Esposa sustituta

• Estoy embarazada •

—¿Max? ¿Me escuchas? — cuestionó Emily sacudiendo su mano en frente del rostro de su compañero.—Si no me respondes antes de que cuente tres, supondré que sigues prefiriendo a Elisa — masculló con una muy diminuta sonrisa, debido a que su rostro estaba más hecho una mueca gigante.

Con sus dedos enfrente de Maxwell, comenzó su cuenta regresiva; aun así, no hubo ninguna clase de movimiento o respuesta por parte del chico de melena dorada.

—Así que aún eliges a Elisa — dijo entre dientes, como si estuviera reflexionando acerca de algo. —Tom tenía razón después de todo — añadió soltando un suspiro, el cual se convirtió en una sonrisa de lado, una llena de completa picardía.

Emily recordó la manera en la que Tom acostumbraba a imitar el tono de voz de Elisa, y, de igual manera, ella recordaba algo de su voz cuando habían intercambiado un par de amables palabras.

Llevó su mano sobre la de su compañero y aclarando levemente su garganta, comenzó a hablar como si fuera Elisa.

—Maxi, cariño. ¿No me elegirás a mí? — el tono de voz de Emily era medianamente parecido al de Elisa,

El cual era un poco más chirriante que el de la chica; aun así, el intento de imitarla no había sido en vano. Considerando el semblante de Maxwell y la manera en la que alejó sus manos de entre las de Emily.

Su semblante se había demudado por completo, el pobre Max llegó a pensar en un momento que se trataría de la mujer que se había atrevido a abandonarlo el día de su boda.

¿Iba a correr?

¿Iba a quedarse en el lugar?

—¡¿Qué hiciste con mi enana loca por el pollo frito?! — exclamó con la intención de no sonar muy dramático, y era que, había llegado a considerar que Elisa era capaz de intentar algo en contra de Emily, solo por el hecho de ser la esposa de su ex.

Ese era el momento en que Emily no sabía si de verdad había caído en la broma o estaba intentando burlarse de ella; fuera cual fuera el caso, lo mejor era desistir de la mala broma que estaba haciendo.

Una sonrisa diminuta se asomó por los labios de Emily sin que pudiera controlarlo.

—¿Tu enana, loca por el pollo frito? — elevó una de sus cejas. —Puedo aceptar todo, menos que me llamaras enana, no lo estoy, mi altura es la promedio, no es mi culpa que haya terminado en medio de tres postes humanos — renegó cruzándose de brazos.

Al escucharla quejarse comprendió que se trataba de la enojona de Emily.

Su broma lo había tomado desprevenido; más aún, luego de aquel sueño en el que Emily y Elisa terminaban siendo la misma persona, demasiado descabellado ¿No?

—Solo bromeaba, en caso de que si se tratara de ti — sonrió el chico llevando su mano detrás del cuello y desviaba la mirada, estaba claro de que él había caído en la broma, que, de hecho, había sufrido un microinfarto debido a la sorpresa.

Una risita bastante sonora inundó el lugar.

—¿En caso de que sí se tratara de mí? Eso quiere decir que por un momento dudaste. ¿Qué harías si realmente yo no fuera quien digo ser? Si de verdad fuera alguien contratada por Elisa hasta el momento en el que ella regrese y pueda tomar mi papel sin que tú te enteres.

—Creo que sí podría distinguirlas — expuso el chico con plena seguridad, a pesar de que por dentro no tuviera idea de lo que estaba hablando. —Ella es un poco más alta que tú — se burló de manera sutil, luego de ver que lo que más le molestaba a la chica era que se burlaran de su altura.

—¡Ya! — exclamó ella irritada. —Ahora sí te diré lo que le dije a Elisa, toda la versión — expuso haciendo que el chico tomara asiento de repente mientras se apoyaba en la mesa y observaba fijamente a la pelinegra.

Quizá era su manera de demostrarle que contaba con toda su atención en el momento

 —Vaya chismoso — sonrió con picardía, entre él y Tom, Emily no sabía a quién le interesaba más ese tipo de «informaciones». Ella, con una señal de dedo, hizo que el joven se acercara un poco más. —Le dije que estoy en embarazo.

—Felicitaciones — la mirada de Maxwell se frunció por un momento y luego sus ojos se abrieron de par en par —¡¿Seré papá?! — exclamó con emoción, la cual se fue desvaneciendo a medida que reflexionaba más en el asunto. —Pero es imposible… — balbuceó con un leve tono de decepción.

—Lo siento, tuve que mentirle — dijo con un tono de voz un tanto apagada.

Ella en ese momento no le estaba engañando, realmente le había dicho eso a su gemela de rostro.

❀.°• ─ ─ •°.❀  FLASHBACK ❀.°• ─  ─ •°.❀

De camino a la empresa, y poco antes de que la revoltosa de Emily se detuviera a comprar un poco de comida, su celular volvió a sonar como por milésima vez en el día. Ella estaba tan apurada que, para salir de las molestas llamadas de Elisa, se decidió a contestar.

—¿Qué quieres? — cuestionó con brusquedad mientras gruñía.

—Parece que no estás tan feliz de hablar conmigo — expuso Elisa en un tono de voz que le hacía victimizarse, pensando que, de alguna manera, esto haría que Emily sintiera un poco de pena por ella. —¿Sabes? No te he contado la historia completa, quizá solo conoces la versión de Maxi.




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