Esposa sustituta

• ¿Tan pronto me encontraste reemplazo? •

Los tres jóvenes estaban buscando a Emily por las diferentes calles; ella no había mencionado nada acerca de a dónde se encontraría, y, hasta el momento, Maxwell conocía acerca de Camila, solamente por la palabra de su esposa.

Con rapidez, la preocupación de no encontrar a Emily había superado la preocupación por encontrarse con su ex.

Preguntaban a cada persona que se le atravesaba en el camino, mostraban su fotografía sin importar que los transeúntes parecieran gente ajetreada.

Un par de minutos después, los tres se encontraron en el mismo punto.

Corrieron a su dirección mientras se preguntaban acerca de si habían recibido alguna señal de su amiga; sin embargo, todas las respuestas fueron negativas.

—Max, amigo — susurró Tom intentando mantener la calma y recuperar un poco el aire que tanto le hacía falta. —¿Emily solamente dijo que iba a salir? ¿Qué clase de ropa tenía? ¿Qué fue lo último que dijo? — sus preguntas eran hechas a la velocidad de un torpedo.

La mente de Tom lo llevaba a imaginar a la pobre Emily escondida en medio de un callejón, sin poder contestar el teléfono para no ser vista, sus enormes ojos, aún más abiertos a causa del miedo que sentía.

—Ella estuvo actuando extraño todo el día, no me dijo a dónde iba, solo mencionó a Camila — explicó aún agitado. —Deberíamos intentar llamarla una vez más, puede que esta vez sí responda — masculló sacando su celular; sin embargo, Tom lo impidió, todo a causa de las extrañas ideas de su mente.

Antes de que él lo guardara, la pantalla del dispositivo se iluminó, revelando de esa manera, un mensaje desde un número desconocido.

Ese número iniciaba de la misma manera del que comenzaba el anterior número de Elisa; por esa razón, él evitó abrirlo, no deseaba, por el momento, saber nada de esa mujer.

—¿Quién es? — preguntó Erick con curiosidad.  

—Número desconocido — dijo con la intención de desviar la atención de sus amigos del tema.

—¿Y si es Emily, por un celular diferente? — preguntó Tom con un poco de esperanza.

—Tiene razón, puede que esté dando una pista de su ubicación.

Era tanta la insistencia de ambos, que Maxwell terminó accediendo a ver el mensaje. Dentro de sí, estaba esperando encontrarse con una fotografía de Elisa; sin embargo, esta terminó siendo una fotografía de Emily cenando frente a Jeremy.

—Es Emily — dijo en un tono que intentaba esconder su molestia. —está cenando junto a Jeremy, eso es todo, podemos regresar a casa — su manera de hablar comenzaba a revelar su enojo, él, realmente no podía ni siquiera escuchar el nombre de Jeremy, sin enfurecerse.

—Si es Emily, ¿Por qué razón estaba pidiendo ayuda? — masculló Erick lanzando un suspiro, una de sus manos estaba dentro de su bolsillo, y la otra, acariciaba su barbilla. —No soy experto en mujeres, pero puedo decir que, si ella se atrevió a escribir tan mal, era porque no podía sacar su celular apropiadamente — masculló.

—¿Crees que Jeremy está intentando hacer algo en contra de ella? — preguntó Tom mientras sus ojos se posaban sobre Maxwell —¿Quién envió la fotografía? ¿Cómo sabes que son ellos dos? — preguntó dando unos pasos en su dirección.

La molestia de Maxwell era tanta como la picazón en su garganta.

Él, sin recordar que se trataba de un mensaje de Elisa, entregó el dispositivo a sus amigos, los cuales se dedicaron a examinar cada pequeño detalle de las fotografías.

—La fotografía está tomada desde el exterior del restaurante, es imposible que haya sido tomada por alguno de ellos… a no ser que se cuente con la ayuda de un tercero… ¡Mira! Está escribiendo — exclamó Tom señalando la pantalla del celular.

«¿Tan difícil era superarme que conseguiste a alguien exactamente igual a mí? Debo admitir que el maquillaje es impactante; pero, debes recordar algo: “Ella, no soy yo” y jamás podría llegar a desearte con la misma intensidad de la que yo lo he hecho. Una traductora de pacotilla, se ve mucho más a gusto con Jeremy, para ser honestos. Pronto regresaré por ti. Con amor, Elisa»

—¡Es otra vez esa vieja! — exclamó Tom completamente enfurecido. —Estoy seguro de que la arrastraron hasta el lugar para poder sacar provecho de eso. No importa lo que lleguen a decir, no cambiaré de opinión; a Elisa, le gusta Maxwell y a Jeremy, Emy. No habría nada de extraño con el que se lleguen a aliar para que ellos se separen — expuso el joven con molestia —podrán llamarme loco, pero ellos son mucho más listos de lo que creen — sentenció.

—Estás loco, pero esa teoría tiene bastante sentido — afirmó Erick posando su mirada en dirección de Maxwell —¿qué opinas tú? — cuestionó elevando una de sus manos.

El joven se mantuvo en silencio, no sabía que debía pensar, ni a quién creerle.

—Vayamos al restaurante, Emily decidirá si se queda o regresa con nosotros. Ella es la única que puede decirnos realmente lo que pasó — sentenció Erick guardando el celular de Maxwell en su bolsillo. —Y no quiero que entres en contacto con esa mujer — ordenó caminando de regreso a su auto.

—Estoy de acuerdo con Erick; Max, no deberías regresar con esa mujer. Así como dice la canción: «esa hembra es mala» — expuso y dándose la vuelta, se encaminó al auto del mayor.




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