EXTRA: Cerdos voladores

NARRADO POR TOM

Los invitados a la gran y ansiada boda llegan con demasiados regalos, por lo que decido hacer una pila enorme con todos ellos. Este es el día en el que mi queridísima Emy va a poder amarrar a mi casi indomable amigo jefe. 

No, esperen, ya lo amarró cuando quedó en embarazo. 

Pero ella no lo sabía, así que ¿El que la amarró fue Max?, al final de cuentas solo él recordaba esa noche loca. En efecto, fue Max quien ató a mi Emy con ese muchachito. ¡Pero no me quejo! 

Quiero ver rápido a ese Maxito Junior, espero que sea tan guapo como su madre. 

Corro de un lado a otro para asegurarme de que cada uno de los detalles estén en su lugar, una falla por pequeña que sea podría echar a perder todo por lo que trabajé durante más de cuatro semanas. ¡Domar cerdos no es tan fácil como parece! 

Y convencer a una mujer en embarazo que no puede llegar montando uno a su boda mucho menos. 

Cada invitado está en su sitio, el novio hace su entrada luciendo tan nervioso como si se le hubiera aparecido un monstruo marino de mil pies de alto, con dientes afilados y muchos, muchos, muchos ojos en la cara. 

La hora en la que entra mi hermosa Emy llega, ella está aferrada al brazo de su madre, que es quien la entregará. ¡No me engañan! Bajo esos kilos de maquillaje habían estado llorando mucho. 

La cola del vestido de Emy es levantado por los cinco cerdos voladores que entrené yo mismo, cada uno de ellos tiene su propio moño color dorado y un traje lleno de lentejuelas mientras son elevados por un par de globos.

No me pregunten cómo hice para que los cerdos volaran, simplemente lo hice. 

—Ten —dice Erick extendiendo en mi dirección un pañuelo. —Límpiate la cara, pareces el padre de la novia —añade con humor. 

»Además, esto es tuyo. —Afirmó al extender en mi mano un cheque. 

Con todo lo que pasó, lo olvidé. ¡Gané la apuesta! Desde el comienzo supe que la ganaría, pero, no hay nada más satisfactorio que Erick reconozca que perdió. Eso pasa una vez cada mil años.

Mi atención se centra otra vez en la pareja, ellos se ven con tanto amor que siento cómo las mariposas revolotean a mi alrededor. Y no exagero, eso está yendo de acuerdo al plan. 

Eso y que la boda se está transmitiendo en todas las pantallas del continente. Tener al dueño de las agencias de entretenimiento como amigo, es un gran beneficio. Así, las únicas personas que no estaban invitadas; excluyendo a Pierre por obvias razones; podrían disfrutar de la boda desde la comodidad de la prisión y de su casa en el extranjero.

De seguro, la calva y el azulejo están felices por ver la felicidad en el rostro de Emily, quien sí se estaba casando con el amor de su vida, esperando un hermoso Maxito Junior y convirtiéndose en la mujer más adinerada del país. 

¡Estoy orgulloso de mi Emy!