Los pasos de la anciana se alejaron para ir a la habitación que estaba ocupando con su nuera; una pequeña y pícara sonrisa se había puesto en el rostro de la mayor, la cual estaba convencida de que las diferencias entre su nieto y Emily se habían solucionado ya.
La mirada de Giselle, quien estaba observando algunos correos electrónicos, se había posado sobre su suegra.
Un gran escalofrío recorrió el cuerpo de la señora, mientras recordaba que cada una de las sonrisas de la abuela, tenían un significado diferente, y esta, en específico, se refería a que ella había logrado su cometido.
—Madre — masculló a la señora, poniéndose de pie. —¿Qué es lo que está pasando? — preguntó la más joven frunciendo el ceño.
La verdad era que, no sabía qué esperar de aquello que proviniera de la abuela.
Ella se había mostrado demasiado decidida a reconciliar a la pareja. Bueno, una pareja disgustada entre sí, no podría darle bisnietos.
Y no estaba nada oculto para la señora que la mayor ansiaba por poder cargar a sus bisnietos entre sus brazos.
Cabe aclarar que el plan de la señora no se detendría en ese punto, ella estaba decidida y era algo que haría.
Mabel recordaba como si fuera ayer, las muchas veces que su hijo y nuera repetían que no deseaban tener un hijo, de hecho, ellos habían estado pensando en si el padre de Maxwell se haría o no la vasectomía.
Todos esos planes se fueron a la basura después de que Giselle quedara en embarazo.
En los planes de la pareja había estado el viajar y hacer negocios sin tener que quedarse cuidando a un par de mocosos que, como la naturaleza lo había dictaminado, tendrá que depender de un tercero para poder sobrevivir y crecer.
Al final de cuentas y luego de que Giselle superara su tiempo de reposo, siguió viajando por el mundo al lado de su marido, mientras la abuela, que realmente había deseado tener un nieto, se hacía cargo de él con seguridad y bastante amor.
—Lo que sucede, querida Giselle, es que ese par de jóvenes por fin solucionó las cosas de manera adecuada —afirmó la anciana con satisfacción.
Una gran y esperanzadora sonrisa hizo su aparición en los labios de la madre de Max, la cual estaba satisfecha por las noticias; a pesar de que ella también deseara tener un nieto, las razones por las que ella lo deseaba con ansias eran completamente diferentes a las de su suegra, al final de cuentas, ella no era tan amante de eso pequeñas criaturas.
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—Revisa otra vez — ordenó Jeremy a Charlotte mientras caminaba de un lado a otro.
Ellos habían hecho una minuciosa investigación por la cual, se habían asegurado de que Emily continuaba legalmente soltera.
¡¿Por qué razón el registro aparecía diferente ahora?!
Para ninguno de los dos había una razón que justificara semejante cambio. Jeremy estaba seguro de que Emily estaba soltera, y ¿Ahora aparecía que estaba legalmente casada con Maxwell?
—Si el universo me está pasando factura por mis pecados anteriores, creo que voy a morir a una edad prematura — expuso con un claro dramatismo en su voz.
Su corazón se había alegrado en gran manera, en el momento en el que se enteró del error en aquella documentación, incluso se había dedicado a elaborar un detallado plan para poder conquistar a la pelinegra.
Los ojos del hombre se habían oscurecido, cada uno de sus planes y trabajos había terminado en la basura y no había manera de que todo eso fuera una muy espantosa pesadilla.
Sentía cómo si la vida se le estuviera burlando en su misma cara.
Se sentía impotente, jamás en su vida había llegado a amar a alguien con tanta intensidad como amaba Emily, ella era como uno de esos rayos de sol que calientan justo después de una tormenta, o como el reflejo de la luna en aquellas aguas tranquilas, como si fuera un oasis en medio del desierto.
Para Jeremy, estar cerca de Emily se estaba convirtiendo en una necesidad, así como alimentarse o dormir, sentía que, si las cosas continuaban de esa manera, él no podría permanecer en su cordura.
—Respire, por favor. Solo es cuestión de tiempo para que las cosas comiencen a aclararse, de otra manera no podremos hallar una manera de saber qué es lo que hay detrás de esa relación. Cada aspecto de esta me parece tan extraña. No es porque tenga algo en contra de Emily.
—Lo tienes — afirmó el hombre.
—Sí, pero lo que tengo en contra de Emily, no tiene nada que ver con esto — rechistó la mujer rodando los ojos.
Jeremy se lanzó en su escritorio, tenía ganas de detener cada una de las actividades que se estaban desarrollando en la empresa y tomarse un año de descanso para pensar las cosas de manera más detallada.
—Si es cierto lo que dices — se quejó el hombre aun sobre su escritorio. —significa que ese hombre engatusó demasiado a Emily o que la tiene amenazada — expuso en un hilo de voz mientras se sentaba en su escritorio de repente.
Charlotte parpadeó un par de veces, intentando comprender las palabras del hombre, que, estaban llegando a confundirla. Hasta el momento, y en las pocas ocasiones en las que Charlotte se había encontrado con el joven presidente ejecutivo, ella no había visto un comportamiento que pudiera encender sus alarmas internas.