"A pesar del profundo amor que sentía por mi prometido, los conflictos comenzaron a surgir cada vez debido a la presión familiar que él enfrentaba por haberme llevado a vivir con él, tan jóvenes. Finalmente, su padre aceptó la situación y, a partir de ese momento, comenzó a ayudarnos a arreglar la casa. Su papá parecía una buena persona, aunque había algo en su actitud que me hacía pensar que no estaba del todo de acuerdo con nuestra relación; tal vez por la diferencia de edad, o quizás porque era su único hijo y tenía otros planes para él. ¡No lo sabía!
- No entendía qué era lo que impedía que su padre nos permitiera estar realmente cómodos en nuestro hogar. Sin embargo, él nos ayudó a arreglar el segundo piso del departamento que nos había proporcionado para vivir. Llegué a pensar que su papá apoyaba nuestro noviazgo por la forma en que colaboraba. A veces, mi novio no estaba en casa y yo me quedaba con su padre, quien no paraba de trabajar mientras yo me encargaba de mejorar nuestro hogar para hacerlo más habitable. Su padre contribuía en esa tarea; suponía que había cierta confianza entre nosotros debido a su trato amable.
Sin embargo, esa confianza pronto se convirtió en una intromisión por parte de él en la dirección de nuestro hogar, y eso no me agradaba. Me desagrada profundamente; aun así, estaba tan enamorada de mi prometido que creía que todo podría resolverse."