Esposa sustituta

• No dormiré contigo •

 

¿Estaban hablando del mismo Tom? ¿De ese chico que lloraba cada que Emily le ganaba una apuesta o le pedía dinero a cambio de algún favor?

 —No te creo — expuso la chica con un poco de incredulidad, que no significaba que no creía en las palabras de su esposo, sino que le costaba creer que yo fuera millonario.

Por un momento la chica había pensado que Tom era el más «normal», y, «clase media» de los chicos, pero cuando se refería a que era «pobre» no se imaginó que era de esta manera.

—Si gustas puedo decirte cuánto es el sueldo mensual del joven — expuso Maxwell sin comprender qué clase de emoción estaba adornando el rostro de su esposa.

—No, no quiero decir que no te crea, sino que jamás imaginé que Tom fuera un niño rico, llora por todo, cosa que a ratos me desconcierta. ¿Qué es eso? — preguntó Emily observando en dirección a la cocina, en el interior de esta, sobre la encimera se encontraba una cajita bordada a mano, pero ¿qué era lo que había en el interior?

La mirada de Maxwell fue llevada al mismo lugar en el que se encontraba la de Emily —eso luce a mi abuela — masculló entrecerrando sus ojos —no creo que eso hubiera estado ahí antes de que nosotros saliéramos de casa… podría ser arriesgado intentar abrir algo así, solo digo — susurró posando su mirada en dirección de la pelinegra. —¡Emily! — exclamó al ver que ella había llegado a ver qué había en su interior.

—Es comida, y una nota de la abuela — expuso la chica con una sonrisa emocionada mientras olfateaba lo agradable del aroma de las preparaciones. —La abuela y mi mamá, sería genial que cocinaran juntas, pero el mundo explotaría.

—Concuerdo rotundamente, la abuela y la suegra deben estar demasiado alejadas tanto que sea posible, no deben saber que la otra existe o no podremos resistirlo — el tono de voz de Maxwell era bastante seguro, además de una pizca de miedo que la idea misma le producía.

—Aún está caliente, deberíamos comer para ir a dormir. Por otro lado, mañana debemos ir en busca de Tom y de Emma antes de que enloquezcan y no deseen volver a verse, luego de eso, podríamos ir a visitar a mi madre, aunque no creo que podamos estar tanto tiempo en el pueblo, faltan tres días para que pueda por fin regresar al trabajo — expuso la chica con una sonrisa satisfecha. —Estoy cansada de estar tanto tiempo aquí.

Los labios de Maxwell se fruncieron.

—Y deseo demasiado poder presumirle a todos mis compañeros el esposo maravilloso y guapetón que tengo — dijo con una sonrisa ladina, observando fijamente al rubio, quien sonrió de manera satisfecha por su respuesta mientras asentía. —Tengo hambre, vamos a comer de una vez, por favor.

Tom y Emma

Emma y Tom estaban disfrutando su noche varados en medio de la noche mientras veían una película de terror. Tom era completamente cobarde y eso no era sorpresa para ninguno, bueno, solamente para Emma, la cual no comprendía la razón por la que tenía a Tom escondido detrás de ella mientras la rodeaba con sus brazos, era como si fuera un bebé koala.

—¡¿Qué clase de loca desquiciada entra ahí?! — gritaba mientras la pelirroja intentaba no burlarse de su amigo —¡Debería regresar! Estoy seguro de que la van a descuar… y lo hicieron — lanzó grito ahogado.

—¿Estás bien? Recuerda que la vecina de habitación tiene un bebé, podría pedirle prestado unos pañales por si los necesitas — susurró Emma girando su cuerpo en dirección de Tom.

—No, no, ¿cómo crees? Yo estoy aquí para protegerte — afirmó soltando el agarre que ejercía sobre Emma.

Todo el tiempo que ellos habían pasado juntos les había ayudado para conocer un poco más de otros, bien que Tom no desaprovecharía sus conocimientos en relaciones interpersonales para hacer que Emma empatizar mucho más fácil con él; aun así, él estaba respetando cada uno de los espacios de la joven, él no deseaba forzar nada, sino que cada cosa se diera a su tiempo.

Los ojos de Emma claramente habían cambiado, bueno, por lo menos en el tiempo que habían estado separados de la civilización y de aquellas cosas que le habían hecho huir en primer lugar.

Tom había notado lo mucho que a Emma le costaba hablar o siquiera pensar en su familia, claro estaba que la relación entre ellos estaba tan destruida. Los ojos de la chica se mantenían sobre el chico de melena rizada, ella era consciente de que él era una especie difícil de encontrar y que, al parecer, Emily se unía al equipo.

Emma no podría callar más aquella llamada que la pelinegra le hizo cuando estaba ebria, había dicho muchas cosas sin sentido, desde un matrimonio por contrato y un embarazo falso. A ella le parecía recordar ese mensaje que el hombre extraño, obsesionado con Emily, le había dicho para convencerla de alejarla de Maxwell, pero, estaba segura de que había mucho más entre ellos.

Al parecer esos rumores habían llegado a los oídos de la joven de melena oscura y esa era la razón por la que se encontraba como estaba.

Max y Emy

—Hasta mañana — dijo Emily sacudiendo la mano de un lado a otro —mañana hay demasiadas cosas que hacer como para dormir hoy contigo, no crees que tengo algo en contra de ti, sino que a tu lado duermo mucho más de lo que deberíamos — dijo ella con bastante seguridad.




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