hablar cosas que nada tenían que ver con la razón por la que Emily tomó la decisión de quedarse, una de las razones era por Tom, y la otra, sentía que no se merecía ese trabajo, porque, realmente, no había hecho nada para merecerlo.
—No, estás equivocado — sentenció la chica una vez más. —Completamente equivocado.
La mirada extrañada de Maxwell se posó sobre Emily, él no comprendía lo que estaba sucediendo, además ¿No estaba aceptando sus disculpas?
—¿Equivocado? — lanzó un suspiro meditando acerca de cada uno de los hechos y de las razones por las que podría justificar su razonamiento.
—Sí, estás pensando de más las cosas. ¿Quién llevó semejante chisme? Si yo ni siquiera hablé al respe… — Emily enmudeció y entrecerró sus ojos observando a Maxwell. —¿Cómo lo supiste? — susurró la joven ladeando la cabeza.
Maxwell enmudeció un momento.
¿Quizá debería decirle que Berremy armó un escándalo en la empresa?
Una parte de él se mostraba reacio a hacerlo, pero la otra, sentía que sería lo correcto.
—Maxwell, es mejor que confieses ahora.
Ella había comenzado a pensar que uno de los chicos la habían seguido cuando se encontró con Jeremy, o ¿De qué otra manera se justifica el hecho de que se hubieran enterado?
A pesar de que en parte eso sucedió, Max se dispuso a relatar lo que sucedió en la empresa con la mayor cantidad de detalles posibles; de esa manera se aseguraría Emily de que él estaba diciendo la verdad.
Él habló también de la manera en la que ella evitó comunicarse con él, pero cómo sí le respondió a Tom.
De hecho, esto, más que un relato, era más bien como una escena de celos camuflada en bromas.
—Así que… ¿Pensaste que yo estaba molesta por el solo hecho de que no contesté el celular? — expuso la joven retomando el tema central de la conversación. —¿Y fue justo después de que Jeremy fuera a recriminarte por algo de lo que ni siquiera te enteraste? Espera… ¿No me estás ocultando nada? — preguntó la chica una vez más, posando su mirada examinadora en los ojos de Maxwell.
Él sacudió su cabeza de un lado a otro, indicando que era libre de toda culpa.
—¿Cómo te lo explico? — balbuceó Emily llevando su mano al mentón. —mientras me llamabas, yo estaba muriendo y por eso no pude contestar — expuso con naturalidad.
—¡¿Qué?! — exclamó Maxwell casi en un grito confundido, estaba esperando cualquier tipo de excusa, pero no esa. —¿Muriendo? ¿Cómo vas a estar muriendo si te ves perfectamente? — masculló frunciendo el ceño y llevando su mano a la frente de su amiga. —¿Estás bien?
Maxwell estaba demasiado cerca de Emily, tanto que el corazón de la joven se detuvo por un momento.
Ella asintió con lentitud dejando pasar un grueso trago de saliva.
El joven empresario comenzó a detallar el rostro de la más joven; de esa manera podría asegurarse de si estaba como decía o estaba fingiendo para no preocuparlo.
¿Y si Emily tenía una enfermedad de la cual no había llegado a hablar con el fin de no asustar a nadie?
¿Y si le quedaban pocos días de vida y deseaba vivirlos con normalidad, además de que, aceptó el trabajo para poder asegurarse de que a su madre no le faltara nada el día en el que Emily muriera?
La mente de Maxwell estaba trabajando a la velocidad de la luz, mientras creaba escenarios de los cuales nadie podría asegurar aún, si se trataba de algo cierto o falso.
—Vamos, te llevaré al médico — expuso el joven bastante preocupado, tomando la mano de su compañera.
¿Qué le diría a Miriam si su hija se enfermaba en un momento como estos?
—No, no es necesario — susurró Emily con la intención de hacer que este se calmara.
—Lo es, es importante; en el caso contrario, no solo morirás tú, nosotros contigo — expuso con seriedad.
La única persona que podía llenar a Maxwell de miedo era la madre de Emily, y era que, la amenaza que les hizo a los tres, era realmente de qué temer.
—¡Vamos Max! ¡No seas paranoico! — soltó una risita y depositó un par de golpes en el hombro de su amigo —no estoy enferma, solamente es esa época del mes, es normal.
—¿Normal? — susurró él aún confundido.
—Sí, estoy con la regla, debería asustarme si no llegara; estoy bien — insistió.
El rostro del joven se tornó un poco más relajado, era algo natural, y él pensando en que moriría. Pero…
¡¿Eso significaba que se estaría desangrando?!