Esposa y Amante: Mi vida en un Libro.

Cap 3. ´´La convivencia´´

"¡En enero de 2011, él me propuso que nos fuéramos a vivir juntos! Y aunque acepté, una sombra de temor se cernía sobre mí. La idea de mudarme a la casa de su papá no me llenaba de alegría. Su padre no tenía idea de por qué me mudaba; incluso pensó que estaba embarazada, imaginando que, como era su hijo único, lo estaba arrebatando a su primogénito. ¡No! Realmente, no estaba gestando; simplemente estábamos enamorados y era algo más que una relación de simples enamorados lo que él me propuso.

Cuando finalmente le dijimos que no era así, su reacción fue inesperada la de su padre: Quería que yo viviera como inquilina en su casa mientras su hijo seguía en el tercer piso viviendo con él. No podía permitir que eso sucediera. Le dije a mi prometido: 'Si él va a seguir el plan de su papá, yo regresaré a mi hogar'. No quería incomodar a nadie; mi decisión de venir era para vivir con él, y no podía aceptar que él bajara solo a verme.

- Mi prometido comprendió mi postura y habló con su papá. Así fue como comenzamos nuestra convivencia.

"Al principio, todo parecía hermoso. Empezamos a arreglar el segundo piso, aunque su padre nos hizo gastar dinero en vano. Me frustró un poco porque habíamos invertido más de 2000 soles en lo que parecía un mini departamento. Luego, su padre sugirió romper una pared para aprovechar mejor el espacio. Aunque al principio me molestó, decidí verlo como una oportunidad: tendríamos más espacio; ya no sería solo un cuarto y un baño, sino dos habitaciones, sala, comedor y cocina.

- Sin embargo, con el tiempo, comencé a sentir que su papá era egoísta y machista. Se metía constantemente en nuestra relación y eso me hacía dudar si había tomado la decisión correcta al mudarme allí. Su familia nunca aceptó nuestra unión; sentía sus miradas, sus críticas y un día su tía incluso me llamó manipuladora sin conocerme realmente."

A pesar del amor profundo que sentía por mi prometido, los conflictos comenzaron a surgir cada vez más por la presión familiar. Él no me daba el lugar que necesitaba y eso me lastimaba profundamente. Discutimos con frecuencia; yo lo amaba sinceramente y trataba de entenderlo. A pesar de los problemas, disfrutamos salir juntos: paseos, cine, viajes... Me encantaba compartir esos momentos con él y cocinarle.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.