—Me ha repetido numerosas veces el mismo punto, señor Di Ferro, estoy seguro de que habíamos tocado el tema una vez con su esposa. No nos interesa el valor monetario que vayamos a recibir. Deseamos que sea un lugar seguro para dejar nuestro legado — las palabras del mayor de los Graham eran firmes.
Sus condiciones, a pesar de haber pasado tanto tiempo, habían seguido intactas. Si bien la agencia de Pierre se había visto en «bancarrota» los Graham no habían sufrido ninguna pérdida, Maya se había encargado de encerrar su relación de la manera más estrecha y adecuada posible, porque, de cierta manera, sentía que necesitaría algún día de su ayuda.
Nada de esto tenía que ver con Pierre, el cual, ni siquiera conocía las condiciones de los Graham para unirse a una agencia. Esas mismas condiciones, Maya las emplearía en contra de su propio exesposo y competencia.
Un mensaje de texto había llegado a cada uno de los dispositivos del restaurante. Al leerlo el mayor de los Graham, sus ojos se abrieron de manera discreta, pero no podían ocultar su sorpresa.
«Maritza, ¡No puedes creer lo que encontré! ¿Recuerdas cuando te hablé del matrimonio de Pierre Weber? Bien, está en este mismo restaurante. Unos videos del siendo infiel a su esposa salieron a la luz recientemente, pero fueron eliminados… yo los descargué, sabía que algo así con la gente que tiene demasiado dinero. Te enviaré las fotos. ¡Oh! Lo olvidaba, se casó con otra mujer y abandonó a su exesposa e hijo».
Luego de eso, numerosas imágenes que probaban lo dicho, saltaron a la vista.
Cuando las personas que estaban detrás de dichos mensajes se percataron de que los Graham ya lo habían leído, se dedicaron a eliminar el mensaje enviado, reemplazando con una disculpa por haber enviado un mensaje a quién no era.
Erick y Maya intercambiaron un par de sonrisas traviesas mientras observaban el desastre que se estaba formando unas cuantas mesas más adelante. Los Graham apreciaban la familia, esta era lo más importante que jamás podría llegar a tenerse; de hecho, el abuelo Graham, había crecido sin la figura de su padre.
Aquel hombre había sido un completo borracho y mujeriego, su niñez, lastimosamente había sido una de las cosas más duras que había llegado a vivir, por esa misma razón, se centró en educar a sus hijos con los valores de una verdadera familia; él no deseaba que sus hijos fueran igual que su abuelo.
Esa fue la ideología que pasó de padres a hijos, y continuaría siendo así por bastantes años.
Maya había sido bastante lista al identificar en dónde se encontraría el punto débil de Jeremy y justamente, este había sido en la persona que le iba a asegurar un contrato.
—Ya comprendo qué es lo que sucede — afirmó el hombre poniéndose de pie. —La agencia se fue a la bancarrota, eso lo sabe todo el mundo; pero un hombre que deja atrás a su propia familia para ir con otra mujer, ¿cómo va a ser capaz de retener algo más entre sus manos? — cuestionó con un semblante de gran decepción.
—¡Señor Graham! — exclamó Jeremy, observando a todas las direcciones, de un momento a otro, se encontró con las miradas del CEO y la asistente contrarios. —Creo que está malinterpretando las cosas, la negociación es conmigo, no con el señor Weber, por favor, reconsidere la propuesta y piénselo de menor manera — pidió el joven intentando abalanzarse sobre Erick, el cual, estaba gozando cada instante.
—¿Le parece que debería juzgarlo separado de las compañías que usted elige? ¿No sabe que una mala compañía puede arrastrar a una persona al más profundo y tortuoso abismo? — soltó una bocanada de aire. —Una agencia más está esperando por nuestra reunión, es más, hemos estado esperando a que sus ajustes internos estén terminando; nos pidieron un poco de tiempo. A simple vista se están preparando de una buena manera. Si su propuesta no nos convence, entonces una nueva oportunidad le será dada, si acepta nuestras condiciones.
—¡Muchas gracias! Esperaré con ansias el momento en el que nos volvamos a encontrar — expuso el hombre de ojos celestes mientras estrechaba las manos de sus contrarios.
Cuándo estos desaparecieron de su campo de visión, su atención nuevamente se posó en Erick y su acompañante. Él estaba seguro de que ellos habían tenido algo que ver.
—Esa mujer se me hace extrañamente familiar — masculló observando a la mujer de cabellera cobriza.
—Es Maya —dijo el mayor con naturalidad, hasta que sus ojos se abrieron de par en par y los llevó rápidamente a ella. —¡¿Qué hace ella ahí?!
—Y al lado de Erick — escupió el menor.
Ambos se dirigieron a ellos hechos toda una furia, no podían creer que el rumor de la reunión hubiese llegado a sus oídos y mucho menos, que se hubieran atrevido a actuar en contra de ellos de una manera tan vil como esa.
Jeremy internamente se arrepentía de haberle pedido ayuda a Pierre, pues en su mayoría, fue él la persona que lo había arruinado en su negociación.
—¿Qué hacen aquí? — indagó Jeremy intentando no abalanzarse sobre Erick, además de golpearlo hasta que perdiera la conciencia.
—Es un restaurante, vinimos a ver una película — expuso el hombre de tez morena en un tono formal; escuchar a Tom hablando de manera irónica y sarcástica, le había funcionado perfectamente para poder aprender algunas frases.