Esposa sustituta

• Los dos, en la boda de sus ex •

A pesar de que esa gran inseguridad creciera en el interior de Emily, ella se estaba convenciendo a sí misma de actuar como si nada hubiera pasado.

Debía considerar que Elisa había llegado primero y que, no importaba lo que ella llegase a sentir, había un contrato de por medio, además de eso, Emily se había resuelto no interferir en aquello que tuviera que ver con las emociones de su esposo falso. 

La pelinegra respetaría cada una de las elecciones que Maxwell llegara a tomar.

En los primeros dos o tres días de convivencia, Emily había pensado acerca de lo que haría cuando Elisa decidiera regresar, y bien que no lo hizo de la manera que en un principio había imaginado; la rubia se encargó de dejar de una manera clara que no estaba renunciando a Max, y que, así como él se había casado con la persona que no era, así ella misma lo había hecho. 

—Pareces muy sorprendido — dijo la pelinegra con una pequeña sonrisa —¿En qué estás pensando? — preguntó esperando que la mirada del rubio se posara sobre ella para responder uno sobre Elisa. 

—¿Cómo es posible que ella se esté casando si usamos su nombre para casarnos? — Más que un rastro de alegría, se mostraba bastante confuso.

Hace un par de noches apenas recibió la noticia de que su verdadera esposa era Elisa, y ahora, ella se estaba casando con el exesposo de Maya. 

—Porque, los documentos de matrimonio llevan mi nombre — susurró Emily con la intención de que solo Max escuchara lo que ella decía, la verdad era que ella estaba sacando un poco de contexto lo que estaba anunciando, con el fin de saber qué reacción tendría el rubio. 

En ese momento la chica de cabello lacio sintió cómo el cuerpo del mayor se tensaba.

Ella no sabía a qué se debía, ¿Era molestia? ¿Haba compendio las cosas de manera incorrecta? 

—¡¿Hiciste qué?! — exclamó confundido y en un tono bajo de voz, abriendo de par en par sus ojos. —¿Estás loca? Eres tú la que quedaste casada con ese canalla — la regañaba con un poco más de frustración.

Si las cosas eran realmente cómo las había entendido, es  decir, que la boda actual se estaba efectuando en el nombre de Emily, entonces todo el plan que había trazado para hacer a Elisa firmar su divorcio, había sido tirado a la basura. 

—¿Hice algo mal? Es que fue lo mismo que hicimos cuando nosotros dos nos casamos, ¿recuerdas? La que está en ese altar, es tu esposa — una vez más, el rostro del hombre había demudado, él no quería estar más ligado a Elisa, y mucho menos que ahora fuera Emily la que estaba quedando ligada a ese hombre que no fue capaz de cuidar y proteger su hogar y empresa. 

—Dime que es una broma, además de eso ¿A qué hora te encontraste con Elisa? — preguntó con un poco de confusión hasta que su boca se abrió un poco a la manera de la letra «o» —fue cuando estabas molesta ¿No fue así? — en ese momento era su tono de voz el que mostraba su descontento. 

Internamente, Emily estaba disfrutando cada uno de los gestos  y reacciones que su compañero estaba teniendo.

Ella no podía estar más satisfecha al ver que le incomodaba la idea de que ella estuviera legalmente casada con Pierre, ese hombre al que Emily no podía evitar despreciar desde antes de haberlo conocido.

Quizá cada una de las advertencias de Tom eran ciertas y no tan infundadas como llegó a imaginar. 

—¿Así que a causa de estar molesta, aceptaste la estupidez que Elisa te propuso? Porque un plan tan tonto no creo que haya sido idea tuya — Maxwell, por más que intentara, no podía dejar de renegar frente a lo sucedido. 

—Me parece que sí — balbuceó la más joven con una sonrisa nerviosa. —Solo que no fue un plan tan tonto como imaginas — mordió sus labios inferiores —Me dio la mitad del dinero que ganara después de pedirle el divorcio, y ese, planeo dárselo a Maya, para ella y su bebé, se lo merecen. 

Aquello último que salió de su boca, cabe recalcar que se trataba de una mentirita piadosa; ella definitivamente no llegaría a confiar ni un poco en Elisa, por lo que, la negociación que hicieron estaba respaldada de más de una manera.

Emily no metería su cabeza en los asuntos en los que tenía de qué perder, no era una niña tonta. 

—Niña tonta — sentenció Maxwell cruzándose de brazos, no podía estar más molesto en ese momento. 

Tanto que estaba a punto de objetar aquel matrimonio y no específicamente con la intención de hacer que Elisa no se casara con Pierre, sino, porque la que quedaría ligada a esa familia era SU EMILY.

—Deberíamos impedir que esto se realice — dijo con severidad justo cuando el que oficiaba la ceremonia preguntaba si había una objeción. 

—¡No! — exclamó la joven en un tono bajo de voz, intentando detener al mayor. —Mentí — dijo una vez más, ella estaba convencida de que si ella se atrevía a explicar todo desde el comienzo, no habría tiempo para evitar la objeción de Max. —Mentí — repitió una vez más. 

Ella notó como el hombre la estaba observando fijamente antes de que su cuerpo se relajara de una vez por todas. Lo único que hicimos fue o siguiente:

❀.°• ─ ─ •°.❀  FLASHBACK NARRADO POR EMILY ❀.°• ─  ─ •°.❀ 




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